Cuenta una antigua leyenda que el cacao fue un obsequio de los dioses para la humanidad. En la cultura maya fue Kukulcán y en la tolteca Quetzalcóatl. Desde entonces, las culturas prehispánicas sabían de sus beneficios.
De acuerdo con María del Carmen Iñárritu, profesora del Departamento de Salud Pública de la Facultad de Medicina de la UNAM, los chocolates amargos o semiamargos, que contienen mayor cantidad de cacao (de 70 a 80 por ciento), ofrecen mayores beneficios para la salud, tanto física como anímica.
La palabra chocolate proviene del náhuatl xocoatl, término formado por xoco, amargo, y alt, agua, es decir, “agua amarga”. Por ser una bebida amarga, en ocasiones se endulzaba con miel.
Beneficios físicos
El cacao contiene fitoquímicos, sustancias antioxidantes que elabora la planta para su protección, y que en el ser humano tienen un efecto antiinflamatorio.
También posee óxido nítrico, que mejora el flujo sanguíneo de las venas, y en consecuencia hay menor reproducción de coágulos sanguíneos que podrían causar embolias. De esta manera, ayuda a la salud cardiovascular y mejora la presión arterial.
Con mejor flujo sanguíneo hay una buena función cognitiva de la memoria, además, se da una neurogénesis (proceso en el que se generan nuevas neuronas) y ayuda a que disminuya la neurodegeneración (pérdida de neuronas). De hecho, mejora la memoria y la cognición, sobre todo en personas adultas mayores.
Por su parte, los antioxidantes protegen las membranas celulares y ayudan a que disminuya el daño celular. También contiene fibra y sustancias que mejoran la flora intestinal y al mismo tiempo ayudan a reforzar el sistema inmune.
Estado anímico
Las culturas prehispánicas utilizaban al cacao como moneda, y era muy importante en algunos rituales; como alimento, estaba destinado sólo a las clases altas. También lo consumían personas que estaban tristes, porque se le consideraba un alimento que mejoraba el ánimo, y la gente estaba de mejor humor.
La razón es que el chocolate contiene sustancias sensoriales, es decir, esa textura de sabor que se derrite en la boca y que nos da una sensación de recompensa y de sentirnos bien. También contiene cafeína, que ayuda a mejorar el estado de ánimo y a disminuir la fatiga. Por su parte, la teobromina funciona como antidepresivo.
Otra sustancia contenida en el chocolate es el salsolinol, un derivado de la dopamina que funciona como neurotransmisor y que juega un papel importante en el sistema de recompensa del cerebro. “Por eso, cuando comemos chocolate nos sentimos con más ánimo”.
Sin embargo, los chocolates comunes sólo tienen entre 20 y 25 por ciento de cacao por lo que sus beneficios son menores, aunque la cantidad de calorías que contienen por el azúcar y la leche son mucho mayores. En el caso del chocolate blanco, contiene principalmente manteca de cacao y no tiene los beneficios ya mencionados.
Por último, la investigadora recomienda consumir cada día una barra de chocolate amargo o semi-amargo de 10 gramos, pero que contenga al menos de 70 a 80 por ciento de cacao. No obstante, “si lo consumimos en exceso, subiremos de peso”.