Pese a los esfuerzos globales y décadas de regulaciones, la intoxicación por plomo sigue siendo una amenaza latente para la salud pública, especialmente entre los sectores más vulnerables de la población. La doctora Adriana González Villalba, experta de la Facultad de Medicina de la UNAM, advirtió sobre la gravedad de este problema durante su conferencia virtual titulada Intoxicación por plomo: ¿aún es un problema?
“El plomo es un peligro que no desaparece”, señaló González Villalba al explicar que, aunque el uso de este metal en gasolinas ha sido eliminado en casi todo el mundo, otras fuentes importantes de exposición persisten. México, explicó, enfrenta una situación particular: el país es el cuarto productor mundial de plomo, y muchos artículos de uso común –como las cerámicas vidriadas, las baterías de automóviles y algunas pinturas de uso industrial– siguen conteniendo este metal tóxico. La investigadora presentó su análisis en el contexto de la Semana Nacional de Prevención del Envenenamiento por Plomo, impulsada por la Organización Mundial de la Salud, un esfuerzo anual que en octubre busca crear conciencia sobre los riesgos y la prevención de esta amenaza silenciosa.
Historia de un metal mortal
González Villalba detalló la larga y compleja historia del uso del plomo, que data de la prehistoria. Este metal, que ha sido usado en herramientas de piedra y hasta en las tuberías de los acueductos romanos, resurgió con fuerza durante la revolución industrial, cuando se incorporó a una variedad de productos, desde utensilios de cocina hasta cosméticos y pinturas. A partir de 1920, el plomo se añadió a las gasolinas para mejorar el rendimiento de los motores, lo cual provocó un aumento exponencial en la cantidad de este metal disperso en el aire, el suelo y el agua.
En la década de 1970, el psiquiatra infantil Herbert Needleman descubrió que incluso pequeñas cantidades de plomo eran suficientes para causar graves daños neurológicos en niños. Needleman fue determinante en la decisión de Estados Unidos de comenzar a eliminar el plomo de sus gasolinas en 1975, una medida que posteriormente adoptaron muchos otros países, incluyendo México, que completó este proceso entre 1997 y 2000. Finalmente, Argelia se convirtió en 2021 en el último país en prohibir el plomo en sus combustibles.
Un enemigo que no ha sido erradicado
Pese a estos avances, el plomo sigue presente en el día a día de millones de personas en todo el mundo. “La exposición no desaparece porque muchas fuentes, especialmente en los países productores, no han sido controladas”, afirmó González Villalba. En México, por ejemplo, los productos de cerámica vidriada siguen representando un riesgo importante, especialmente en las piezas de barro tradicionales, muchas de las cuales contienen esmaltes con altos niveles de plomo. De igual modo, muchas viviendas antiguas todavía conservan capas de pintura con plomo que, al descascararse, liberan polvo tóxico que puede ser inhalado o ingerido, afectando sobre todo a los niños.
Consecuencias de la exposición en la salud
Los efectos del plomo en el organismo son devastadores y, en su mayoría, irreversibles. González Villalba destacó que los niños menores de seis años son particularmente vulnerables debido a que el sistema nervioso en desarrollo absorbe este metal con mayor facilidad. La exposición al plomo en menores está directamente relacionada con un menor coeficiente intelectual, problemas de aprendizaje y alteraciones de conducta que pueden limitar sus capacidades para toda la vida. En casos graves, el saturnismo –como se conoce también a la intoxicación por plomo– puede causar daños severos en el cerebro, incluyendo encefalopatía, e incluso la muerte.
En los adultos, los efectos también son graves y prolongados. La exposición continua al plomo ha sido relacionada con enfermedades cardiovasculares, hipertensión, problemas renales e infertilidad. González Villalba explicó que el plomo tiende a acumularse en los huesos, donde puede permanecer durante décadas debido a su similitud química con el calcio. En los momentos en que el organismo necesita calcio y lo extrae del hueso, el plomo acumulado puede liberarse nuevamente en el torrente sanguíneo, generando una fuente persistente de intoxicación.
¿Qué se puede hacer? Medidas de prevención y tratamiento
González Villalba subrayó que el ingreso de plomo al organismo se produce principalmente por inhalación o ingesta, lo que significa que las medidas preventivas son clave.
- Evitar pinturas con plomo, utilizar cerámicas sin esmaltes tóxicos y sustituir las tuberías de plomo en viviendas antiguas son algunas recomendaciones importantes para reducir el riesgo de exposición.
- A nivel doméstico, los especialistas recomiendan limpiar con frecuencia las superficies para evitar la acumulación de polvo y lavarse las manos de forma regular, sobre todo en el caso de los niños, quienes tienen más riesgo de llevarse las manos y otros objetos a la boca.
Para los casos de intoxicación, existe un tratamiento mediante quelación, un proceso en el cual se administran medicamentos que capturan el plomo en la sangre y permiten su eliminación del organismo.
Sin embargo, González Villalba señaló que la prevención es siempre preferible.
Desde 2013, México cuenta con normativas para limitar la concentración de plomo en las pinturas, aunque la OMS sigue abogando por su eliminación total en todos los productos comerciales.
“No existe un nivel seguro de plomo”, recalcó la doctora González, al advertir que incluso las concentraciones más bajas son peligrosas, especialmente en los niños.
Una llamada a la acción
Al concluir su intervención, González Villalba hizo un llamado a que tanto las autoridades como la población en general redoblen los esfuerzos por eliminar el plomo de productos de uso común. “Un futuro brillante comienza estando libre de plomo”, dijo, parafraseando el lema de la Semana de Prevención del Envenenamiento por Plomo de la OMS, y reiterando que la eliminación de este metal de la vida diaria debe ser una prioridad en favor de la salud pública.
La lucha contra el plomo, un enemigo silencioso, sigue siendo un reto, y la conciencia sobre sus efectos, así como el impulso hacia una regulación más estricta, son los pasos más urgentes para reducir los daños de esta amenaza que, aunque invisible, sigue presente.
Ideas destacadas
- La intoxicación por plomo sigue siendo una amenaza latente para la salud pública, especialmente en sectores vulnerables.
- México enfrenta una situación particular como uno de los mayores productores de plomo, lo que incrementa la exposición de la población.
- El plomo ha sido un material peligroso desde tiempos antiguos y su uso intensivo en la revolución industrial incrementó su dispersión en el ambiente.
- El saturnismo, o intoxicación por plomo, causa daños neurológicos y fisiológicos graves en niños y adultos, con efectos irreversibles.
- Las medidas preventivas incluyen evitar cerámicas con esmaltes tóxicos, pinturas con plomo y sustituir tuberías de plomo en viviendas antiguas.
- Existe tratamiento de quelación para eliminar el plomo del organismo, aunque la prevención sigue siendo la mejor alternativa.
- La doctora González Villalba de la UNAM enfatizó la urgencia de eliminar el plomo de los productos de uso común para proteger la salud pública.