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La alberca olímpica de la UNAM

La Alberca Olímpica Universitaria, ubicada en la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), es un referente indiscutible tanto en el ámbito deportivo como arquitectónico. Desde su construcción en 1954, esta emblemática instalación ha sido un símbolo de excelencia y un espacio fundamental para la comunidad universitaria y el país.

Un diseño icónico y multifuncional

Diseñada por los arquitectos Félix T. Nuncio, Ignacio López Bancalari y Enrique Molinar, la Alberca Olímpica Universitaria ha capturado la imaginación de quienes la visitan, en parte gracias a su intrigante diseño. Mientras la versión institucional afirma que la estructura se inspira en el mapa de la República Mexicana, la interpretación popular sugiere que la forma se asemeja a un microscopio, reflejando quizás el espíritu científico de la universidad.

El complejo abarca un área total de 19,000 metros cuadrados y consta de varias piscinas interconectadas. Estas incluyen una piscina de entrenamiento y competencias que cumple con las dimensiones olímpicas (50 metros de largo por 25 de ancho, con ocho carriles), una fosa de clavados con una torre de trampolines que varían desde 1 hasta 10 metros, y una piscina para principiantes o “chapoteadero”. Este conjunto está equipado con tribunas, palcos para jueces y medios de comunicación, así como vestidores y sanitarios para hombres y mujeres.

Espacio de entrenamiento y competencia

La fosa de clavados de la Alberca Olímpica es particularmente notable no solo por su tamaño, que va de una profundidad máxima de 5.40 metros a una mínima de 2 metros, sino también por su diseño estético, que evoca el símbolo mesoamericano “calli” (casa). Además, cuenta con mirillas especiales que permiten la captura de tomas submarinas, facilitando una evaluación más precisa en disciplinas como el nado artístico y los clavados.

La Alberca Olímpica ha servido como escenario de eventos deportivos de gran relevancia, incluyendo las eliminatorias de polo acuático y entrenamientos de clavados y natación durante los XIX Juegos Olímpicos de México 1968. Aunque actualmente no alberga competiciones internacionales, sigue siendo un espacio crucial para competencias nacionales y un lugar de práctica para los equipos representativos de la UNAM, que incluyen disciplinas como natación, polo acuático, nado sincronizado, buceo, triatlón y deportes acuáticos en modalidades paralímpicas.

Compromiso con la sostenibilidad y la salud

El mantenimiento y operación de la Alberca Olímpica representan un esfuerzo técnico considerable. El complejo utiliza 6.5 millones de litros de agua, que se reciclan a través de un sofisticado sistema de filtrado y purificación para minimizar el desperdicio. El proceso de tratamiento del agua incluye la recirculación constante, la filtración y el mantenimiento de una temperatura estable de 26.5°C, asegurada por un sistema híbrido que combina calderas de gas LP, paneles solares y bombas de calor.

En términos de seguridad, la Alberca ha adoptado el uso de ácido tricloro cianúrico para la desinfección del agua, reemplazando el cloro tradicional. Esta sustancia es más segura y eficiente, reduciendo los riesgos de fugas o derrames asociados con los productos químicos clorados.

Un espacio para la comunidad

Con una afluencia anual de aproximadamente 130,000 usuarios, la Alberca Olímpica es un espacio vital para la comunidad universitaria, que incluye estudiantes, exalumnos, académicos y trabajadores administrativos. La instalación ofrece programas de entrenamiento para atletas de alto rendimiento, así como cursos de natación y buceo para diferentes niveles, desde principiantes hasta avanzados. Estos cursos no solo promueven la práctica deportiva sino que también fomentan un estilo de vida saludable entre los participantes.

La Alberca Olímpica Universitaria es mucho más que una instalación deportiva; es un bastión de la cultura universitaria y un ejemplo de cómo la UNAM combina la tradición académica con el fomento del deporte y la sostenibilidad. A través de su historia, ha sido testigo de momentos cruciales en el deporte nacional y ha contribuido al desarrollo de generaciones de deportistas y ciudadanos comprometidos con la excelencia y el bienestar. Como tal, continúa siendo un espacio querido y valorado, tanto por su comunidad inmediata como por la nación en general.