En 1910, el entonces presidente Porfirio Díaz, inauguró el Servicio Sismológico Nacional cuyo propósito es hacerle frente a la alta vulnerabilidad sismológica que padece nuestro país. En ese contexto, desde 1929 el instituto forma parte de la Universidad Nacional, lo que convierte a la Máxima Casa de Estudios en la única universidad del mundo que tiene a su cargo un servicio de esta envergadura.