La Filmoteca de la UNAM decidió resolver una de las preguntas más viejas del cine mexicano: entre María Felix y Dólores del Río, ¿cuál es la diva más grande que ha dado nuestra cinematografía? Para encontrar la respuesta, la institución organizó otra edición del ciclo Cine vs Cine.
La propuesta se divide en dos etapas. La primera corresponde a una charla, donde expertos discuten sobre los logros de cada una de las contrincantes; la segunda, da paso al cine con la proyección de algunos de los trabajos mejor recordados de cada una de las participantes.
Los encargados de llevar la discusión a la sala José Revueltas del Centro Cultural Universitario fueron David Ramón y Renato Camarillo, dos especialistas cinematográficos y grandes aficionados de las divas litigantes. “Ambas, a su modo, trabajaron incansablemente por el séptimo arte y por poner en alto el nombre de México”, aseguró Camarillo en la charla.
Dolores del Río nació en Durango y gracias a su talento sobre los escenarios tuvo una larga carrera en México y el extranjero. Realizó más de 30 películas en Hollywood, entre los años 1925 y 1942, justo en la época dorada de la industria estadunidense. Ahí colaboró con directores de la talla de Orson Welles o King Vidor.
Sin embargo, su trabajó en México también dejó una huella indeleble en el séptimo arte. En nuestro país se convirtió en musa de los grandes cineastas de esos años. Tan sólo con Emilio ‘El Indio’ Fernández realizó seis películas, entre las que destacan María Candelaria, premiada en el Festival de Cine de Cannes, y Flor Silvestre. Filmó, además, en Argentina, Italia, Grecia y España.
“Ambas son las dos grandes divas del cine mexicano con carreras y bellezas muy diferentes. Pero Dolores, de tanto contactar con las musas, se convirtió en una”, aseguró el especialista David Ramón durante la discusión organizada por la Filmoteca.
María Félix, por su parte, era dueña de una enigmática mirada, capaz de desatar un huracán de pasiones con un simple pestañeo. Originaría de Sinaloa, ‘María Bonita’, como la bautizó Agustín Lara, conquistó al público mexicano y del mundo gracias a sus papeles de mujer dura, inquebrantable y arrebatadora. Los realizadores más importantes de aquellos en México peleaban por convertirla en la protagonista de sus proyectos.
‘La Doña’ estuvo a las órdenes de Fernando de Fuentes, Tito Davison, Miguel M. Delgado, Roberto Gavaldón y, al igual que su musa contrincante, Emilio ‘El Indio’ Fernández. Con Gavaldón, por ejemplo, filmó La diosa arrodillada, uno de los mejores ejemplos del cine negro mexicano, donde aparece como el objeto de deseo y perdición del inolvidable Arturo de Cordova, uno de los cientos de hombres que cayeron en los encantos de Félix sin oponer gran resistencia.
“María siempre era el foco de atención. Tenía un imán para las miradas debido a su extravagancia y carácter,” sentenció Renato Camarillo durante la conversación ¿Quién es la gran diva del cine mexicano?
A pesar del antagonismo que provocaron en la audiencia, las divas compartieron pantalla en más de una ocasión. La primera ocasión en Reportaje, de 1953, donde bajo la dirección de ‘El Indio’ Fernández aparecieron a cuadro junto a Pedro Infante, Jorge Negrete, Columba Domínguez y Germán Valdés ‘Tin-Tan’. No obstante, sería su segunda colaboración juntas, La cucaracha (1959), la que lograría mayor trascendencia en la memoria del público. En la cinta, también de Fernández, Félix interpreta a una mujer de recio carácter que guía a un grupo de mujeres durante los años de la Revolución Mexicana.
Los amantes del séptimo arte podrán tomar partido por alguna de las dos divas del 24 al 26 de agosto, días en que la Filmoteca de la UNAM proyectará en el Centro Cultural Universitario: Reportaje, La cucaracha, Flor de mayo (1959), El niño y la niebla (1953), Estrella de fuego (1960), y La escondida (1956).
Pueden revisar los horarios y días de las funciones en: https://www.filmoteca.unam.mx/programacion/ciclo/Cine%20vs.%20Cine