- Si no se atiende oportunamente puede provocar la muerte de los felinos, alertó Tamara Iturbe, de la Facultad de Medicina Veterinaria y Zootecnia de la UNAM
- A los gatos les molesta todo lo nuevo, aman la rutina y un cambio en su entorno les generará estrés y dejarán de comer, expuso
Cuando los gatos enferman, un indicio es dejar de comer, a tal grado que se estima que 95 por ciento de los padecimientos que presentan cursan por cierto grado de anorexia, afirmó Tamara Iturbe, académica de la Facultad de Medicina Veterinaria y Zootecnia (FMVZ) de la UNAM.
Son muchas causas por las que un felino no se alimenta: desde problemas neurológicos o de comportamiento, hasta afecciones renales o alguna enfermedad que les produzca dolor.
Además, son neofóbicos, es decir, todo lo nuevo les molesta, les aterra; aman la rutina y un cambio en su entorno, como la llegada de un bebé, de un perro o de un gato nuevo a casa, les generará estrés y dejarán de comer.
La especialista resaltó que los gatos no pasan directamente a la anorexia; inicialmente comen poco y cada vez lo hacen menos, hasta que ya no ingieren nada. “Los dueños deben estar atentos, porque si no se atiende oportunamente este problema, el animal de compañía puede morir”.
Si lleva dos o tres días sin alimentarse, es necesario acudir al veterinario, sugirió. “Para notar cualquier cambio en sus hábitos, una sugerencia es servirles croquetas a diario para percatarnos qué cantidad quedó del día anterior”.
A pesar de su reticencia a lo nuevo, los gatos se adaptan bien a nuestro estilo de vida, y si les sirven comida por la mañana por cuestiones de horario, la ingieren a lo largo del día en pequeñas cantidades.
Es difícil que los responsables de los felinos noten una pérdida de peso, hasta que es muy evidente; el problema es que un kilogramo representa cerca del 25 % de su peso total. Por ello, recomendó, se les debe llevar a revisiones periódicas para tener un control e identificar cualquier cambio antes de que sea preocupante.
Causas de la anorexia
Aunados a los cambios en su entorno, hay otros motivos por los que dejan de comer, como la enfermedad renal crónica (entre otras afecciones primarias), que les provoca náuseas por los niveles altos de urea.
Otras causas pueden ser la anemia o el cambio repentino de alimento, así como infecciones respiratorias, porque producen secreción nasal severa y densa que se apelmaza alrededor de sus narinas; entonces, no se alimentan porque no huelen la comida.
En ocasiones, aunque el gato tenga hambre no consume nada por dolor en la boca debido a tumores, gingivitis o un diente en mal estado. Esto se conoce como pseudoanorexia.
“Debemos preocuparnos si el gato deja de comer, pues por ser un carnívoro estricto no tiene reservas y necesita obtener del alimento ácidos grasos esenciales, aminoácidos y vitaminas. De no ser así, tendrá problemas como lipidosis hepática, enfermedad más común asociada a la anorexia.
“Aunque los veterinarios no sepamos qué provocó la falta de apetito, es necesario alimentarlos mediante sondas para evitar complicaciones en lo que encontramos y controlamos lo que ocasiona la anorexia”.
La comida debe tener una textura que les guste: muy olorosa y tibia, porque esto se parece más a sus presas, y los platos deben ser bajos para que los bigotes rosen con sus paredes, concluyó.