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Educación en cuarentena

Los niños y adolescentes mexicanos estudian desde casa. Las clases por internet o por televisión son las herramientas que los profesores utilizan para continuar el ciclo escolar con sus alumnos.

Para alumnos, padres, madres y maestros el confinamiento ha sido todo un reto para continuar con las clases. ¿Estábamos preparados para las clases en línea en nuestro país?, ¿todos los niños cuentan con dispositivos e internet en sus comunidades?, ¿los profesores saben utilizar las herramientas tecnológicas para dar sus lecciones?

Tres profesores de diversas asignaturas y grados nos comparten su experiencia de enseñanza en este periodo de cuarentena, cómo era su día laboral antes del confinamiento, a qué obstáculos se han tenido que enfrentar con las clases en línea y cómo han reaccionado los alumnos ante la nueva modalidad.

Aprovechar la experiencia para cuidar el medio ambiente

La maestra Arelis Rattia Paredes es licenciada en Artes Visuales, trabaja en un colegio privado, se dedica a la educación desde hace más de 15 años y da clases de artes plásticas a alumnos de preparatoria. Su día normal, antes de la cuarentena, comenzaba con su clase a las 7:30 horas y terminaban alrededor de las 14:40 horas.

Para dar clases en línea no tuvo capacitación, aunque sí tenía el conocimiento de una plataforma de comunicación interna entre alumnos y profesores que eventualmente utilizaban, pero ahora ya es parte del día a día para enviar por correo las actividades. Las clases son por medio de zoom para explicar el tema y se apoyan con tutoriales en YouTube.

La docente considera que los alumnos han reaccionado adecuadamente a la nueva forma de trabajar porque ellos están familiarizados con la tecnología. Refieren que tienen más tarea porque les dejan todo a la vez, “les llega información de todas las asignaturas, ellos tienen que auto gestionarse, administrar su tiempo, ver qué actividad les va a llevar más tiempo que otra, porque tienen que entregar todo en una semana”.

Hay niños que se distraen durante las clases en línea, son aquellos que también lo hacen en la forma presencial: “La dinámica, como en el salón de clases es la misma, algunos toman apuntes, otros no, otros se levantan al baño dejan la pantalla vacía, otros más están atentos. Creo que es la misma actitud que el niño tenía en su clase presencial que ahora”.

En la escuela donde trabaja, todos los niños disponen de celular, computadora e internet. Lo único que no tienen son los materiales disponibles en el salón de clases.

“En el momento en que regresemos a la normalidad, creo que no debemos dejar atrás esta experiencia. Creo que podemos aprovecharlas todavía más y con eso podríamos ayudar a resolver nuestra situación con el planeta porque al estar menos tiempo en la calle y utilizando más los recursos tecnológicos nos va a ayudar a la conservación, a reducir la contaminación, y que haya más trabajos a través en esta modalidad (en línea)”.

Se va a apreciar el tiempo de una clase presencial

El profesor Gibran Peralta Gómez da sus clases de forma presencial en la escuela de idiomas de la UNAM. Prepara la clase con anticipación, pregunta a los alumnos qué hicieron días antes para practicar el idioma, revisa las tareas para rescatar los temas aprendidos en la última sesión, realiza dinámicas en clases y deja tareas.

Medio curso sí pudo impartirlo de manera presencial, el resto no. Una vez declarada la cuarentena, la plantilla de docentes del plantel tuvo una breve capacitación para utilizar la plataforma zoom, conocer y utilizar sus funciones como crear grupos, mostrar pizarrón, capturas de pantalla, videos, entre otros.

El primer reto fue tener a todos los alumnos listos, avisados y material completo para iniciar las clases. El segundo reto fue adaptarse a la plataforma.

“La respuesta fue bastante satisfactoria. Yo pensé que todos los alumnos no se iban a conectar, tal vez sólo el 80 por ciento, otros no van a querer o se van a salir conforme pasen las semanas, pero hasta las últimas clases sí se conectó la gran mayoría”.

El maestro piensa que sí hay cierta distracción en los alumnos por los factores que hay casa como la presencia de los familiares o hijos o las idas al refrigerador

El maestro se sorprendió al saber que todos sus alumnos (16 años hasta los 50) contaban con las herramientas necesarias para tomar las clases, como computadora e internet. Aunque hubo ciertas dificultades en las casas donde había dos o tres niños y un dispositivo, por ejemplo.

“Creo que es un reto tanto para profesores como para alumnos. Creo que acabando este periodo de confinamiento y de crisis, vamos a cambiar la perspectiva de cómo dar clase. Creo que se va a plantear seriamente dar clases on-line. Funcionó (para mí) bastante bien. Falta ver la reacción de los alumnos, si les gustaría tomar una clase 100 por cierto en línea. Creo que nos va a cambiar como sociedad el hecho trabajar o tomar clase a distancia; se va a apreciar el tiempo de una clase presencial”.

No se consideran las condiciones de todos los niños

La maestra Carmen Francisco es docente de cuarto grado de primaria, da clases a niños sordos en una escuela privada. Ella y sus compañeras maestras enseñan a través de la lengua de señas mexicana.

Su día normal comenzaba poco antes de las 8:00 de la mañana, pues antes de ingresar a los salones, las maestras daban activación física a los niños. Una vez en el salón, Carmen pregunta a sus alumnos cómo se sienten, ellos explican cómo y por qué y comienzan las lecciones.

Ahora, en cuarentena, dar sus clases se ha complicado porque muchos de sus alumnos no tienen acceso a internet, “probablemente no tengan ni computadora, tal vez el único dispositivo inteligente que tienen es de alguno de sus papás o de su abuelita o de quien tengan ahí, pero tienen el crédito o planes limitados y no pueden acceder a diversas plataformas”.

La profesora comenta que la forma de comunicarse con sus alumnos es a través de un teléfono celular de la propia escuela con el cual utilizan la aplicación de Whatsapp (mensajería instantánea) y se crearon grupos de los padres, de acuerdo al grado. Por ahí envían avisos o los propios tutores hacen preguntas.

Para poder comunicarse con sus niños, la maestra utiliza el blog de la escuela, en plataforma WordPress, y añade videos. “Tomo mi celular, me grabo, edito el video, lo subo a YouTube y al blog. Así, los niños que puedan entrar al blog ven el video y entienden qué les estoy pidiendo o explicando”.

También la red social Facebook ha sido de ayuda para ella y sus compañeras maestras. La escuela cuenta con su página en esta red y por ahí avisan a qué hora estará una maestra contando un cuento o cuando otra maestra expondrá juegos matemáticos u otra más hará papiroflexia.

Es una constante que en el hogar de un niño sordo donde los padres y hermanos sí escuchan, no se hable lengua de señas, entonces el aislamiento del alumno es peor. No ve a sus amigos ni a sus maestras quienes sí lo entienden y no puede salir de su casa lo cual es un doble aislamiento, por eso ellas y las profesoras propusieron las actividades en Facebook.

A pesar de todos los esfuerzos no todos los niños de su escuela se han podido conectar por las condiciones de su casa, el empleo de sus padres, si están separados ¿están con su papá o con su mamá?

Para esta maestra es angustiante saber que la cuarentena se está prolongando y que la SEP cree que en un país como el nuestro va a funcionar la educación a distancia.

Indicó que en las conferencias del presidente y del doctor López-Gatell hay intérpretes, pero en la SEP (clases por televisión) no hay cuando el discurso es: “va a llegar a todos” pero sin pensar en las condiciones de las poblaciones.