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Primer amor: ¿qué lo vuelve inolvidable?

La primera vez que Noah ve a Allie, se enamora perdidamente. Es la típica historia de un hombre humilde que se enamora de una chica de alta sociedad, pero al joven poco le importa ese aspecto. En su emoción por descubrir este nuevo sentimiento, corre con su padre a contarle sobre su primer amor. Su padre le dice: “El primer amor te cambia la vida para siempre, y por más que lo intentes, jamás lograrás borrar ese sentimiento tan profundo… Hagas lo que hagas, siempre estará presente en tu corazón”.

Aunque Noah y Allie toman caminos diferentes e incluso ella estuvo a punto de casarse, terminan haciéndose viejitos juntos, mientras Noah lidia, con mucho amor y de manera creativa, con la demencia senil de Allie. El papá de Noah no se equivocó al decir que ese primer amor nos transforma y que permanece a pesar del tiempo.

En la novela The Notebook (El diario de Noa), el escritor estadounidense Nicholas Sparks expresó su concepción del primer amor. Si entendemos el primer amor como lo hace el autor, podemos definirlo en dos palabras: inolvidable y trascendente. Aunque a lo largo de nuestra vida amaremos a diferentes personas y tendremos relaciones significativas, esa primera chispa tiene algo especial y, sin importar el tiempo que pase, estará en nuestra memoria porque deja huella.

El primer amor según la ciencia

¿Por qué el primer amor es inolvidable? ¿Por qué nos marca tanto a lo largo de nuestra vida? ¿Qué debemos entender por primer amor? La especialista en neurociencia Cristina Aguillón Solís, profesora de la FES Zaragoza de la UNAM, responde estas preguntas.

Para empezar, afirma que, contrario a lo que se puede suponer, el amor que tenemos en la secundaria no es el primero. “Lo pensamos, pero tiende a ser más una atracción sexual en donde influye nuestro despertar a la idea de reproducirnos para conservar nuestros genes. Helen Fisher, antropóloga y bióloga estadounidense, menciona tres rasgos importantes que nos pueden ayudar a identificar cuál fue nuestro primer amor: la atracción sexual, el amor romántico y la etapa de apego”.

Sentiremos atracción sexual por varias personas a lo largo de nuestra vida, justificada por la propia condición humana de conservar nuestros genes. Sin embargo, entre todas esas personas habrá una con la cual nos abramos íntimamente y, a partir de eso, vamos desarrollando el amor romántico.

En la etapa del amor romántico, sentimos que nuestra vida ha cambiado. “Percibimos algún tipo de magia con esa persona. Es como si le hubieran puesto una cualidad nueva al mundo; todo es maravilloso. Pero todo esto lo sentimos así porque se activa el sistema de recompensa, que entra en función cuando tenemos una situación placentera. Ese amor romántico que sentimos es placentero y se va nutriendo a partir de una gran necesidad de estar con esa persona, de estar pensando en ella, de avivar el sentimiento del amor con llamadas, mensajes, citas, celos, etcétera”, explica Aguillón Solís.

De acuerdo con distintos estudios, el amor romántico suele durar alrededor de año y medio, y después de ese tiempo se entra en otra etapa: la de apego. Esta etapa es muy importante, ya que es el último paso para formalizar una relación que puede durar años y donde abrimos los ojos a un escenario realista en el que no todo es perfección.

“Aquí analizamos el impacto que tiene la otra persona sobre mí e inician las diferencias y los conflictos. Si logramos resolverlos como pareja, vamos creando un vínculo donde te das cuenta que, a pesar de las imperfecciones, tú aceptas a la otra persona, y de igual manera tú eres aceptado. De tal forma que se va volviendo una verdadera conexión”, explica la profesora de la FES Zaragoza.

Pasar por estas tres etapas por primera vez con una persona nos abre una visión más general de la vida. Permitimos volvernos vulnerables y aprendemos a confiar en otro individuo fuera de nuestro círculo social cercano. Es un factor que nos ayuda a validarnos como adultos.

El primer amor en nuestra memoria

Aparte de que el primer amor le da un nuevo sentido a nuestra vida, también se queda en nuestra memoria por las “altas” emociones que nos proporciona. Aquí interviene un área de nuestro cerebro: el hipocampo.

“En la parte más profunda de nuestro cerebro encontramos el sistema límbico, que se encarga de nuestras emociones y es donde también nace el amor. Al enamorarnos por primera vez, esa sensación placentera queda grabada en el hipocampo. Y no sólo queda grabada la sensación o el enamoramiento, sino los lugares, lo que se vivió, la nostalgia. Es similar a cuando tu mamá te hacía de comer y recuerdas el aroma de la comida. Nuestro cerebro tiende a quedarse con aquello altamente emocional y el primer amor es rico en ello”, señala Aguillón Solís.

Desde una visión neurológica, podemos describir esa intensidad emocional a la que hace referencia la experta universitaria como los sentimientos de recompensa, calidez, felicidad y conexión que nos brindan hormonas como la serotonina, la dopamina y la oxitocina, sustancias que nuestro cerebro libera cuando nos enamoramos.

El primer amor: inolvidable, pero no el mejor

“Quizá mañana cuando estemos viejos y se nos arrugue un poco el corazón, sabré querer mejor”. El cantante colombiano Juanes expresa en esas líneas nuestra constante evolución en el amor y cómo, al ir adquiriendo más experiencia, aprendemos a querer de otra forma. Si bien el primer amor es inolvidable, e incluso a veces pensamos que no volveremos a amar con la misma intensidad, en palabras de la profesora de la FES Zaragoza, “los amores posteriores que tendremos pueden ser mucho mejores”.

“El primer amor es un recuerdo muy hermoso, y sirve como una máquina de tiempo porque te vas dando cuenta de que lo que te gustaba a los 20, ahora a tus 30, ya no. Por ejemplo, a los 20 te encantaba el típico jugueteo de atracción: tardó en responder mis mensajes o me dejó en visto, y estoy en un vaivén de emociones. Pero a los 30 o 40, ya soy una persona de certezas. El primer amor nos hace reflexionar sobre lo que queremos para el futuro”, apunta.

Y agrega: “El primer amor es una experiencia inolvidable, que puede ser placentera o llena de situaciones negativas. Pero la ventaja es que nos deja un aprendizaje, porque ese amor nos modifica y cambia la forma en la que actuamos”.

Ideas destacadas

  • El primer amor, según Nicholas Sparks en The Notebook, es inolvidable y trascendente.
  • El primer amor no necesariamente se da en la adolescencia y consta de atracción sexual, amor romántico y etapa de apego.
  • El amor romántico activa el sistema de recompensa del cerebro y dura aproximadamente año y medio.
  • La etapa de apego es crucial para la formalización de una relación duradera.
  • El primer amor queda grabado en el hipocampo debido a las emociones intensas que genera.
  • Aunque el primer amor es inolvidable, los amores posteriores pueden ser mejores, según Cristina Aguillón Solís, profesora de la FES Zaragoza de la UNAM.