La situación del campo mexicano es muy grave, principalmente porque es un sector que ha sido abandonado e incluso no se ha impulsado una política de aliento productivo, afirma Blanca Aurora Rubio Vega, del Instituto de Investigaciones Sociales.
Se ha preferido importar de Estados Unidos alimentos abaratados que promover la producción interna, agrega.
Dicho escenario ha traído como consecuencia que caigan los precios de las semillas y que no sea rentable estimular la producción. Por ende, nos hemos convertido de un país exportador a importador de granos básicos, destaca.
Actualmente, añade la académica, importamos alrededor del 84 por ciento del arroz, 31 por ciento del maíz, 64 por ciento del trigo y 98 por ciento de la soya, cuando en los años 60 fuimos un país exportador de granos básicos.
Ante esta realidad, el sector más resentido han sido los pequeños productores rurales, porque no han tenido mucho apoyo real del gobierno.
Por ello, la académica propone que las autoridades deben impulsar un mejor presupuesto, fortalecer todas las áreas de capacitación, sobre todo de crédito y financiamiento que ha bajado mucho, e incluso de las aseguradoras para que permitan que la producción agrícola sea rentable.
Igualmente, se debe renegociar el Tratado de Libre Comercio de América del Norte, para evitar que sigan entrando productos a precios de bajo costo que compiten con los nacionales. Con estas acciones, podremos recuperar la soberanía alimentaria, concluye.