Explora unam global tv
Explora unam global tv
explorar
Explora por categoría
regresar

Afectaciones al turismo por el COVID-19

La masificación del turismo lo ha hecho poco resiliente, no tiene la capacidad de resistir a la crisis por la pandemia de la COVID-19: Daniel Hiernaux, durante conferencia virtual de La Ciudad y la Pandemia

Hay que favorecer otros tipos de turismo no masivo y respetuoso con la naturaleza y el patrimonio, impulsando una dimensión ética del turismo que implica cómo viajamos, dónde viajamos, para beneficio de quién viajamos y cómo nos comportamos a lo largo del viaje.

La masificación del turismo lo ha hecho poco resiliente, no tiene la capacidad de resistir la crisis global causada por la pandemia del virus SARS-CoV-2, aseveró el Dr. Daniel Hiernaux, profesor de la Universidad Autónoma de Querétaro, durante conferencia virtual del ciclo La Ciudad y la Pandemia organizada por el Programa Universitario de Estudios sobre la Ciudad (PUEC) de la UNAM.

El turismo internacional comenzará a recuperares hasta enero de 2021 y volverá a tener cierta normalidad hasta avanzado el año próximo, de acuerdo con algunas consultoras, precisó. El académico explicó que ante la pandemia “el turismo es esencialmente un factor de movilidad y el virus es un factor de inmovilización”, por la respuesta de confinamiento para evitar la concentración de personas y evitar la propagación del virus, sin olvidar que existe una estrecha relación entre el virus de la enfermedad de la COVID-19 y los viajes, ya que en la primera etapa se propagó principalmente por vuelos.

Consideró que “lo más grave que ha generado la COVID-19 es un sentimiento de inseguridad como nunca”; aún en los peores momentos de crisis causada por terrorismo o crisis financiera, el sector turístico no se había paralizado.

“La inseguridad provoca una dilatación del plazo de afectación de las ciudades por el turismo, sin embargo, es diferencial.” Algunas de ellas como Acapulco, Puerto Vallarta, e incluso Cancún, están congeladas como si no hubiera existido el turismo, mientras que los centros históricos de las ciudades se están vaciando, pero las ciudades siguen funcionando de cierta manera.

El turismo es un factor de acumulación de capital, a través de la operación de numerosas empresas que ofrecen bienes y servicios a los turistas: cuartos de alojamiento, viajes por tierra, cielo y mar, alimentos, bebidas y actividades de recreo. En general se le considera positivo para el crecimiento económico y forma parte de las políticas económicas de los Estados, sin embargo, tiene efectos colaterales sobre las poblaciones locales y, en la medida que el turismo es más importante para las urbes, sus efectos negativos son más evidentes.

Asimismo, el turismo está basado en una financiarización importante y los actores del capital financiero exigen una alta rentabilidad, lo que logran masificando al turismo para tener mayor ganancia y acumulación, todo a expensas del turista, del medio ambiente, del desarrollo local y de sus poblaciones.

Existen tres tipos de ciudades turísticas. Las ciudades costeras, que han crecido casi exclusivamente por el turismo de masas, ejemplo Acapulco o Puerto Vallarta en México; las ciudades construidas a partir del turismo ex profeso por políticas públicas, el caso de Cancún; y las ciudades patrimoniales que han crecido por el turismo urbano, como Oaxaca, Guanajuato y Querétaro.

También, los efectos del virus en cada ciudad con vocación turística son distintos. Las ciudades de turismo de playa que viven al ritmo de los periodos vacacionales se caracterizan porque cuando baja la afluencia de visitantes se reduce de igual forma el trabajo, causando fuertes migraciones que no logran insertarse en la formalidad, además carecen de servicios y equipamientos urbanos y tienen una alta marginalidad.

Las ciudades dedicadas al turismo que fueron mal planificadas no armonizan la vida urbana con la turística y revelan fuertes desigualdades en todos los aspectos. Y por último, la turistificación de las ciudades patrimoniales que produce incremento del mercado inmobiliario, desplazamiento de población local, relegamiento de la población local que percibe pérdida de identidad, de espacios y de calidad de vida, es decir, la transformación de los centros históricos por el turismo son factores que traen contradicciones con las formas de vida de la población local.

Ante este panorama, el Dr. Hiernaux aseveró que existe una dimensión físico-espacial en la actividad turística que impedirá que ciertas áreas no puedan reimpulsarse con la misma intensidad. Otras como el turismo de playa puede reactivarse con mayor facilidad, así como también es una oportunidad para el turismo alternativo y las prácticas no masivas.

Para mitigar la crisis turística, el académico propuso evitar un nuevo arranque del turismo internacional hasta garantizar el fin de la propagación del virus, que implica cerrar las fronteras al turismo internacional con algunas modalidades; impedir la llegada de cruceros de manera conminatoria; restringir la llegada de turistas en puntos de saturación como museos emblemáticos; imponer normas de seguridad sanitaria crecientes y obligatoria para que reabran los comercios, hoteles y restaurantes; priorizar el turismo nacional con condiciones favorables al turismo regional y propiciar mayor desarrollo a las iniciativas de turismo alternativo de baja concentración de personas y ofrecerles apoyo con créditos blandos.

También propone promover una innovación importante en el turismo de playa y en las localidades que generan turismo urbano y de montaña. Así como desarrollar investigación sobre turismo y sociedad con una dimensiones humanística y social; favorecer otros tipos de turismo que remiten a la naturaleza, la identidad, las comunidades locales y principalmente a una aproximación sana y respetuosa con la naturaleza y el patrimonio; y finalmente, impulsar una dimensión ética del turismo que implica no solo cómo viajamos, sino dónde viajamos, para beneficio de quién viajamos y cómo nos comportamos a lo largo de este viaje.