- Un estudio sobre la vida de los trabajadores en el país confirma que factores como nivel de estudios, género y edad influyen en las condiciones laborales.
- 60% de los empleados tiene sueldo fijo y un porcentaje similar (58%) cobra por nómina.
- Deseables los incentivos fiscales a empleadores por capacitación y formación a sus empleados.
Ciudad de México, 3 de julio de 2017. Aunque poco más de la mitad de los trabajadores en México (55%) recibe su salario a través de una transferencia bancaria o depósito a tarjeta de débito, a casi la tercera parte (29%) le es pagado en efectivo, de acuerdo con el estudio Balance de vida de los trabajadores en México, realizado por el Centro de Opinión Púbica de la Universidad del Valle de México.
De estos trabajadores que dicen recibir su pago en efectivo, 38% son jóvenes entre 18 y 25 años, mientras que 48% tiene menos de un año de antigüedad en su empleo.
El estudio, que consistió en una fase cualitativa de entrevistas a profundidad con representantes de empresas empleadoras y en una fase cuantitativa con una encuesta a mayores de 18 años en México, también exploró las características del ingreso, encontrando que 59% tiene un sueldo fijo; 20% una parte fija y la otra variable, 16% con base en resultados y 6% recibe un monto distinto de acuerdo al proyecto en que participe.
Cabe mencionar que la mayoría de las personas (61%) que gozan de un sueldo fijo, tienen estudios superiores, lo que muestra una relación positiva entre el nivel educativo y mejores condiciones de trabajo.
Se encontró que 92% de las personas encuestadas laboran para el sector privado, mientras que sólo 8% lo hace para el sector público. Al explorar las formas de contratación, donde se refleja la relación primaria entre un empleador y el trabajador, del primer grupo que se emplea en el sector privado, se encontró que 38% tiene contrato definitivo, 25% contrato temporal, 18% trabaja para una empresa sin contrato y 11% son personas que trabajan de manera temporal y cobran por proyecto. 58% está en nómina, 28% es trabajador de honorarios y 14% tiene un esquema mixto, es decir, parte de su salario llega vía nómina y otra parte por honorarios.
Respecto al nivel que tienen en la empresa se encontró que alrededor de una tercera parte (35%) tiene personal a su cargo, mientras 65% no lo tiene. Un acercamiento para explorar al grupo que sí tiene subordinados, arrojó que la mayoría de ellos (64%) tiene estudios superiores y son hombres (65%).
En relación a las prestaciones, los resultados del estudio arrojan que la edad, género y escolaridad son factores que influyen en los beneficios a los que los trabajos tienen derecho. Nuevamente, los empleados con estudios superiores y los hombres, tienen más prestaciones, mientras que el grupo más joven es el menos favorecido.
Las prestaciones que en mayor porcentaje sí son recibidas por los trabajadores encuestados, son vacaciones (72%), aguinaldo (69%) y seguro social (66%). Sólo 34% dijo recibir beneficios superiores a las de la ley, como seguro de gastos médicos mayores, seguro de vida, vales de despensa y gasolina.
Aunque la mayoría de los participantes (58%), refirió que sí existen planes de capacitación en su empresa y 40% indica que recibió entrenamiento que le ayuda a realizar su trabajo, 26% dice que en la empresa donde laboran no hay planes de capacitación y 16% ignora la existencia de dichos éstos.
Los aspectos que los empleados valoran como importantes en la empresa donde laboran son: comunicación oportuna, reconocimiento de su trabajo, ambiente laboral y orgullo de trabajar en esa empresa.
8 de cada diez encuestados se siente satisfecho en su trabajo. Las mujeres están menos satisfechas y quienes más satisfechos están son los que tienen estudios superiores. Este público tiende a sentir más orgullo de trabajar en su empresa y disfruta más de su trabajo, versus el grupo que no cuenta con estudios superiores. (77.64 vs 67.19 y 76.69 vs 65.10 puntos respectivamente)
La fase cualitativa del estudio en el que se recogen las opiniones de las empresas establece que para los empleadores ofrecer capacitación y desarrollo profesional a su personal es medular para su crecimiento, además de ser un mecanismo de retención de talento. Expresan que están dispuestas a invertir y lo están haciendo en educación de sus empleados, pero no hay incentivos fiscales que potencialicen estas iniciativas.
Consideran que el adiestramiento sobre cuestiones puntuales técnicas es el más recurrente en las empresas y ello se debe a la especialización de las tareas y a la falta de instrucción técnica o educación dual, por parte de las instituciones educativas.
Concluyen que en la medida que los diferentes actores, gobierno, sector privado, universidades y familia participen adecuadamente, las universidades o colegios proveerán de capital humano mejor preparado y las empresas tendrán un lugar para ellos.