La noche entre el 18 y 19 de mayo se observó en el cielo de España y Portugal un bólido de color azul. Se trató de un meteoroide de alrededor de 30 cm que entró a una velocidad de 40.4 km por segundo en la atmósfera de la Tierra.
María Guadalupe Cordero Tercero, investigadora en la sección de Riesgos Espaciales del Instituto de Geofísica de la UNAM, dijo en entrevista que este objeto se vio en una zona muy grande porque su trayectoria fue muy rasante, es decir, recta.
De acuerdo con datos del Centro de Asteroides Cercanos a la Tierra de la NASA, este objeto pasó a una altitud de 74 km sobre la superficie de la Tierra y entró con una energía de 0.13 kilotones. Para tener una idea, las bombas de Hiroshima y Nagasaki estallaron con una fuerza de aproximadamente 15 kilotones. Entonces, la energía de entrada de este objeto estelar equivale a la décima parte de la bomba atómica.
Los astrónomos han estimado que cada año llegan a la Tierra 40 mil toneladas de material de este tipo, es decir, 100 toneladas por día, pero la mayoría son muy pequeñitos y se deshacen en la atmósfera, explicó Guadalupe Cordero. Éstos se conocen como estrellas fugaces y si pudieran verse en todo el planeta serían miles, porque están entrando todo el tiempo, agregó la especialista en el tema. De hecho, estimaciones de la UNAM han calculado que hay un objeto de estos cada dos días.
Además, se ha calculado que los objetos de 10 km caen alrededor de cada 62 millones de años en la Tierra, pero no hay rastros de alguno cercano. Por eso, el 30 de junio de 2016 fue decretado como el Día del Asteroide, y la idea es realizar una campaña internacional para concientizar a los gobiernos y la población sobre la importancia de invertir en la observación de asteroides, y tenerlos identificados para saber con décadas de anticipación cuándo llegarán a la Tierra. “La idea es impactarlos antes de que lleguen a nuestro planeta, sobre todo aquellos que miden aproximadamente 140 metros y que pasen a una distancia menor de 20 veces la distancia de la Tierra a la Luna”.
En 1908, llegó a Rusia un asteroide de entre 60 y 80 metros, lo que se considera potencialmente peligroso. Al entrar en la Tierra, se deshizo completamente a unos 8 km de altura y su fuerza derribó 2,000 km cuadrados de árboles. Por eso, es importante monitorear estos objetos.
Asteroide, meteorito o meteoro
La académica universitaria explicó que cuando provienen de un cometa o núcleo cometario y entran en la Tierra, se llaman “asteroidal” o “cometario”. Cuando estos objetos entran en la atmósfera, se encuentran con las partículas del aire, chocan entre ellas, se calientan a tal grado que pueden llegar a miles de grados centígrados. Entonces, la roca se funde, se evapora y emite una luz. “Es similar a cuando uno mete un fierro a la fragua, se pone de color rojo y blanco, lo mismo pasa con este material que se quema y se ve muy brillante”, añadió la académica universitaria.
En términos de la física, se dice que ese material está ionizado y por eso emite esa luz. A ésta se le conoce como meteoro, pero si es más brillante que el planeta Venus, se le cambia el nombre a bólido. Los pilotos de los autos de carreras, que viajan a una velocidad de 378 km por hora, han narrado que sienten la resistencia del aire. Estos objetos estelares entran a la atmósfera a una velocidad de 100 a 700 veces más rápida, entonces la resistencia es mucho mayor. En ocasiones, cuando estos objetos entran en la atmósfera, la resistencia del aire supera su resistencia interna y los rompe; se fragmentan y se deshacen por completo en el aire. Si sobreviven, se les conoce como meteorito. Además, a los objetos que miden menos de un metro se les llama meteoroides.