El Cinquecento iba a encontrar pronto su ocaso, los grandes maestros del Renacimiento habían sentado las bases estéticas que caracterizarían el arte a lo largo de casi dos siglos.
El Manierismo, que en un principio pretendía apegarse e incluso imitar a los grandes del Cuatrocento, mutaba en una estética característica, complicada en contenido y forma, desafiando los ideales de la belleza clásica preocupada siempre por fundamentarse en la razón.
En este periodo de cambios y contrastes, Caravaggio desarrolla su estética única. Su aprendizaje está influenciado por los maestros del Renacimiento italiano como Miguel Ángel y Tiziano, pero con el tiempo empieza a deslindarse de los cánones perfilando una estética propia, de carácter más sórdido que le otorga una reputación que lo lleva a ser reconocido y solicitado como pocos artistas.
Sus detractores lo acusarían de naturalista, de vulgarizar las figuras religiosas, dotándolas de ordinariez y fealdad, incluso, de querer horrorizar al público. Por su parte, Caravaggio busca la verdad, pretende representar las cosas como son despojadas de idealismos, tal y como son descritas en aquellas escenas de la Biblia, mostrando el lado humano de los personajes.
No sorprende que sus modelos los haya encontrado entre el pueblo, entre las clases más bajas. Utiliza prostitutas, mendigos y villanos para representar apóstoles o santos. Su elaborado y genial uso del claroscuro y el alto contraste, sumado a un manejo de la luz como no se había visto entonces, son los elementos de los que se sirve para resaltar esta realidad a veces apabullante, llena de matices, erotismo, carne y sangre.
Precursor del Barroco, fundador del tenebrismo, Caravaggio es sin duda uno de los artistas que, a caballo entre dos siglos, logra revolucionar la pintura y sentar las bases de lo que vendría.
Caravaggio. Una obra, un legado
Pocas son las oportunidades que tenemos de contemplar obra original realizada por grandes maestros de la pintura. Dichas exposiciones son infrecuentes debido a la logística y al costo oneroso de las mismas.
Sin embargo, el Museo Nacional de Arte en colaboración con los Museos Capitolinos de Roma, han puesto a nuestro alcance una de las magníficas obras del pintor italiano.
Caravaggio es uno de los artistas más importantes de la historia de la pintura occidental de entre siglos (XVI y XVII), quien desafió los convencionalismos de la estética renacentista y clasicista.
Por eso, La Buenaventura (1596) se exhibe junto a otras 16 obras de colecciones nacionales que muestran claramente la influencia que Caravaggio ejerció sobre el trabajo de los pintores novohispanos. Autores de la talla de Francisco de Zurbarán o Cristóbal de Villalpando forman parte de la selección en cuyas obras se muestran claramente la influencia que ejerció el oriundo de Milán.
Es la obra de José de Ribera la que tiende el puente, adoptando el tenebrismo de Caravaggio para desarrollar su particular estilo naturalista. Lo Spagnoletto exportaría a través de su obra las innovaciones estéticas y recursos técnicos que adoptarían otros pintores, quienes los aplicarían en el desarrollo de su propia estética llena de matices y particularidades únicas.
Dividida en tres secciones, la primera es una cuidadosa selección de obras de colecciones nacionales que muestran el tránsito de la influencia del trabajo de Caravaggio y su repercusión en el desarrollo de la pintura barroca novohispana.
En la segunda parte se exhibe La Buenaventura, pieza central de la exposición, y para culminar la experiencia se muestra Caravaggio Experience, instalación multisensorial que mediante el uso de recursos digitales nos permite explorar 57 pinturas del artista.
Asimismo, en esta instalación participan los videoartistas de The Fake Factory, con música original de Claudio Strianini y fragancias creadas ex profeso por la Farmacia de Santa María Novella.
La curaduría corrió a cargo de Alivé Piliado y Abraham Villavicencio, con el apoyo de Microsoft México para la experiencia multisensorial. Se exhibe en el Museo Nacional de Arte (Munal) y permanecerá hasta el 20 de mayo.