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Museo de Geología UNAM

Enclavado en la colonia Santa María la Ribera de la Ciudad de México, el Museo del Instituto de Geología de la UNAM resguarda y expone el patrimonio geológico de México a través de una de las colecciones más importantes del país. Su misión es divulgar el conocimiento de las ciencias de la Tierra y promover el conocimiento científico para el mejor aprovechamiento de los recursos naturales de la nación.

También conocido como el “Palacio de las Ciencias de la Tierra”, desde 1906 este recinto ha fomentado la vocación profesional por el estudio de las geociencias, aprovechando la riqueza geológica de México y abriendo el campo científico al ámbito público

La historia de esta sede se remonta a finales del siglo XIX, cuando por iniciativa del ingeniero geólogo Don Antonio del Castillo se fundó la Comisión Geológica Nacional, con el objetivo de formalizar la investigación y estudio de la geología en el país. Posteriormente, el 17 de septiembre de 1888, el Congreso de la Unión decretó la creación del Instituto Geológico Nacional.

Sin embargo, fue hasta el 18 de mayo de 1900 que comenzó la construcción del edificio, obra del arquitecto Carlos Herrera López y el ingeniero José Guadalupe Aguilera Serrano. A pesar de que las labores de investigación de la Sociedad Geológica Mexicana comenzaron en 1904, el actual Museo de Geología de la UNAM se inauguró oficialmente el 6 de septiembre de 1906, con motivo del X Congreso Geológico Internacional.

Desde el 16 de noviembre de 1929, el instituto fue incorporado a la UNAM bajo el nombre de Instituto de Geología, y en 1956 se convirtió en recinto museístico tras el traslado de su personal a Ciudad Universitaria.

Construido con un estilo ecléctico, el museo es una amalgama de materiales, detalles y motivos que reflejan la historia y el contexto social de la época. El prolijo trabajo arquitectónico es evidente desde la fachada del edificio, labrada con ignimbrita (roca volcánica) procedente de Los Remedios, Estado de México, mientras que los frisos lucen un hermoso trabajo de cantera, con relieves de fósiles de peces, conchas y reptiles.

A la entrada del museo destacan tres arcos de medio punto decorados, que guían al vestíbulo con piso de mármol ornado con detalles pompeyanos y una escalinata de diseño Art Nouveau, fabricada en Leipzig, Alemania, única en el país por su originalidad arquitectónica. También se pueden encontrar alusiones a los paisajes nacionales con siete vitrales de notable manufactura.

No obstante, más allá de la belleza del inmueble, la colección que el museo resguarda es fascinante. La geología, ciencia que estudia el origen y evolución del planeta y los organismos que lo han habitado, se explora a fondo en el Museo de Geología, permitiendo retroceder millones de años en el tiempo para comprender nuestro presente.

En el museo se encuentra el meteorito Allende, la roca más estudiada en el mundo y la más antigua que existe —incluso más antigua que el Sol—, con una datación de 4 mil 568 millones de años. También se puede encontrar un lirio marino de hace 150 millones de años, traído desde Alemania, y el esqueleto de “Isauria”, un dinosaurio pico de pato de hace más de 100 millones de años que fue el primer fósil montado y exhibido en México.

Asimismo, se puede hallar un esqueleto de caballo de 10 mil años de antigüedad y el emblema del Museo de Geología: “Frankie”, un esqueleto fósil de mamut reconstruido a partir de 12 ejemplares ubicados en la Cuenca de México.

Dividido en cinco salas, el Museo de Geología está diseñado para conocer cada una de las etapas por las que ha pasado el planeta, los componentes vivos y materiales que lo caracterizaron, así como los instrumentos científicos que permitieron el desarrollo de la geología. En la Sala Principal, donde se encuentra “Frankie” el mamut, se pueden observar diversas muestras del reino mineral que asombran por sus colores y formas, ordenadas según el lugar donde se recolectaron.

En la Sala de Minerales y Meteoritas se exhiben más de 500 especies minerales, algunas destacadas por su belleza y otras por su importancia y aplicación en diferentes industrias. En esta área se resguarda una colección de fragmentos de meteoritos hallados en México y otras partes del mundo, como el meteorito Allende, encontrado en 1969 en Chihuahua, o el meteorito Orgueil, hallado en Francia en 1864, una de las primeras piezas carbonosas conocidas en el planeta que originó debates sobre el origen de la vida en la Tierra.

La Sala de Rocas cuenta con una de las colecciones más amplias de piedras provenientes de distintas partes del mundo y de México. Se pueden encontrar rocas ígneas, sedimentarias y metamórficas, así como otras rocas pulidas utilizadas en la industria de la construcción y para decoración.

En la Sala de Paleontología se muestran fósiles de invertebrados y vertebrados, ordenados según su escala temporal geológica. Además de “Isauria”, se pueden apreciar dos ictiosaurios del Mesozoico (un reptil marino del Triásico superior parecido a un delfín) y el cráneo de un dinoterio (un protoelefante del Mioceno medio).

Cabe mencionar la Sala Sistema Tierra, una exhibición permanente conjunta entre el Museo Universum y el Instituto de Geología, diseñada para acercar la geología a los visitantes.

De esta manera, el Museo del Instituto de Geología de la UNAM busca acercar al público a los conocimientos en ciencias de la Tierra, con el objetivo de dar a conocer los procesos y recursos utilizados para entender el pasado y el destino del planeta y la humanidad.