El aniversario de la fundación de Tenochtitlan nos invita a reflexionar sobre uno de los episodios más emblemáticos en la historia de Mesoamérica. Sin embargo, ¿cómo podemos explicar su origen si no contamos con documentos históricos prehispánicos que lo narren?
Si bien los registros que mencionan la fundación de la ciudad datan de la segunda mitad del siglo XVI, la mayoría coincide en que ocurrió en el año 2-Casa. Esta fecha, correspondiente al calendario indígena, se traduce al año 1325 en el calendario europeo, explica María Castañeda de la Paz, historiadora del Instituto de Investigaciones Antropológicas de la UNAM.

En 1428, tras liberarse del dominio de los tepanecas de Azcapotzalco, el rey tenochca Izcóatl reescribió la historia de su pueblo, creando una leyenda sobre sus orígenes.
De acuerdo con esta narrativa, aunque fue ideada por Izcóatl, posteriormente fue modificada por otros gobernantes o tlatoques. La historia cuenta que el pueblo azteca partió de un lugar llamado Aztlán, aunque en algunos documentos se menciona otro origen: Chicomostoc, el “lugar de las Siete Cuevas”.
Su dios, Huitzilopochtli —cuyo nombre se traduce como “a la izquierda del colibrí”—, les prometió un destino mejor que el que tenían en Aztlán. Según la leyenda, esta tierra de origen era una isla rodeada de agua, con el glifo de Culhuacán, “la cima del cerro torcido”, en una de sus orillas.
El investigador alemán Eduard Seler afirmaba que Aztlán es una representación simbólica del mundo conocido por los mexicas.
El viaje y la fundación de la ciudad
Guiados por Huitzilopochtli, los mexicas abandonaron Aztlán. Su travesía se divide en dos etapas. En la primera, la peregrinación es difícil de rastrear, pues los lugares mencionados no se identifican fácilmente en la geografía mexicana, señala Castañeda de la Paz.
En la segunda etapa, tras cruzar Tula, Hidalgo, los templos y poblaciones mencionadas comienzan a coincidir con sitios reales.
Durante su recorrido, los mexicas pasaron por Zumpango, Cuautitlán, Xaltocan, Azcapotzalco, Chapultepec, Culhuacán y varios pueblos en el sur de la cuenca de México, como Mexicalcingo, Huitzilopochco e Iztacalco, hasta que finalmente fundaron Tenochtitlan en el año 2-Casa.
“La mayoría de los documentos señalan el año 2-Casa como la fecha de la fundación, por lo que lo tomamos como referencia. Son relatos orales que derivaron en crónicas y códices, y la mayoría coincide en este año”, explica la historiadora.
El Teocali de la Guerra Sagrada
Este hecho es confirmado por un monumento prehispánico: el Teocali de la Guerra Sagrada, una escultura exhibida en la Sala Mexica del Museo Nacional de Antropología. Es el único vestigio prehispánico que registra la fundación de Tenochtitlan.


El Teocali es una piedra votiva con forma de pirámide, pues tiene escalinatas, pero también funciona como trono. Está cubierta de inscripciones con fechas y personajes y conmemora el Quinto Sol, el último tiempo de la cosmovisión mexica, correspondiente a la llegada de los tenochcas a la cuenca de México.
“En lo que sería el respaldo, pero en la parte de atrás, en las aguas del lago de Texcoco aparece un personaje que no podemos identificar porque la piedra está muy deteriorada en esa parte y la cara del personaje está borrada”, explica la investigadora.
El personaje tiene las piernas flexionadas y de su estómago brota un nopal, sobre el cual se posa Huitzilopochtli, sin la presencia de la serpiente. De su pico emergen dos corrientes que representan el atlachinoli, es decir, “agua, cosa quemada”, un símbolo de guerra.
“En mi opinión, ‘tomar la tierra por guerra’ es una forma de poseer para merecer la tierra, que se va a convertir en Tenochtitlan”, comenta Castañeda de la Paz.
En la parte superior de la escultura, aunque no es visible para el público, aparece la fecha 2-Casa, la misma que se asocia con la fundación de la ciudad.
Los primeros habitantes de la isla
Cuando los aztecas llegaron a la isla donde se asentaron, esta ya estaba habitada. Según los relatos históricos, en el norte vivían colonos de Azcapotzalco, dedicados a la pesca y a la explotación de salinas. Estos habitantes serían posteriormente conocidos como tlatelolcas, de origen tepaneca.
“Las evidencias arqueológicas confirman que tanto en el norte, donde se fundaría Tlatelolco, como en el sur, donde se establecería Tenochtitlan, ya había población. Se han encontrado restos cerámicos que lo demuestran”, indica la historiadora.
Los tlatelolcas eran descendientes de los chichimecas-tepanecas, habitantes del oeste de la cuenca de México, en la región conocida como Tepanecapan, cuya capital fue Azcapotzalco hasta 1428, cuando Izcóatl la conquistó y transfirió el poder a Tlacopan (hoy Tacuba).
Los tlatelolcas y los tenochcas: un origen común
“No hay duda de que los tlatelolcas eran chichimecas, lo que significa que provienen de Chicomostoc”, afirma Castañeda de la Paz.
En un estudio publicado en 2013, la historiadora sugiere que los documentos que mencionan Chicomostoc como origen de los mexicas podrían referirse, en realidad, a los tlatelolcas. En contraste, los textos que aluden a Aztlán como lugar de procedencia estarían relacionados con los tenochcas.
Si bien los tenochcas también eran chichimecas, al consolidarse en el poder, Izcóatl eliminó cualquier vínculo con este origen e impuso la idea de que provenían de Aztlán.
¿Aztlán y Chicomostoc existieron realmente?
Castañeda de la Paz sostiene que Aztlán y Chicomostoc no son lugares físicos, sino conceptuales.
Los habitantes de la cuenca antes de los mexicas
Antes de la llegada de los mexicas, la cuenca de México estaba habitada por grupos toltecas que sobrevivieron a la caída de Tula, Hidalgo. No obstante, los vestigios arqueológicos muestran que la región estuvo poblada incluso desde la decadencia de Teotihuacan.
Los toltecas eran una sociedad sedentaria que vestía ropa de algodón, se alimentaba de maíz y hablaba náhuatl. Su cultura estaba ligada a la tradición de Quetzalcóatl. En contraste, los chichimecas vestían pieles y usaban arco y flechas.
En el sur de la cuenca, los toltecas habitaron Culhuacán, ciudad cuyo nombre significa “cerro de cima curvada”. De este modo, la influencia tolteca pasó de Tula a Culhuacán.
Cuando los mexicas llegaron a la cuenca, la región ya estaba reconfigurada por estos grupos toltecas y chichimecas. Al partir de Aztlán, eran conocidos como aztecas, pero tras fundar su ciudad pasaron a llamarse mexicas-tenochcas o simplemente tenochcas.
Ideas destacadas
- La fundación de Tenochtitlan ocurrió en el año 1325, según los registros históricos.
- El Teocali de la Guerra Sagrada es el único vestigio prehispánico que confirma este hecho.
- Antes de la llegada de los mexicas, la cuenca de México ya estaba habitada por grupos toltecas y chichimecas.
- Aztlán y Chicomostoc no eran lugares físicos, sino conceptos dentro de la cosmovisión mexica.