De acuerdo con los datos más recientes del Censo de Población y Vivienda (2020), en México residen 44.9 millones de hombres mayores de 15 años. Sorprendentemente, menos de la mitad de ellos, es decir, 21.2 millones (47%), se identifican como progenitores. Estas cifras resaltan una realidad demográfica que invita a reflexionar sobre el papel de la paternidad en la sociedad mexicana, especialmente en estos días.
Las reflexiones de Leonardo Felipe Olivos Santoyo, investigador del Centro de Investigaciones Interdisciplinarias en Ciencias y Humanidades (CEIICH) de la UNAM, ofrecen una perspectiva interesante para analizar esta situación. Según él, la crianza de los hijos ha sido un punto de conflicto para muchos hombres que optan por no reproducir los modelos de autoridad y responsabilidad que experimentaron con sus propios padres.
La paternidad del futuro: nuevas masculinidades y roles cambiantes
Aunque todavía queda un largo camino por recorrer para lograr la igualdad de género en la crianza de los hijos, es evidente que más hombres están adoptando un enfoque más participativo y consciente. La Encuesta Nacional sobre Uso del Tiempo (2019) muestra una brecha significativa en el tiempo que hombres y mujeres dedican a la crianza de sus hijos. Aunque los hombres están invirtiendo más tiempo en el cuidado de los hijos, las mujeres siguen llevando la mayor carga del trabajo no remunerado en el hogar.
Sin embargo, Olivos Santoyo muestra optimismo acerca de la capacidad de los hombres para desarrollar nuevas habilidades de crianza, aunque advierte que podrían pasar varias generaciones antes de que se produzca un cambio significativo. La pandemia de COVID-19 ha resaltado la importancia del trabajo de cuidado y ha cuestionado la idea de que debería ser exclusivamente responsabilidad de las mujeres. Las transformaciones sociales y culturales están desafiando las tradiciones arraigadas, lo que plantea interrogantes sobre el lugar de los hombres en este nuevo orden.
Los hombres, señala Olivos Santoyo, se encuentran en un estado de incertidumbre, sin una visión clara de su posición en el futuro. Las nuevas formas de masculinidad desafían las estructuras de poder existentes. A medida que las mujeres asumen roles más destacados en todos los ámbitos de la sociedad, los hombres se enfrentan a la posibilidad de perder su posición central. Esta pérdida puede manifestarse de diversas maneras, desde la resistencia y la negación hasta la violencia contra las mujeres, una de las consecuencias más tristes y lamentables.
El especialista también alerta sobre la persistencia de la paternidad irresponsable. Un 18% de los hogares en México son monoparentales, encabezados por mujeres solas debido al abandono de los hombres. Frente a esta realidad, es necesario un cambio radical en la educación, los medios de comunicación y las redes sociales y digitales, para fomentar una paternidad más activa, responsable y equitativa.