- Patricia Lozano Luviano, consultora en desarrollo humano, advierte sobre instituciones y organizaciones disfuncionales que enferman a su personal
- Afectados experimentan agotamiento físico y mental, resentimiento, desvalorización, cosificación, desesperación y falta de motivación
Encuestas realizadas en 2023 revelan la prevalencia del síndrome de burnout, también conocido como síndrome del trabajador “quemado”, estrés laboral o desgaste ocupacional. Patricia Lozano Luviano, consultora en desarrollo humano, afirma que una parte importante de empleados en el mundo se encuentran más agotados que nunca.
La incertidumbre económica y el temor a recortes de empleo se suman al malestar en el lugar de trabajo. Según Lozano Luviano, más del 40% de quienes desempeñan labores de oficina se sienten exhaustos.
Datos del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) indican que, previo a la pandemia, México ya figuraba como uno de los países con mayor fatiga por estrés laboral. Al menos el 75% de sus trabajadores padecía esta condición, superando los niveles de China (73%) y Estados Unidos (59%). “Las investigaciones confirman que el personal de salud es uno de los sectores más afectados”, asegura la consultora.
Prevalencia y factores del síndrome de burnout
En diversos países de América Latina, incluyendo el nuestro, se registran bajos salarios, falta de pago y prestaciones, necesidad de tener varios empleos, trabajar en algo que no gusta, recorrer grandes distancias entre el trabajo y el hogar, la falta de equidad de género, además de abuso y acoso en el trabajo.
En su conferencia “Alcanza una vida en equilibrio reduciendo el estrés laboral”, organizada por el Instituto de Investigaciones Bibliotecológicas y de la Información de la UNAM, Lozano Luviano, docente de posgrado en instituciones educativas, explica que el síndrome de burnout se considera una enfermedad psicosocial, influenciada por factores laborales, organizacionales, personales e individuales.
Componentes y niveles del síndrome de burnout
La también terapeuta detalló que el síndrome tiene tres componentes: cansancio o agotamiento emocional (sin ganas, desmotivado); despersonalización (construcción inconsciente de una defensa para protegerse de la impotencia, indefinición, frustración y conflictos, que se manifiesta en una desconexión o robotización en el trabajo); y el abandono de la realización personal, cuando se pierde el valor que el propio trabajo tenía para la persona, lo cual lleva a la ley del mínimo esfuerzo, es decir, “hacen como que me pagan y yo hago como que trabajo”, por ejemplo, y esto afecta a las instituciones.
El burnout tiene diferentes niveles: leve, consistente en quejas vagas, cansancio moderado, pesimismo, aislamiento o desconfianza; grave, se trabaja más lento, hay automedicación, ausentismo, aversión o fobia al trabajo, abuso del alcohol o drogas porque no se soporta la situación; y extremo, cuando llega el colapso, cuadros psiquiátricos y hasta el suicidio. Por supuesto, hay que pedir ayuda profesional antes de llegar a este último, alertó.
Lozano Luviano recordó que al inicio, los investigadores del tema se enfocaron en el personal de salud, pues este sector, desde su formación académica, está expuesto a jornadas exhaustivas alentadas por una cultura organizacional disfuncional que ha normalizado que no duerman, tampoco coman, atiendan a numerosos pacientes, etcétera. Pero ese fenómeno no solo se da en ese ámbito.
Se debe observar la cultura de cada organización y determinar si respeta horarios de descanso, espacios personales o qué tanto se parece a la sala de urgencias de un hospital, donde todo urge y siempre se está en emergencia. Esto último genera estrés y una carga emocional que posteriormente se convierten en enfermedades físicas y mentales que se unen unas a otras y se agravan.
Ello sucede porque el cuerpo y la mente ignoran que no se trata de emergencias reales; se segregan sustancias bioquímicas que producen diferentes padecimientos y pueden presentarse también adicciones al café, redes sociales, videojuegos o a las pantallas que “usamos de manera compulsiva”, resaltó la especialista.
Cómo enfrentar y prevenir el estrés laboral
Como en las familias, existen instituciones y organizaciones disfuncionales desde el punto de vista psicológico que son eficientes en su ramo, pero enferman a su personal, puntualizó.
El síndrome de burnout se describió en la década de 1970; sin embargo, fue en 2022 cuando la Organización Mundial de la Salud lo reconoció como un padecimiento. Surgió como respuesta al estrés provocado por la sobrecarga laboral y/o el mal ambiente en el trabajo, recalcó la experta.
La persona se siente agotada física y mentalmente, resentida, poco valorada, cosificada, desesperada y desmotivada, lo cual puede afectar gradualmente su desempeño, salud, relaciones interpersonales y calidad de vida en general.
Aunque es necesario atender esta problemática, las instituciones consideran la salud mental de sus trabajadores como un gasto y no una inversión, puntualizó Patricia Lozano.
De acuerdo con la experta, la terapia ayuda a abrir horizontes cuando se piensa que esa situación no se puede modificar; permite acercarnos a las metas y sentirnos satisfechos; tener una realización personal, tan importante para la salud mental. Sin esa atención, “aventamos” y descargamos nuestras emociones en los demás: hijos, pareja, compañeros, padres, vecinos, empleados, etcétera.
Para prevenir el burnout, Lozano Luviano recomendó fomentar el autocuidado y hábitos saludables como realizar ejercicio, llevar una buena nutrición, establecer horarios, descansar adecuadamente, emplear técnicas de respiración y relajación, reconocer emociones, efectuar alguna actividad artística o meditación y, principalmente, asistir a terapia psicológica, la cual brinda apoyo y contención emocional. Asimismo, ofrece acompañamiento en la toma de decisiones, organización del tiempo laboral y personal y gestión de las relaciones en búsqueda de una mejor calidad de vida.
Información destacada
- México es uno de los países con mayor prevalencia del síndrome de burnout, superando a China y Estados Unidos.
- El 75% de los trabajadores en México sufren de fatiga por estrés laboral, y más del 40% de quienes realizan labores de escritorio se sienten exhaustos.
- El personal de salud es uno de los sectores más afectados por el síndrome de burnout.
- Factores como bajos salarios, falta de pago y prestaciones, y la necesidad de tener varios empleos contribuyen al estrés laboral en América Latina.
- El síndrome de burnout se considera una enfermedad psicosocial con componentes de cansancio emocional, despersonalización y abandono de la realización personal.
- El burnout puede llevar a consecuencias graves, como cuadros psiquiátricos e incluso suicidio.
- La Organización Mundial de la Salud reconoció el síndrome de burnout como un padecimiento en 2022.
- La terapia psicológica puede ayudar a prevenir y tratar el burnout, brindando apoyo emocional y herramientas para mejorar la calidad de vida.
- La especialista Patricia Lozano Luviano recomienda fomentar el autocuidado y hábitos saludables para prevenir el burnout.
- Las instituciones a menudo consideran la salud mental de sus trabajadores como un gasto, en lugar de una inversión.