- La información se integra en un sistema electrónico que estará disponible para la sociedad en general: Ramona Isabel Pérez Bertruy
- La investigación facilitará incidir en la toma de decisiones para la mejora de estos lugares, precisó
En un trabajo inédito, Ramona Isabel Pérez Bertruy, del Instituto de Investigaciones Bibliográficas (IIB) de la UNAM, encabeza un equipo multidisciplinario que realiza el inventario de los jardines y parques públicos, desde el siglo XVI hasta la actualidad.
En el mapa digital que desarrollan integraron mil, y se han encontrado 200 más que aún deberán registrarse, detalló la académica universitaria.

Los resultados se publicarán en un sistema de información electrónico formado por una base de datos geoespacial para localizar los “vivos” y aquellos que desaparecieron, con el apoyo de coordenadas (longitud y latitud), detalló la doctora en historia y especialista en Patrimonio Tangible y Arquitectura de Paisaje.
El público podrá realizar búsquedas por nombres a través de palabras clave y por alcaldías; o bien, por fechas, siglos, tipologías, tamaños o dimensiones, y altura sobre el nivel del mar.
Se dispondrá de documentos visuales, sobre todo fotografías y planos históricos y actuales. Además, se tendrá el registro de los nombres actuales y de su denominación en el pasado, porque varios han cambiado.
Mediante esta herramienta detallada, dinámica y amigable las personas usuarias conocerán, por ejemplo: cuáles son los parques y jardines de la alcaldía Tlalpan, o aquellos que existían en el siglo XVI, en 1929, o en una demarcación específica.
El sistema de información incluirá una semblanza de los sitios representativos, y en el caso de aquellos de los que no encontremos datos, pondremos, de ser posible, una nota biográfica, puntualizó Pérez Bertruy.
A decir de la académica, este trabajo permitirá, entre otros aspectos, incidir en la opinión pública en cuanto a la toma de decisiones para la mejora de estos lugares con respecto a su gestión, mantenimiento y planificación, y promover la creación de un sistema integral de parques urbanos.
Pérez Bertruy mencionó que el proyecto se encuentra en su primera fase y cuando se termine, el próximo año, estará a disposición de la sociedad en la página electrónica del Instituto.
Múltiples beneficios
De acuerdo con la experta, en esas áreas hay recreación, ocio, convivencia e integración social. Algunos cuentan con instalaciones deportivas, aparte de juegos infantiles, y esa actividad contribuye a la salud pública.
Al ser parte de la infraestructura verde ayudan a combatir la contaminación atmosférica; reducen el brillo del sol; en ellos se respira mejor calidad del aire; hay menor ruido de los autos, sobre todo en los más grandes como el Ecológico de Xochimilco; también contribuyen a fomentar la biodiversidad, regular el microclima y recargar los mantos acuíferos.
Son educativos y culturales donde puede haber bibliotecas o museos, y las viviendas a su alrededor incrementan su valor. “Dan un buen servicio a la ciudad y sus pobladores; en sí mismos, revisten importancia”, resaltó.
El número de parques y jardines ha crecido con el paso de los siglos. A finales del XVI solo existía la Alameda Central; al terminar el XVIII se suman avenidas arboladas importantes como La Viga y Bucareli, pero fue en la segunda mitad del XIX cuando se “disparó” su presencia en la urbe. Maximiliano de Hasburgo mandó colocar un jardín en el Zócalo y construir el Paseo de la Reforma.
En el porfiriato también proliferaron: iniciaron los de barrios y colonias, y aparecieron los primeros parques modernos como el de Balbuena y de Chapultepec, el cual -aunque existía desde la época colonial- se remodeló de 1903 a 1906 y reabrió a la ciudadanía en 1910.
Obtención de datos
Las primeras estimaciones oficiales sobre las áreas verdes urbanas se obtuvieron hasta el presente siglo: la Procuraduría Ambiental y del Ordenamiento Territorial en la Ciudad de México realizó un estudio publicado en 2010. Ese mismo año la Secretaría del Medio Ambiente (Sedema) y el Instituto de Geografía (IGg) de la UNAM llevaron a cabo el segundo inventario de alamedas, jardines, parques, viveros, etcétera.
No obstante, afirmó Pérez Bertruy, “sabemos poco de la identificación, localización y denominación de los parques y jardines públicos de la Ciudad de México entre los siglos XVI y XX”.
A fin de llenar ese vacío de información el equipo de expertos en urbanismo, arquitectura del paisaje, geografía, informática, diseño web, incluso biología, de la UNAM y de la Universidad Autónoma Metropolitana, plantel Azcapotzalco, trabaja en el tema.
Para efectuar el registro “estamos tomando la cartografía histórica y actual y hacemos un comparativo”. Una referencia es el Compendio digital de áreas verdes urbanas, publicado por el IIB en 2022, el cual contiene planos arquitectónicos y urbanos compilados desde el siglo XVII hasta nuestros días. Asimismo, la colección Guía Roji, el Inventario de espacios verdes en la Ciudad de México, reeditado por la Sedema en 2024, y las herramientas con imágenes satelitales Google Maps y Google Earth.
En esta investigación los clasificamos por tipologías, lo cual no se había hecho; es decir, si se trata de uno vecinal, de barrio, paseo histórico, parque lineal, metropolitano, etcétera. También se consigna su estado de conservación porque se realizan visitas al sitio y se toman fotografías.
Pérez Bertruy recordó que la capital de la República mexicana cuenta con otros parques y jardines destacados como el Bicentenario, Parque Cantera y La Mexicana, que se suman a los otros tradicionales, por ejemplo el Jardín Centenario ubicado en el centro de la alcaldía Coyoacán, el cual es un espacio de identidad.