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¿Qué tipo de familia tienes?

Diversos son los temas que les resultan de gran interés a los adolescentes en una clase de Psicología. Uno de ellos es el tema de la familia.

Hay muchos enfoques para estudiar el sistema familiar. Pero cuando los alumnos aprenden de manera general que existen grande tres sistemas familiares: los cerrados (con normas estrictas, muchos límites y por lo general son familias conservadoras); los flexibles (con límites difusos y una buena comunicación entre sus integrantes) y los abiertos (con pocos límites o límites nulos y en muchos casos sin normas o con un mínimo de ellas), resulta casi predecible señalar que habrá caras de sorpresa de todos los adolescentes de 17 años de una clase. Y resulta inevitable que se pregunten ¿a qué tipo de familia pertenezco?

  • “Mi familia es muy ordenada, mis padres planean todo: cuándo nacimos mis hermanos y yo, cuándo y dónde nos vamos de vacaciones y lo que tenemos que gastar en comida, transportes, estudios y diversión. Me gusta que seamos así, aunque cuando yo tenga mis hijos los voy a dejar que ellos también opinen. Sobre todo, al lugar que vamos de vacaciones”.
  • “Yo me voy de fiesta jueves, viernes y sábado. ¿Mis padres? No se dan cuenta ni siquiera de que no estoy”.
  • “Creo que mi familia es más bien flexible, porque siempre me dan permiso de todo. Cuando reprobé todo el semestre me regalaron un coche para motivarme a estudiar. Mis padres son geniales”.
  • “Vengo de una familia son límites, ni padres, ni reglas ni nada. Vivo sola con mi hermano mayor y mis padres nos mandan dinero. La verdad he aprendido a vivir sin ellos”.
  • “El sistema de mi familia es mezclado, cundo yo era niño eran muy flexibles, y ahora me critican todo lo que hago, me regañan todo el tiempo y no me gusta estar con ellos. Afortunadamente mi abuelita me consiente y me protege. Creo que si hubiera tenido hermanos sería más feliz”.

El sentido de pertenencia a un sistema familiar es lo que en gran medida favorece la construcción de una personalidad con rasgos asertivos, contar con mayor plenitud de salud física y mental, así como el óptimo desarrollo de un individuo.

Algunos jóvenes encuentran y fortalecen ese sentido de pertenencia en su propia familia, otros lo encuentran en las familias de sus amigos o sus parejas, y muchos otros, lo descubren en grupos sociales diversos.

Cuando los adolescentes hablan de sus familias por lo general lo hacen con orgullo pues se ven y se sienten protegidos, respaldados y unidos por los apellidos de sus padres. Algunos de manera regular en las clases, comentan los valores y los principios que ellos les han inculcado, otros alumnos, se vislumbran como resilientes en una sociedad que a fuerza de exigir y forzar a que ambos padres trabajen, “castiga” a los adolescentes al abandono o la decepción, pues el acompañamiento familiar a lo largo de la vida no sólo es físico, sino también es afectivo, simbólico, anímico, moral y espiritual.

 

*Doctora y profesora Titular “C” T. C. Definitiva

Escuela Nacional Colegio de Ciencias y Humanidades, CCH-UNAM.