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Abatir corrupción con educación

La corrupción, impunidad, falta de transparencia y rendición de cuentas, son prácticas que de manera cotidiana se realizan en México, y forman parte del eje central del libro Corrupción y complejidad (Editorial FCA Publishing), el cual fue presentado en la 40 edición de la Feria Internacional del Libro del Palacio de Minería (FILPM), por expertos del Seminario Permanente de Complejidad de la División de Investigación de la Facultad de Contaduría y Administración (FCA) de la UNAM.

De acuerdo con datos de la última encuesta de Transparencia Internacional, el lugar que ocupa México en los índices de corrupción internacional ha ido en ascenso (del puesto 53 al 134 de 175 países evaluados del 2000 al 2017).

Los autores consideran que la corrupción es un problema estructural que debe disminuirse con educación, pues los conflictos que genera afectan directa o indirectamente la vida, dignidad y los derechos de las personas y colectivos en México.

En ese contexto, “existe una relación entre la corrupción y la complejidad, entendiendo a ésta como un entretejido e interrelaciones que tienen que ver con la corrupción”, aseveró José Silvestre Méndez Morales, jefe de la División de Investigación de la FCA.

El texto aborda en siete capítulos temas que ejemplifican cómo la corrupción compromete el desarrollo de la sociedad, afecta la convivencia ciudadana y pervierte el ejercicio de la autoridad.

Méndez Morales recordó la creación, en 2012, de la “nueva” reforma laboral. “Nosotros le llamamos, por sus consecuencias, contrarreforma laboral. Hay trabajo terciarizado, outsourcing, ahí todo se simula, todos nos convertimos en mercancía. Los futbolistas, por ejemplo, firman un doble contrato: uno, en el que se indica que ganan poco para pagar pocos impuestos, y otro, en el que se les paga por fuera todo lo demás”.

Añadió que “pareciera que la clave en México para hacer negocio es la corrupción, donde la extorsión, el peculado, el desvío de recursos, el nepotismo, la falta de transparencia y de rendición de cuentas, las fake news, son prácticas recurrentes en toda actividad”.

Ante el panorama, la pregunta es: ¿Nacemos o nos hacemos corruptos? “Nuestro comportamiento debe ser ético, se debe castigar al culpable”, enfatizó el investigador universitario.