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Danza butoh, chamanismo y la física cuántica se fusionan en una experiencia única

El bailarín y coreógrafo hidalguense, Carlos Cruz, ha desarrollado una danza única que va más allá de lo que se considera convencional. Aunque su formación se basa en la danza butoh, Cruz también incorpora conceptos de la física cuántica y búsquedas espirituales de raíz chamánica, como la apertura de modos de percepción a través de plantas de poder como la ayahuasca, el peyote o los hongos.

Según Cruz, su danza es capaz de transmitir energías sutiles y de comunicarlas a niveles que van más allá de la experiencia sensorial común. De hecho, ha tenido experiencias donde su danza ha modificado de algún modo las vibraciones de la mente y el cuerpo de los espectadores, permitiendo que incluso aquellos privados de la vista o el oído puedan percibir imágenes al estar cerca de sus movimientos.

En su nueva serie de tres obras, “Paisajes en exilio. Holografías escénicas para elevar los espíritus”, que se presenta del 17 al 19 de febrero en el Ciclo de Danza Butoh del Museo Universitario del Chopo, Cruz explora el paradigma holográfico de la física cuántica y lo aplica a la escena. Las tres piezas integran un códice en movimiento: tres hologramas escénicos que generan atmósferas y sensaciones.

Para Cruz, la palabra “holografía” no sólo es un sistema de organización, sino también una formación a la que llama “códice en movimiento”, tomando la idea de los códices prehispánicos que ofrecen una posible lectura de escenas rituales, ceremonias o información contenida.

Según el artista, el público puede descifrar esos símbolos y acceder a la información que es trasladada al cuerpo y es emitida desde éste a través de una serie de imágenes y acciones, lo que va conformando una lectura oracular.

Cruz ha creado un estilo de danza que va más allá de lo convencional. Para Cruz, el cuerpo en estado de danza es capaz de generar visiones, convirtiéndose en un canal de energías y generador de visiones comparable con la idea del nahual.

Según explica Cruz, la idea de nahualizar la presencia escénica implica ser movido por otras energías invisibles y primitivas presentes en la vida cotidiana, pero que la cotidianidad va cubriendo. Al configurar estas energías desde el cuerpo, se abre la posibilidad de descargar su información en el momento.

Cruz se ha especializado en el movimiento artístico japonés Ankoku Butoh y su creación ha sido influenciada por maestros de varios países, incluyendo México, Alemania, Cuba, Francia, Japón, Canadá, Bélgica, Inglaterra y Hungría. Las piezas que presentará en el Foro del Dinosaurio son procesos en los que ha trabajado durante los últimos ocho años.

La primera pieza que presentará, Achila. El exilio de los dioses niños, es una narración sobre los antiguos ancestros de la humanidad, que habla de la sacralidad del mundo y de la existencia. Aborda la crisis migratoria global de la actualidad, que incluye a la infancia, y defiende el derecho al libre tránsito, a la vez que cuestiona la relación de los individuos con el cosmos.

La segunda obra, Paisajes más allá de la muerte: Holografía escénica para elevar el espíritu, aborda la caminata de los individuos hacia la muerte y se inspira en Descripción de un estado físico, de Antonin Artaud, y Descripción de un cuadro, de Heiner Müller, la poesía mesoamericana y sus cuestionamientos sobre el tema de la trascendencia.

La última pieza, Semillas, rinde homenaje a las personas desaparecidas en México y plantea la posibilidad de un encuentro, como un intento por recuperar por fragmentos el cuerpo mutilado.

La danza de Carlos Cruz no sólo es un espectáculo visual y auditivo, sino también una experiencia sensorial y espiritual. Con su nuevo proyecto, Cruz invita al público a explorar nuevos modos de percepción y a descubrir la información contenida en los símbolos y acciones de sus hologramas escénicos. Es un viaje a través del tiempo, del espacio y de la muerte. Las obras presentadas en el Foro del Dinosaurio son un reflejo del talento y la creatividad de uno de los coreógrafos más innovadores de la actualidad.