A finales de 1981 apareció un libro de memorias que se convirtió en un éxito de ventas y de crítica. En este libro, Las genealogías, de la editorial Martín Casillas, su autora nos cuenta la historia de sus padres, un matrimonio de judíos ucranianos que en 1925 recalaron en México después de que en Estados Unidos no fueron aceptados.
En su número 67, Material de Lectura nos ofrece una muestra de este libro del que no debemos perdernos su lectura, y de Síndrome de naufragios.
En las primeras páginas, la profesora universitaria nos recuerda que todos, “seamos nobles o no, tenemos nuestras genealogías”. Más adelante: “Yo desciendo del Génesis, no por soberbia, sino por necesidad. Mis padres nacieron en una Ucrania judía muy diferente del México donde tuve la suerte de ver la vida entre los gritos de los marchantes de la Merced”.
Recuerda que en enero de 1939, la familia Glantz vivía en la calle de Zaragoza, en la colonia Guerrero, y que su madre, Elizabeth Shapiro, tenía una tienda de sombreros y de guantes en 16 de Septiembre casi esquina con San Juan de Letrán, ahora Eje Central Lázaro Cárdenas. Por esos días, un grupo de fascistas pro nazis, los Camisas Doradas, trataron de linchar a Jacobo, su padre.
Margo Glantz empezó a publicar un artículo semanal en el diario unomásuno, pero al recordar el intento de linchamiento a su padre, en 1977 escribió un artículo sobre este episodio en ese diario, texto que fue el origen de su libro Las genealogías.
“Pensé que era importante enterarme de quiénes eran mis padres y de cómo habían vivido: ya tenían 78 o 79 años y sólo los conocía de manera visceral. Decidí entrevistarlos y grabar las conversaciones sobre su vida en Ucrania antes de que emigraran a México y se adaptaran a su paisaje, su clima, su comida, su gente”, nos contó en una entrevista.
La idea era muy sencilla, se trataba de registrar la historia de sus padres en Ucrania, donde se conocieron y se casaron, su llegada al país y sus primeros años en la ciudad de México.
Durante las reuniones familiares, Margo grababa las conversaciones con sus padres, especialmente con su padre, Jacob Osherivich Glantz, charlas guiadas por preguntas que habían sido previamente arregladas por ella.
También les pidió que hicieran anotaciones para tener un registro más fidedigno de lugares, fechas y nombres.
Empezó a publicar semanalmente las entrevistas y en la quinta entrega decidió que la columna se llamara Las genealogías. A finales de 1981, todas las entregas se publicaron como libro de memorias.
“Mi padre alcanzó a asistir a la presentación del libro en diciembre de 1981, y murió el 2 de enero de 1982. Las genealogías obtuvo el Premio Magda Donato en 1982”, recuerda.
La siguiente edición apareció en la colección Lecturas Mexicanas de la Secretaría de Educación Pública. En esa edición, Margo Glantz incluyó un texto sobre la muerte de Jacobo.
“Mi madre falleció el 17 de mayo de 1995, por lo que en 1997 corregí y aumenté la tercera edición en su memoria, y en la séptima edición, de la Editorial Alfaguara, apareció una adenda por la muerte de mi hermana mayor, Lili”.