La medida anunciada recientemente por la Secretaría de Salud para hacerle frente a la contingencia sanitaria contempla adelantar la fase 3 en ciertas regiones, es decir, segmentar la intensidad de las medidas de prevención por zonas de transmisión. “Una situación difícil de entender porque no aclara de dónde sacan la información para dar esos referentes”, estima Malaquías López Cervantes, integrante de la Comisión Universitaria para la Atención de la Emergencia del Coronavirus de la UNAM.
De acuerdo con el profesor universitario, la Red de Unidades Notificadoras del Sistema de Vigilancia Epidemiológica de la Influenza cuenta con 475 unidades en hospitales y centros de salud de todo el país, número que “coincide” con la cantidad de municipios declarados de alto riesgo.
“Esto hace suponer que hay muchos municipios que tienen un caso identificado a través de una prueba, lo que lleva a pensar que la información que se tiene es de donde hay unidades, no de los demás municipios”.
A este respecto, López Cervantes considera que si se realiza el cien por ciento de pruebas nada más a las personas que tienen dificultad respiratoria, se corre el riesgo de no contabilizar a aquellas denominadas “asintomáticas” que habitan en muchos lugares, un error que no sólo los excluiría de la definición de alto riesgo, sino que, al no practicarles pruebas, se ignoraría si en esos municipios hay o no transmisión.
“Porque si tenemos un municipio donde no se ha identificado ningún caso, eso no quiere decir que no los haya, porque tal vez no tienen una unidad notificadora o tal vez se trata de casos no graves que no son captados por el sistema. Le ponen la etiqueta de ser un municipio sin transmisión cuando la información que se tiene no es la necesaria para llegar tan lejos”, concluyó el catedrático de la Facultad de Medicina de la UNAM.