La Ciudad de México ha experimentado la reactivación de un enjambre sísmico, un fenómeno geológico que ya se ha observado en el pasado, remontándose a eventos similares en la década de 1980. Arturo Iglesias Mendoza, jefe del Servicio Sismológico Nacional (SSN) y especialista del Instituto de Geofísica de la UNAM, ha ofrecido una explicación detallada al respecto.
Los microsismos, que se han concentrado en áreas como Plateros y Mixcoac, varían en magnitud pero presentan características comunes. Según Iglesias Mendoza, a diferencia de los sismos convencionales con réplicas, estos microsismos son eventos independientes que, aunque similares, probablemente provienen de la misma falla geológica. Además, destacó que son superficiales y ocurren en el Eje Volcánico, una región geológicamente activa sobre la cual se asienta la ciudad.
Tecnología y percepción ciudadana
El avance en la tecnología de detección sísmica ha permitido registrar estos fenómenos con mayor precisión. Mientras que en los años ochenta era imposible detectar todos los movimientos menores, hoy en día, gracias a una red sísmica mejorada y el apoyo del gobierno de la Ciudad de México, se logran capturar datos en tiempo real. Este avance ha permitido identificar 11 movimientos en total, de los cuales solo tres fueron percibidos claramente por los residentes.
La magnitud de estos microsismos ha sido baja, con registros de 3, 2.8 y 2.4. A pesar de su baja intensidad, generan inquietud entre la población, especialmente en las zonas epicentrales donde se sienten con mayor intensidad. Iglesias Mendoza señala que, aunque rápidamente se atenúan las ondas, es importante estar alertas pero tranquilos, ya que hasta ahora no han causado daños considerables.
Investigación y prevención en curso
La investigación sobre estos fenómenos continúa. El mapeo de las fallas en la Ciudad de México es un desafío debido a la urbanización, y aún no se puede determinar si los enjambres pueden presentarse en sismos de mayor intensidad. Sin embargo, el SSN tiene la certeza de que en los últimos 100 años no se han registrado sismos más grandes que los de mayo de este año en la ciudad.
El SSN, que reporta en promedio 80 sismos al día a nivel nacional, sigue monitoreando la actividad sísmica en la Ciudad de México. Iglesias Mendoza subraya la importancia de considerar tanto la magnitud como la profundidad de los sismos para una evaluación precisa del riesgo y la implementación de medidas preventivas.
En conclusión, mientras la capital enfrenta estos desafíos geológicos, la combinación de vigilancia científica y conciencia ciudadana juega un papel crucial en la mitigación de riesgos y en la preparación para futuros eventos sísmicos.