México venció a Alemania y a los fantasmas que lo perseguían en cada partido decisivo. Los que fueron testigos de la humillación en Argentina 78, de la derrota en Monterrey en 1986 en penales, de la remontada en Francia 98 de Alemania esperaron hasta el final para gritar con todas sus fuerzas.
El cielito lindo y el ¡sí se pudo! estuvieron presentes en el Zócalo de la Ciudad de México. Esta vez no apareció ningún Klinsmann, ningún Bierhoff para echar a perder la fiesta de la afición mexicana.
Fue Hirving Lozano quien anotó al minuto 35 el gol histórico. Alemania no supo reaccionar y el equipo ordenado, metódico, disciplinado, con un técnico que lleva 12 años en el banquillo se quedó sin imaginación.
Alemania equivocó pases, sus delanteros fallaron y aunque México se replegó el gol del empate no se hizo presente.
Ya hay una generación mexicana que fue testigo de que sí se puede vencer a los alemanes en un Mundial de Futbol.