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¿El coronavirus está mutando? Sí, pero no hay porque entrar en pánico

En las novelas y películas, los patógenos infecciosos mutan e inevitablemente se vuelven más peligrosos. La realidad, sin embargo, es mucho menos teatral.

Primero, una mutación es solo un cambio

A nivel estructural, los virus consisten de dos componentes básicos:

  • El genoma, codificado en cadenas sencillas o dobles, segmentadas o no segmentadas de RNA o DNA y
  • la cápside, que es una coraza formada por proteínas, cuya función principal es proteger al genoma para evitar su degradación.

Algunos virus poseen de manera adicional una envoltura formada por lípidos, en la que se encuentran insertadas proteínas de reconocimiento celular.

Comparación entre una partícula vírica desnuda y una con envoltura. Imagen modificada de Mandigan et al., 2015

El SARS-CoV-2 es un virus con envoltura y presenta ARN. Como todos los virus, al ingresar en su célula hospedera (o infectada) toman el ‘control o comando’ de la célula y controlan los mecanismos energéticos celulares para transcribir el RNA viral en proteínas que el virus requiere para propagar la infección.

El RNA es una cadena larga de nucleótidos, su bloque de construcción son los llamados codones, 3 nucleótidos, estos tríos de nucleótidos proporcionan el código para construir aminoácidos que forman las proteínas del virus. Una mutación es un cambio en uno de estos nucleótidos en el material genético del virus, en el caso del SARS-CoV-2, uno de los aproximadamente 30,000 nucleótidos que lo conforman.

Dogma central de la biología. La cadena de DNA se transcribe a ARN y éste es traducido a una cadena de aminoácidos. Imagen modificada de Wikipedia

A veces, una mutación en un triplete es silenciosa, lo que significa que el codón todavía codifica el mismo aminoácido. Pero incluso cuando un aminoácido cambia, el virus podría no comportarse de una manera diferente. Algunas mutaciones también podrían generar virus disfuncionales que, como resultado, desaparecen rápidamente.

Y, de hecho, estos cambios pueden ser útiles cuando se trata de rastrear el camino del virus en todo el mundo, algo que los investigadores han estado haciendo desde que los expertos de China lanzaron la primera secuencia genética del coronavirus en enero. Los científicos pueden descifrar o secuenciar el ARN del virus para rastrear los cambios a medida que infecta a más personas. Luego pueden rastrear dónde y cómo se está propagando el coronavirus en una población, y monitorear los cambios adicionales en su genética.

Una nueva ‘cepa’ de virus, en realidad, no significa mucho

El término ‘cepa’ es usado muy, muy libremente por la mayoría de los científicos, dice Emma Hodcroft, epidemióloga molecular de la Universidad de Basilea en Suiza. “No existe realmente una definición estricta de la palabra ‘cepa’, particularmente cuando se habla de virus”. Los expertos simplemente podrían estar refiriéndose a virus que no son genéticamente idénticos, casi como hablar de diferentes personas.

Los virus siempre están cambiando. Cuando un virus infecta una célula, comienza a hacer copias de sus instrucciones genéticas. La mayoría de los virus no tienen las herramientas necesarias para corregir cada cadena de ARN en busca de errores, por lo que el proceso es propenso a errores y las diferencias se acumulan con el tiempo.

Los coronavirus como el SARS-CoV-2, por otro lado, tienen una enzima de corrección de pruebas, una rareza para los virus de ARN. Pero eso no significa que sus genomas no tengan errores. Los cambios aún se acumulan, solo que más lentamente que en otros virus de ARN, como en el caso de la influenza.

La mayoría de las mutaciones no son peligrosas

Una mutación puede o no afectar a un virus, pero solo ciertos tipos de mutaciones pueden hacer que el virus sea más peligroso para las personas. Quizás el cambio protege al virus del sistema inmune o lo hace resistente a los tratamientos. Las mutaciones también podrían alterar la facilidad con que el virus se propaga entre las personas o causar cambios en la gravedad de la enfermedad.

Afortunadamente, tales mutaciones son raras. Desafortunadamente, pueden ser difíciles de identificar.

Un estudio preliminar publicado el 5 de mayo en bioRxiv.org, por ejemplo, encontró una mutación en la proteína S de SARS-CoV-2, una proteína ubicada en la envoltura del coronavirus que le permite penetrar en las células. Esta nueva variante ahora se encuentra con mayor frecuencia en lugares como Europa y Estados Unidos que la forma original del coronavirus. Eso puede significar que el cambio hace que el virus sea más transmisible, concluyeron los autores. Pero el estudio careció de experimentos de laboratorio para respaldar tal afirmación.

“Lo que creo que ha sido potencialmente confuso para las personas, es que estamos viendo este proceso, que es muy normal, de transmisión y mutación viral pero en tiempo real”, dice Louise Moncla, epidemióloga evolucionista del Centro de Investigación del Cáncer Fred Hutchinson en Seattle. “Y existe este deseo de comprender si estas mutaciones tienen alguna diferencia funcional”.

Respiren profundamente, dicen los expertos, y esperen mutaciones

Para entender si una sola mutación cambiará la forma en que funciona el virus, “no será cosa de un solo experimento”, dice el virólogo Debbink de la Universidad Estatal de Bowie. “Se necesita mucha investigación”.

Además de examinar secuencias genéticas de virus de pacientes con coronavirus en todo el mundo, los investigadores también se basarán en estudios en células o animales cultivados en laboratorio. Dichos estudios podrían ayudar a determinar si los virus con mutaciones particulares se comportan de manera diferente. Los experimentos de competencia, en los que dos virus diferentes se mezclan con células no infectadas en una placa de Petri o se usan para infectar a un animal, pueden ayudar a los científicos a determinar qué variante tiene más éxito en hacer copias de sí mismo, es decir, cuál “gana”.

Pero los resultados de laboratorio podrían no proporcionar tampoco la imagen completa. “El hecho de que algo sea diferente, en una célula durante un ensayo de laboratorio, no significa necesariamente que sea diferente cuando lo escalas a una infección real”, dice Hodcroft.

Estos estudios llevan tiempo. Mientras tanto, se garantiza que aparecerán más mutaciones de coronavirus en los próximos meses, y los expertos continuarán rastreándolos.

“Los datos nos dirán si debemos preocuparnos y de qué manera debemos preocuparnos”, dice Moncla. “Todos deberían respirar profundamente y darse cuenta de que esto es exactamente lo que se espera que suceda, y no necesariamente debemos preocuparnos”.

Fuente: Science News