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LUTO en la UNAM

“Universitarios: Hoy es un día de luto para la Universidad. La Autonomía está amenazada gravemente. Quiero expresar que la institución, a través de sus autoridades, maestros y estudiantes, manifiesta profunda pena por lo acontecido. La Autonomía no es una idea abstracta: es un ejercicio responsable que debe ser respetable y respetado por todos”, fueron las palabras del entonces rector de la Universidad Nacional Autónoma de México, Javier Barros Sierra (1966 -1970), al izar la bandera nacional a media asta el 30 de julio de 1968.

La madrugada de ese día, el Ejército había destrozado con un disparo de bazuca la puerta barroca de la Preparatoria número 1, ubicada entonces en el edificio de San Ildefonso en el Centro Histórico de la Ciudad de México. Bajo el argumento de “restablecer el orden”, integrantes del cuerpo de granaderos apoyados por el Ejército entraron al recinto y aprehendieron a los estudiantes que ahí se encontraban. El Ejército tomó posesión también de las preparatorias 2,3 y 5 de la UNAM y la Vocacional 5 del Instituto Politécnico Nacional.

LA MARCHA EN DEFENSA DE LA AUTONOMÍA UNIVERSITARIA

Entre la represión y el descontento generalizados, el ingeniero Barros Sierra convocó el 1 de agosto de 1968 a universitarios y politécnicos a marchar unidos para “demostrar al pueblo de México que somos una comunidad responsable, que merecemos la Autonomía, la bandera en esta expresión pública será también la demanda, la exigencia por la libertad de nuestros compañeros presos, la cesación de las represiones”. Esta marcha comenzó en Ciudad Universitaria hasta la esquina de Avenida Insurgentes y Félix Cuevas.

Al concluir exitosamente la manifestación, el rector dijo: “Jamás en mi vida me he sentido más orgulloso de ser universitario, han respondido ustedes maravillosamente. No sólo es el número, es la calidad. Hemos expresado no sólo ante nuestro pueblo, sino ante todo el mundo que nuestras altas instituciones de educación superior son capaces de autogobernarse, de decidir sus destinos, de trabajar por el desarrollo justiciero del país, en una forma en que se responde a los esfuerzos que el pueblo de México hace para sostener nuestras instituciones. La Universidad es lo primero, permanezcamos unidos para defender, dentro y fuera de nuestra casa, las libertades de pensamiento, de reunión, de expresión y la más cara: ¡nuestra Autonomía! ¡Viva la UNAM! ¡Viva la Autonomía universitaria!”.