El campus de Ciudad Universitaria siempre ha sido referente de la Universidad Nacional Autónoma de México. De aquí han salido premios Nobel, la gran mayoría de los presidentes del país y, para muchos, es el escenario donde se vive una de las etapas más importantes de la vida. Aquí los alumnos disfrutan leer, jugar, aprender a bailar, practicar algún deporte, conversar o simplemente caminar por todos sus espacios. El lugar es también, casi diario, escenario de obras de teatro, conciertos, ensayos de grupos musicales, recitales e inspiración para pintores.
Cuántos universitarios no han vivido en “las Islas” una historia memorable: amigos, peleas, tristezas, alegrías, parejas, desamores y hasta propuestas de matrimonio. La inmensa mayoría de los más de 200 mil estudiantes que forman parte de la educación superior de la UNAM, se sienten bien estando en el campus, a gusto, seguros, como en casa.
¿Es el campus seguro? La pregunta hoy de moda por el intento de algunos de “calentar a la Universidad” es recibida casi siempre con una sonrisa. “¿Seguro, comparado con qué?”.
¿Más seguro que el transporte público? ¿Más seguro que casi todos los barrios de donde venimos todos los días? ¿Más seguro que una ciudad y un país con niveles récord de criminalidad? Invariablemente la respuesta es un rotundo “Sí, por supuesto”.
Durante algunos días salimos a preguntar cuál es el sentir durante su estancia en CU y practicamene todos y todas refirieron que “jamás me ha pasado nada, aquí me siento seguro”, como afirmó Gerson, estudiante de Medicina de la UNAM. De hecho, se sienten más seguros en “las Islas” que durante los trayectos que recorren para llegar y salir de este enorme espacio público.
Espacio verde rodeado de una isla de asfalto, coches y camiones. Espacio para tirarse en el pasto a analizar las nubes. Espacio de paz relativa, de tranquilidad, libertad y respeto a la diversidad, CU ha sido la casa de uno de los segmentos más privilegiados de la juventud de nuestro país. “Aquí paso más tiempo que en mi casa” dijo Ricardo, estudiante de Medicina de la UNAM.
Espacio obligatorio para caravanas de turistas extranjeros, familias completas –con todo y mascota–, deportistas o simplemente para quien tiene ganas de caminar sin prisa. También, para quienes no son estudiantes y visitan el campus central de la Máxima Casa de Estudios, es una isla de tranquilidad. ¿Comparada con qué? Para comenzar, comparado con el resto de la ciudad.