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La ciencia detrás de los accidentes de tráfico

Con el regreso a la “normalidad”, aunque aún enfrentamos una emergencia sanitaria debido a la persistencia de la COVID-19, las cifras de choques o colisiones vehiculares han vuelto a los niveles de 2019.

Según el Dr. Vicente Torres, en la Ciudad de México ocurren aproximadamente 20 accidentes vehiculares al día de diversa gravedad, resultando en la muerte de 5 personas diarias. A nivel nacional, se reportan entre 20 y 30 muertes por accidentes de tráfico al día.

El investigador de la UNAM afirma que en general, los accidentes son más frecuentes en días y temporadas específicas, como los fines de semana, en particular los viernes y domingos (debido al consumo de alcohol, distracciones y aumento de la velocidad por la prisa), y durante el mes de diciembre.”

Factores de riesgo en la conducción

Los accidentes de tráfico a menudo son causados por una mala conducción, que puede deberse a varios factores de riesgo, incluyendo:

  1. Consumo de sustancias: La ingesta de alcohol u otras drogas, así como medicamentos opiáceos (por ejemplo, fentanilo), relajantes musculares (por ejemplo, carisoprodol) y antiepilépticos (por ejemplo, fenitoína), pueden afectar la capacidad de conducción.
  2. Distracción: El conductor puede estar distraído por el uso de su teléfono celular o por cualquier otra distracción.
  3. Exceso de velocidad: La velocidad excesiva impide al conductor maniobrar o detenerse en caso de una emergencia.
  4. Fatiga: El conductor puede quedarse momentáneamente dormido mientras conduce.
  5. Mala iluminación del entorno.
  6. Problemas mecánicos del vehículo: Aunque es poco común, los problemas mecánicos en los vehículos pueden ser un factor de riesgo si no se realiza un mantenimiento adecuado. (Ejemplos incluyen el retiro de algunos modelos de Toyota en 2020 debido a bolsas de aire que no se inflaban después de un impacto y el retiro de modelos de Ford en 2022 debido a problemas en la transmisión)”.

Peatones, los más vulnerables

Antes de que fuera norma usar cinturones de seguridad, “sucedían muchos accidentes fatales porque la gente no sabía del riesgo”, según el doctor Torres de la Escuela Nacional de Ciencias Forenses (ENACIF). Muchas heridas se producían por la colisión del conductor con el parabrisas.

Un pinchazo de llanta, manchas de aceite, falta de iluminación en la madrugada, pueden causar perdida de control, derrapes, atropellos a peatones y choques con mobiliario urbano.

Los peatones también pueden causar accidentes al cruzar una avenida o calle transitada en lugar de usar un puente.

Además de los conductores de automóviles y camiones, en la “época de pospandemia”, hay más motocicletas relacionadas con el servicio de entrega rápida de mercancías, lo que aumenta el riesgo de accidentes.

Los peatones y ciclistas son los más vulnerables a sufrir heridas en accidentes viales, seguidos por los motociclistas (especialmente si no llevan equipo de protección) y, finalmente, los conductores (si van a altas velocidades).

Tipos de choques

El Torres menciona que existe una clasificación de colisiones que no se basa en la fuerza del impacto, sino en el tipo de objeto o material impactado. Estos son los dos tipos de choques:

  1. Duros: como un poste de concreto reforzado.
  2. Blandos: como el cuerpo humano.

Además, según la dirección del impacto, la colisión se clasifica en:

  1. Frontal
  2. Lateral
  3. Trasera

Tipos y frecuencia de colisiones en vehículo

Según Torres las colisiones más frecuentes en vehículos son las que ocurren entre partes frontal y trasera, seguidas de las colisiones frontales contra la parte lateral de un vehículo. La colisión contra un “cuerpo blando”, como un peatón o ciclista, es menos frecuente pero más peligrosa.


El impacto más letal para el conductor ocurre en colisiones frontales a alta velocidad. La colisión directa en la posición del conductor es menos frecuente pero más peligrosa.

La gravedad de las heridas en un impacto depende de la velocidad y de las condiciones del vehículo, como la presencia de cinturones de seguridad y bolsas de aire. A una velocidad de 40 kilómetros por hora sin cinturones ni bolsas, las heridas pueden ser graves. Sin embargo, en una colisión frontal a 100 kilómetros por hora con cinturones y bolsas de aire, las heridas serán menores.

El impacto también depende del objeto contra el que se colisione. Una pared puede absorber mejor el golpe y permitir la supervivencia del conductor, mientras que un impacto directo contra un poste puede causar deformación de materiales y aplastamiento de extremidades.

Dos o tres recomendaciones para prevenir colisiones vehiculares

Según Torres, para prevenir colisiones vehiculares, se deben seguir estas recomendaciones:

  1. “Respetar el reglamento de tránsito”: Conducir a las velocidades adecuadas para el vehículo, tanto en zonas urbanas como en carreteras. En zonas escolares y hospitalarias, por ejemplo, se permite un límite de velocidad de 20 kilómetros por hora. En las carreteras federales, algunos tramos permiten velocidades superiores a los 100 km/h. Sin embargo, “en las ciudades, el aumento indebido de velocidad puede causar accidentes y fatalidades, mientras que en las carreteras, los choques frontales contra partes traseras de otros vehículos, las volcadas (tanto de autos como de vehículos de carga) y los atropellamientos son letales”.
  2. “Evitar conducir si se siente cansado y utilizar otros medios de transporte”.
  3. “Dar mantenimiento mecánico al auto y no descuidar las revisiones mecánicas necesarias”.

Ciencia y Choques Vehiculares: Investigación para una Mejor Prevención

Según Torres, la mecánica de las colisiones vehiculares es una herramienta clave en la investigación de hechos de tránsito, y por ello, en la ENACIF de la UNAM se experimenta con pequeños modelos de autos. Estos modelos cuentan con un chasis de aluminio delgado y sensores colocados en la parte trasera y delantera, los cuales funcionan como cajas negras que guardan información. Además, se utiliza un muñeco de prueba para observar la dinámica del impacto.

La dinámica del impacto estudia, por ejemplo, la colisión en función de variaciones de masa y velocidad, así como en diferentes tipos de terrenos, lo cual puede causar diferentes deformaciones en el material duro y en objetos blandos que simulan a peatones.

Con la información obtenida en estas experiencias, los futuros científicos forenses que egresen de la UNAM podrán realizar un mejor trabajo al momento de investigar las causas de un siniestro vehicular.

“Desde la ciencia -física, matemáticas e ingeniería- tratamos de ayudar a alcanzar ‘una justicia’ en la investigación forense relacionada con las colisiones vehiculares, un fenómeno cotidiano”, afirma el Doctor Torres.

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