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Fabiola Núñez, con la ilusión intacta por alcanzar los Juegos Olímpicos

La remera auriazul y medallista de oro en los Juegos Centroamericanos y del Caribe de Barranquilla 2018, Fabiola Núñez Zurita, entrena en casa con el firme objetivo de clasificarse a los Juegos Olímpicos de Tokio, pospuestos para el año 2021 debido a la pandemia por la COVID-19.

En la modalidad de doble par ligero, Núñez Zurita busca confirmar su lugar en la Regata de Clasificación Olímpica y Paralímpica Continental de las Américas que se realizará tentativamente del 28 al 31 de enero de 2021 en Brasil.

“Me encuentro entrenando en casa con un remoergómetro (simulador de la acción de remar), ligas, barras y discos, en una especie de mini gimnasio en el hogar y cuidándome lo más posible, para poder participar en el preolímpico de remo”, afirmó la egresada de la Facultad de Medicina quien obtuvo su especialidad en Medicina del Deporte en la Dirección General del Deporte Universitario (DGDU).

“Si se confirman las fechas, debemos de hacer nuevamente la toma de tiempos en la Ciudad de México (en la pista Virgilio Uribe, de Cuemanco) hacia finales de noviembre de este año, para volver a ganarnos nuestra plaza en el preolímpico a celebrarse en Brasil. Ahí no hay de otra mas que clasificarnos en primer lugar para obtener el boleto a Tokio. Es por esto que no hemos dejado de entrenar”, añadió la atleta que incluso dejó su puesto de jefa de departamento de Asistencia Médica, en la Dirección de Medicina del Deporte de la UNAM, para dedicarse a la búsqueda de su clasificación.

Fabiola Núñez, junto con su coequipera, la bajacaliforniana Alexa López, se encontraban clasificadas al preolímpico de Brasil antes de que se interpusiera la contingencia sanitaria. A mediados de marzo, la pareja mexicana estuvo a punto de viajar a tierra amazónica, pero la pandemia las sorprendió en el Centro de Alto Rendimiento de Remo, en San Felipe, Baja California, días antes de regresar a la CDMX para viajar a Brasil. Entonces, inició la Jornada Nacional de Sana Distancia, se decidió que los Juegos Olímpicos no se disputarán este año y casi inmediatamente después se cerró el Centro de Alto Rendimiento, con lo cual no quedó otra opción más que entrenar en casa.

“Nos encontrábamos a nada del viaje, el bote ya estaba en Brasil y sí, fue un golpe anímico durísimo. Lloré mucho porque han sido años de trabajo muy fuerte y, aunque sabíamos que era por algo totalmente ajeno y que no sólo nos afectaba a nosotras sino a todo el mundo, fueron difíciles los primeros días, llenos de incertidumbre y tristeza”, expresó.

Así comenzó el entrenamiento en el hogar, mismo que mantiene hasta la fecha, además de que se incorporó a un club de remo donde practica a través de la plataforma Zoom junto con otros atletas, un factor que levantó el ánimo de la remera auriazul.

“Yo tuve claro en todo momento que quería seguir en el proceso para los Juegos Olímpicos, pero con el inicio de la pandemia el plan no tenía pies ni cabeza. A pesar de que soy bastante organizada y estoy acostumbrada a entrenar sola, el hecho de anexarme a un grupo y practicar con ellos hace divertido el adiestramiento, compartimos experiencias y nos apoyamos mutuamente, tanto en el aspecto físico como en el plano psicológico”, finalizó.