Entre las nubes de la sierra Zongólica de Veracruz las manos de mujeres artesanas hilan vellones, escarmenan y los tiñen de colores. Son el corazón del arte textil de México, un arte que ha sido invisibilizado por décadas.
Las personas que se dedican a la labor artesanal viven en el olvido. “Las tejedoras son discriminadas por ser mujeres, indígenas y pobres”, asegura Miguel Ángel Sosme Campos, quien junto con Sara Daniela Martínez Valdez e Itzel Prado Yera crearon Ihkiti, plataforma digital con enfoque social que busca comercializar el trabajo de las tejedoras mexicanas.
Ikhiti, tejedora en náhuatl, es una plataforma digital para vincular a los artesanos con el comprador final, permitirá conocer los perfiles de las mujeres tejedoras, sus procesos creativos, materiales que emplean y, sobre todo, sus historias. Su objetivo es impulsar el trabajo a precios justos y destinar las ganancias a ese sector.
Con ello, sus creadores esperan contribuir a valorar la riqueza cultural y artística que hay detrás de su trabajo, “queremos ayudar a combatir el regateo, problema que persiste en el sector artesanal”, explica Daniela Martínez, diseñadora por la UNAM, con especialidad en fotografía.
A través de videos cortos e infografías difundidos a través de la plataforma Ihkiti, comercializan las piezas creadas por las tejedoras veracruzanas, muestran su trabajo como forma de vida que habla de su cultura, cada prenda es más que una artesanía textil. “Buscamos crear consciencia de lo que están comprando, no sólo es el tejer más de dos semanas, también es cuidar al borrego y extraer los pigmentos. A cada prenda se le puede atribuir el término de alta costura porque cada una está hecha a mano, ellas cuidan su materia prima, la crean, no hay una pieza igual”, acota Martínez Valdez,
“Nadie puede amar lo que no conoce”, añade Miguel Ángel Sosme, doctor por el Instituto de Investigaciones Antropológicas de la UNAM, por ello, a través del portal, estas mujeres tendrán voz y rostro empleando la tecnología y mezclando los conocimientos de la antropología, el diseño y las ciencias sociales. Una de las demandas más constantes, refiere el antropólogo, es que las tejedoras tienen una producción rica, colorida, llena de detalles, pero que se dificulta por las pocas personas que llegan hasta la sierra para adquirirlos y ellas no pueden viajar a la Ciudad de México.
La plataforma tiene la visión de llegar a jóvenes y nuevos públicos que tradicionalmente han desconocido el trabajo textil pero que tienen acceso a un teléfono o una computadora, para, a través de ese canal, tener un primer acercamiento a su trabajo y simultáneamente conocer sus historias.
El proyecto Ihkiti tiene un catálogo en su página de Facebook (@Ihkiti) de las prendas de las tejedoras que ya se pueden adquirir. La página web estará lista a finales de año.