México se encuentra ante un gran reto en materia de salud bucodental. De acuerdo con los datos, nuestro país se posiciona entre las naciones con mayores problemas bucales, con un preocupante 90% de la población sufriendo de caries y/o gingivitis.
Aunque es cierto que la salud bucal comienza por mantener una rutina de higiene consistente en lavarse los dientes tres veces al día, usar hilo dental y acudir al dentista al menos cada seis meses, puede que estemos ignorando un factor determinante: la higiene de nuestro cepillo dental.
El cepillo dental, por estar en contacto directo con nuestra boca, se vuelve un “foco importante de cultivo de bacterias”, según la profesora de la FES Zaragoza, Alejandra Gómez Carlos. De acuerdo con la experta, los cepillos llegan estériles a nuestras manos, pero desde el momento en que los utilizamos se contaminan con una gran cantidad de bacterias que habitan en la boca. Estas no solo provienen de nuestra boca, sino también de las enfermedades dentales y hasta de las heces si se guarda en el baño.
Pero, ¿cómo desinfectamos nuestro cepillo dental? Para desinfectar el cepillo, Gómez Carlos menciona varios biocidas que pueden ser útiles, tales como:
- Clorhexidina: Esta sustancia comienza su acción en 15 a 30 segundos y tiene un efecto residual de seis horas.
- Hipoclorito: Su acción es al contacto, teniendo la desventaja que se inactiva con presencia de comida o que si no se enjuaga adecuadamente este líquido tenga contacto con tejidos de boca y lo queme.
- Tabletas limpiadoras dentales: Son una opción efectiva para mantener la higiene del cepillo.
- Enjuague bucal: Actúa al minuto. Tiene un gran poder antibacteriano y suficiente para descontaminar las bacterias presentes en los cepillos de dientes.
- Peróxido de hidrógeno (agua oxigenada): Aunque su acción es inmediata, carece de efecto residual y se debe manejar con cuidado, ya que puede dejar residuos en las fibras del cepillo que podrían dañar los dientes o la boca.
- Microbicida: Esta sustancia, que normalmente se usa para desinfectar frutas y verduras, también puede ser útil para limpiar los cepillos dentales, debido a que contienen iodo o cloro.
La docente también recomendó que los cepillos se sequen correctamente sin dañar sus fibras, utilizando para ello una toalla en la que se envuelve el cepillo para luego darle vueltas lentamente. Asimismo, indicó que el agua usada para estos procesos debe ser potable para evitar una nueva contaminación del cepillo. Además, enfatizó que la desinfección debe ser individual, evitando que todos los cepillos de la familia compartan el mismo recipiente.
Este procedimiento no se aplica a los cepillos interdentales, que solo se utilizan entre dos y cuatro veces, aunque sí es útil para los cepillos de prótesis. En cuanto a los cepillos eléctricos, la recomendación es cambiar el cabezal cada dos meses y desinfectar el mango con un paño humedecido con agua y cloro, aplicando las mismas técnicas de limpieza que para los cepillos tradicionales.
Por último, Gómez Carlos explicó que la vida útil de un cepillo dental oscila entre uno y tres meses. Si el paciente padece de gingivitis, la proliferación de bacterias es severa y debería usar el cepillo un máximo de un mes. Pero si se lleva a cabo un buen cepillado y se mantiene una buena salud bucal, el cepillo puede durar hasta tres meses.
Ideas destacadas sobre cómo desinfectar el cepillo dental:
- México se enfrenta a un reto significativo en términos de salud bucodental, con un alto porcentaje de la población sufriendo de caries y/o gingivitis.
- La higiene del cepillo dental es un factor crucial que a menudo se pasa por alto, y puede ser una fuente importante de bacterias.
- Alejandra Gómez Carlos, docente de la FES Zaragoza, sugiere una variedad de métodos y productos para desinfectar los cepillos de dientes.
- El proceso de desinfección debe ser individualizado, y se debe usar agua embotellada para evitar recontaminación.
- La vida útil de un cepillo dental puede variar de uno a tres meses, dependiendo de la salud bucal del individuo.