• “Mucho cine y pocas palabras” se presenta del 12 de marzo al 24 de abril de 2025 en la Casa de América, y consta de un diálogo y la proyección de seis largometrajes.
• El ciclo se lleva a cabo en colaboración con la Filmoteca de la UNAM y el Acervo Paul Leduc.
• La contribución artística de Leduc a la cinematografía universal es incuestionable, no sólo por el valor de sus propuestas estéticas y narrativas, sino también por su coherencia y fuerte compromiso social.
UNAM-España en colaboración con la Filmoteca UNAM y el Acervo Paul Leduc proyecta en Madrid un ciclo de cine en homenaje al cineasta mexicano Paul Leduc (1942-2020), de la mano de la Casa de América y con el apoyo de Fundación Televisa y RTVE.
El ciclo está conformado por seis emblemáticas películas de Leduc, quien también fue profesor de cine en el entonces Centro Universitario de Estudios Cinematográficos de la UNAM (CUEC), ahora ENAC.
Las proyecciones se llevan a cabo todos los jueves entre el 13 de marzo y 24 de abril de 2015: Cobrador, in God we trust (2006), Etnocidio: notas sobre el Mezquital(1976), Frida, naturaleza viva (1983), ¿Cómo ves? (1985), Barroco (1989) y Latino Bar (1990), presentadas vía remota por Hugo Villa, director de la Filmoteca de la UNAM.

El ciclo fue inaugurado el 12 de marzo en la sede de Casa América con un diálogo en el que intervinieron las cineastas mexicanas Valentina Leduc, en representación del Acervo Paul Leduc, y Lucía Gajá, quien intervino en línea desde México, junto a Josep María Cívit, director de fotografía de Latino Bar y coautor de fotografía de Cobrador, in God we trust, y Esteve Riambau, historiador, crítico cinematográfico, realizador y exdirector de la Filmoteca de Cataluña. El diálogo fue presentado por Diego Celorio, coordinador de UNAM-España, y por el director de la Casa de América, León de la Torre. “Con este homenaje la Casa de América cumple uno de sus propósitos fundacionales que es visibilizar, revisitar, redescubrir a creadores que independientemente de la generación, de las líneas temáticas o artísticas han aportado y continúan aportando nuevas formas de ver y reflexionar sobre el arte la cultura y la sociedad que aspiramos a tener”, señaló León de la Torre al dar la bienvenida, al tiempo que agradeció a las entidades colaboradoras que han hecho posible la exhibición de las seis películas, algunos presentadas por primera vez al público madrileño, según dijo.


Por su parte, Diego Celorio, coordinador de UNAM-España, destacó la importante labor por parte de Juan y Valentina Leduc, hijos del cineasta, en conjunto con la Filmoteca de la UNAM, para la conformación y conservación del Archivo Paul Leduc, no sólo en todo el trabajo de catalogación y resguardo, sino por hacer accesible a todo el público un acervo de gran importancia para la cinematografía mexicana.
Al introducir la mesa, Esteve Riambau celebró la trascendencia de realizar un ejercicio cultural y político al revisitar no sólo la figura del cineasta, sino también su legado, para mantener viva la memoria y la obra de Leduc, ejercicio particularmente importante en los tiempos que corren. También señaló que Leduc “pertenece a ese cine con esta palabra tan usada, a veces tan gratuitamente usada, de `independiente´. Realmente fue un cineasta independiente en el momento en que serlo en los años 70 y en los años 80 quería decir muchas cosas, en un contexto de una industria tan potente como la mexicana y en un momento donde él rompió esas fronteras de su país para acercarse a otras culturas y a otras cinematografías”. Además, recordó que Leduc estudió en París bajo la tutoría del cineasta francés, Jean Rouch, cuyo legado en obra documental etnográfica influyó en su forma de hacer cine. En este sentido, encuentra que hay una transversalidad del cine de Leduc, que transcurre entre la ficción y el documental. Destacó igualmente que, aunque su filmografía es muy extensa, hay una serie de largometrajes que son “faros emblemáticos” en los cuales aparece una idea la Historia, por ejemplo, en: Reed, México insurgente o en Frida, naturaleza viva. Sobre este último film dijo que “detrás de ese personaje, detrás de esa mirada sobre la historia, hay una mirada personal de alguien que está haciendo un cine con un lenguaje distinto al hegemónico, y de ahí el título del ciclo “Mucho cine y pocas palabras”, porque define exactamente lo que es el cine de Paul Leduc”.
“Leduc era un hombre de la imagen y, más, de la imagen en movimiento; algunas de sus películas son muy cercanas al cine silente, que no tienen diálogos, que hablan sobre todo en imágenes y en composiciones sonoras y ambientes aurales construidos a propósito de las imágenes. Esta es una parte muy reveladora del trabajo de Paul”, señala Hugo Villa director de la Filmoteca UNAM, en las intervenciones que ha tenido en línea durante el ciclo.
Riambau también se refirió a las obras Latino Bar, una película sin diálogos, y a Barroco o Dollar Mambo, en las que la música es fundamental. “Su trabajo era poner en imágenes una serie de palabras, de descripciones, de conceptos, de colores”, dijo. Sobre este aspecto, Valentina Leduc aseguró que su padre era un gran aficionado a la música y tenía un gran conocimiento, sobre todo, de la música de América Latina; además, dijo que la música siempre estaba ya incluida desde los guiones de las obras. Algo de la música de sus películas se ha recogido en un playlist en Spotify. https://open.spotify.com/playlist/6T0n4LnAW8Q3QYFmtEGTFn
Por su parte, la cineasta Lucía Gajá, colaboradora cercana del cineasta, recordó que cuando Leduc recibió el Ariel de Oro en 2016 su discurso fue muy valiente, ya que no habló de su cine, ni de de su trayectoria ni de él mismo, sino que habló de la importancia de defender al cine mexicano desde su producción hasta su distribución y defenderlo de un mercado voraz. Gajá aseguró que con ese discurso puso sobre la mesa muchas de las cosas por las que peleó desde que empezó a hacer cine. Gajá también recordó que cuando la actriz Ofelia Medina presentó a Paul en los Arieles en ese 2016 dijo que “Paul con sus películas hacía milagritos de justicia”, lo que para Gajá es “una forma muy bonita de entender el camino y el trabajo de Leduc”. También reconoció la labor de la productora Berta Navarro, una figura que siempre estuvo incansablemente detrás del cine de Leduc .
Josep María Cívit, director de fotografía de Latino Bar y coautor de fotografía de Cobrador in Good we trust, habló de ambos filmes, que fueron grabados con 15 años de diferencia y en los que notó la evolución de Leduc, observando la consolidación como director ya en Cobrador. De esta última obra, hizo referencia a la complejidad de un rodaje que se llevó acabo en diferentes países: “Paul quiso que la fuente de imagen fuera de cada lugar y que fueran distintas, así que escogió a cuatro directores de fotografía para que hicieran las cuatro partes, cada una con un look distinto, con una fotografía personal en cada país y, además, no nos dejó -o por lo menos a mí- ver lo que habían hecho los otros directores de fotografía; es decir que yo tenía que sacar realmente mi personalidad, lo que a él le interesaba era el tipo de fotografía que yo hacía, le interesaba para la parte de la película en Brasil”.
En palabras de Hugo Villa, Cobrador, basada en un cuento del escritor brasileño Rubem Fonseca, marca la coproducción internacional que caracterizó la carrera de Paul Leduc. Además, se trató de su último largometraje de ficción y fue nominada al premio Ariel por mejor película, director y guión adaptado, ganando en la última categoría. La película también obtuvo el Premio a la mejor edición en el Festival de Cine de La Habana de 2006 y representó a México en los Premios Goya de 2008.
“Leduc era una persona muy seria, tenía una manera de hablar que era muy respetable, y a todo el mundo le hablaba igual con el mismo tono, con el mismo carácter, con la misma seriedad, eso te hacía sentir que estabas al lado de un artista, de una persona que trabajaba desde las entrañas, no podía hacer nada que no le saliera de dentro, era de una honestidad absoluta a la hora de expresar”, destacó Josep María Cívit.
El Acervo Paul Leduc
En su intervención, y al referirse al Acervo que conserva la Filmoteca UNAM, Valentina Leduc señaló que su conformación fue un trabajo exhaustivo, posible también con el apoyo de IMCINE y el FOCINE, logrando reunir a un grupo de profesionales, teniendo como resultado la conservación de la memoria de su padre, consiguiendo también una forma de aproximarse a la intimidad y a su forma creativa, ya que en el acervo se recogen sus películas, los proyectos, los guiones y sus diferentes tratamientos, fotografías, notas de periódico, casetes, música, carteles y muchos otros objetos y documentación.
También dijo que integran el acervo libros u obras de personas de las que él se inspiraba, como Alejo Carpentier, Malcolm Lowry, Tina Modotti, Frida Kahlo, Diego Rivera, Bruno Traven, Ricardo Flores Magón, José Revueltas, Pérez Prado o Cri-Cri. Además, la también cineasta, añadió que el acervo habla de una época cultural y política en México y en América Latina, además de que reúne una muy amplia gama de expresiones culturales.
La obra Latino bar -que en palabras de Hugo Villa es una obra que visita la historia fundacional del cine mexicano: a la legendaria Santa, la primera película sonora que se rodó en México- es una muestra de la complejidad que subyace en la gestión y conservación del legado cinematográfico de Leduc.
Riambau describió que se trata de una coproducción con una empresa catalana, rodada en Venezuela, con un equipo internacional y dirigida por un cineasta mexicano. Menciona que el recorrido de la obra es lógico, pero, justo por ser producción catalana con ayuda pública, los materiales acabaron resguardados por la Filmoteca de Catalunya, bajo la posesión en propiedad del productor, y en este caso por sus herederos; y por azares de la industria cinematográfica, esta película jamás se estrenó en México y en cambio los materiales, excelentemente conservados, están en Barcelona.
Riambau destacó la importancia del trabajo de conservación de las obras de Leduc por parte de la familia, así como de instituciones públicas como la UNAM o la Filmoteca de Cataluña que colaboran en la preservación de los materiales y su difusión. Además, señaló que no tiene sentido conservar materiales del pasado si no es para proyectarlos en el presente y para ofrecerlos a generaciones venideras, sobre todo tratándose de obras de cineasta tan importantes como Paul Leduc.
La inauguración del ciclo se puede ver completa en: