Tras su lanzamiento a bordo de un cohete Vega, el satélite de exploración de la Tierra Aeolus de la Agencia Espacial Europea (ESA) ya se encuentra en órbita polar. Gracias a una revolucionaria tecnología láser, Aeolus medirá los vientos de todo el mundo y desempeñará un papel clave en nuestro esfuerzo por comprender el funcionamiento de la atmósfera terrestre. Además, esta novedosa misión también mejorará la previsión meteorológica.
El cohete Vega que transportaba los 1.360 kg de Aeolus despegó del Puerto Espacial Europeo de Kurú (Guayana Francesa) a las 21:20 GMT (23:20 CEST, 18:20 hora local) del 22 de agosto. Unos 55 minutos después, la etapa superior de Vega puso Aeolus en órbita y se estableció contacto a través de la estación terrestre Troll (Antártida) a las 00:30 CEST del 23 de agosto.
*CEST. Hora de Verano de Europa Central
Por su parte, el director de los programas de Observación de la Tierra de la ESA, Josef Aschbacher, ha añadido: “Aeolus transporta el primer instrumento de este tipo y emplea un enfoque totalmente novedoso para medir el viento desde el espacio. Esta tecnología pionera ha hecho que no sea una misión fácil de desarrollar, pero gracias a todos los equipos implicados ahora podemos estar orgullosos de tener este extraordinario satélite en órbita. ¡Estamos deseando ver cómo responde a las expectativas!”
Como ya ha advertido la Organización Meteorológica Mundial, la falta de mediciones directas y globales de los vientos constituye una de las mayores carencias del Sistema Mundial de Observación.
Para solventar este problema, Aeolus proporcionará a los científicos la información necesaria para comprender cómo interactúan los vientos, la presión, la temperatura y la humedad. La nueva misión revelará cómo el viento afecta al intercambio de temperatura y humedad entre la superficie terrestre y la atmósfera, dos aspectos importantes para entender el cambio climático.
Aeolus transporta uno de los instrumentos más sofisticados nunca puestos en órbita: Aladin. Se trata de la primera sonda de su categoría en incluir una revolucionaria tecnología láser que genera pulsos de luz ultravioleta y los dirige hacia la atmósfera para elaborar un perfil de los vientos del planeta, un método completamente nuevo de medir el viento desde el espacio.
El satélite se controla desde el Centro Europeo de Operaciones Espaciales de la ESA en Darmstadt (Alemania). Los controladores pasarán los próximos meses comprobando y calibrando cuidadosamente la misión como parte de su fase de puesta en servicio.