Julieta Fierro, investigadora del Instituto de Astronomía de la UNAM, María Emilia Beyer, directora de Universum, Museo de las Ciencias, y Valeria Souza, investigadora del Instituto de Ecología, son las grandes mentoras de las nuevas generaciones. Ellas han sido mujeres rebeldes que han inspirado a las jóvenes para estudiar las ciencias.

En el Universum, Museo de las Ciencias se llevó a cabo una charla sobre las chicas rebeldes que se atrevieron a ingresar al área científica en la que estas tres científicas hablaron de sus experiencias, retos, oportunidades y satisfacciones que han tenido en su área de trabajo.
María Emilia Beyer, gran admiradora de Julieta y otras científicas
“Un día llegó Julieta Fierro y me dijo: te presento a tu editor, con él vas a trabajar tu primer libro. Pensé: ¿Un libro? ¿Yo? Sentí miedo, pero reflexioné: Si ella dice que puedo, entonces puedo. Actualmente tengo nueve libros publicados”, recordó Maria Emilia Beyer.
Entre las mujeres que admira Beyer está Julieta Fierro, de quien aprendió la importancia de ser lúdica y divertida al compartir la ciencia. También recordó otras que han sido una gran inspiración, como la mamá de Jane Goodall, que revolucionó la conducta animal.
Pocos saben que cuando a la joven Jane se le ofreció este proyecto, su mamá le dijo: “¿Cómo que vas a estar sola en medio de la naturaleza? Si es tu sueño, yo voy contigo”. Para María Emilia este fue un acto de gran admiración, porque la señora preparaba la comida para que su hija pudiera seguir a los chimpancés; si se lastimaba, ella la curaba, y al día siguiente podía levantarse para seguir su investigación.
En su paso por la UNAM, María Emilia ha enfrentado muchos retos, desde ser directora del Universum, Museo de las Ciencias, hasta superar los prejuicios y estereotipos de género en un mundo dominado por los hombres.
En algún momento, tuvo que equilibrar su carrera científica con la crianza de los hijos. A pesar de mucho esfuerzo y tiempo, lo logró.
La directora de Universum, Museo de las Ciencias ha tenido una carrera muy exitosa, pero piensa que todavía hay desafíos para que otras mujeres puedan acceder a los mismos recursos, visibilidad y oportunidades que tienen los hombres.
Julieta Fierro: de soñar con ser cirquera, saltó a la astronomía
Desde muy pequeña, Julieta era muy buena para las matemáticas, área a la que quería dedicarse, pero también soñaba con ser trapecista, tener 12 hijos y ser cirquera.
Fue su hermana mayor quien, con un consejo decisivo, la orientó hacia la Física. Fiel a su sugerencia, Julieta siguió ese camino. Más tarde, ya como estudiante en la Facultad de Ciencias, se topó con un cartel que anunciaba erróneamente una “carrera de Astronomía”, inexistente en realidad: para formarse como astrónoma, es necesario estudiar Física y después especializarse en el área. Ese hallazgo, junto con el recuerdo de los libros de su infancia repletos de imágenes del cosmos, definió su vocación.
Así descubrió a uno de sus mentores, el astrónomo Manuel Peimbert, y otra gran personalidad fue el maestro en matemáticas Eduardo Schmitter, quien realmente le enseñó a entender la ciencia.
Sobre la divulgación científica, Julieta Fierro menciona que es crucial para acercar la ciencia a la gente. De hecho, a lo largo de su carrera ha trabajado para lograr que los temas complejos sean accesibles para un público general, algo que considera fundamental para inspirar a las futuras generaciones.
Julieta enfrentó algunos obstáculos debido a los prejuicios de género, pero logró sobresalir. Ella reconoce que otras mujeres presentan dificultades para sobresalir en su campo, además de ser tomadas en serio y para acceder a las mismas oportunidades que sus colegas masculinos.
Valeria Souza y su lucha por ser escuchada
En una ocasión, durante sus primeros años de investigación, Valeria participó en una reunión científica donde se esperaba que todos los asistentes compartieran sus ideas y propuestas de proyectos.
Valeria, una de las pocas mujeres en la reunión, observó que cuando presentó su trabajo su voz no era escuchada con la misma atención que la dedicada a sus colegas masculinos. Ante esta situación, sintió que no era tomada en serio debido a su género.
Sin embargo, este tipo de experiencias la motivó a persistir aún más en su camino científico y a luchar por ser escuchada y reconocida por su trabajo.
Valeria Souza es especialista en biología evolutiva y en ecología microbiana, y también es reconocida por su contribución a la investigación sobre la biodiversidad de bacterias y su papel en los ecosistemas, principalmente en México.

Fue pionera en el campo de la ecología microbiana y el papel crucial de las bacterias en los ecosistemas. También ha trabajado intensamente en la protección de los recursos naturales.
Sobre sus retos personales y profesionales, destacó la dificultad de ser mujer en un campo tan competitivo y tradicionalmente dominado por hombres.
En sus primeros años tuvo que enfrentar prejuicios de género, además de trabajar arduamente para conciliar su vida profesional con la familiar. A pesar de los obstáculos, Valeria se ha convertido en un referente para futuras generaciones científicas.
Para una mujer que quiere dedicarse a la ciencia, es importante contar con un entorno de apoyo en el trabajo y en la vida personal.