Cada átomo en los huesos, oxígeno, carbono, nitrógeno, silicio, incluso el hierro que forman parte de nuestro cuerpo, fue producido dentro de una estrella tras un proceso de millones de años. Por ello, se afirma que estamos hechos de polvo de estrellas.
¿Pero cómo sucedió? Hace 13 mil 800 millones de años cuando se formó el Universo, existía mucha energía y primero constituyó dos elementos químicos, el hidrógeno y el helio, explicó Julieta Fierro Gossman, investigadora del Instituto de Astronomía.
No obstante, con su expansión se evitó que se formaran los elementos más pesados, explicó. Estos últimos se conformaron por medio de reacciones termonucleares en el interior de las estrellas. De hecho, al final de la vida de cada lucero, destacó Fierro Gossman, estallan y arrojan todo lo que estaba en su interior al espacio sideral.
Los astros más grandes al explotar siguen fusionando átomos y así se crean los elementos químicos más pesados, como por ejemplo el uranio y el plomo.
Algunos de estos materiales no sólo se forman al final de la vida de una estrella, sino que muchos luceros están turbulentos y sus vientos arrojan sustancias nuevas al espacio, estas se mezclan con otros elementos, se van enriqueciendo, forman nebulosas y así nacen nuevos astros.
En este proceso, se borran generaciones de estrellas para dar lugar a otras generaciones estelares y que además forman sistemas como el nuestro, sistemas planetarios donde hay planetas que tienen muchos elementos químicos pesados, como son el oro y la plata.
En conclusión, para que la vida se presentara del modo como la conocemos, el Universo ha trabajado desde sus inicios con diversos elementos que han producido en el interior de las estrellas, han vagado por el medio interestelar y se han involucrado tanto con la existencia en la Tierra, como en cada nacimiento y muerte de un astro.