Las ciudades narran la historia de sus habitantes a través de sus calles y edificaciones, siendo espacios de encuentro, protesta y celebración, dice Guadalupe Nettel en el editorial del último número de la Revista de la Universidad de México. El pueblo, como fuerza política, se manifiesta en las calles en eventos multitudinarios, mostrando su poder y rebeldía.
El capitalismo que nos confina a espacios públicos como plazas y parques, la situación de los jóvenes en situación de calle, la vida en Caracas tras la muerte de Chávez y el papel del espacio público en la política se abordan en diversos textos del dossier de: “La calle”. ¿Qué perderíamos si perdiéramos la calle?, se pregunta Nettel
En el artículo: “De la curva a la línea, una trama de las ciudades” Julieta García González se adentra en el concepto de la calle como un espacio que refleja principios, poder y política, utilizando como ejemplo el Paseo de la Reforma en la Ciudad de México.
El texto comienza describiendo el origen del Paseo de la Reforma, atribuido a Maximiliano de Habsburgo, quien deseaba una calle que facilitara el tránsito de su esposa, Carlota Amalia, desde el Castillo de Chapultepec hasta el centro de la ciudad. Menciona cómo, con el tiempo, el nombre de la avenida fue cambiando, pasando por Paseo de la Emperatriz y Paseo de Degollado, hasta finalmente ser nombrado Paseo de la Reforma durante el mandato de Sebastián Lerdo de Tejada.
Relata cómo con la llegada de Porfirio Díaz al poder se transformó el Paseo de la Reforma, con la adición de bancas, camellones, banquetas, esculturas y puertas de hierro forjado. Este cambio en la calle fue parte del lema porfiriano “Orden y progreso”, que también influyó en la fundación de colonias y calles rectas en la Ciudad de México.
El artículo aborda el cambio en las calles a lo largo de la historia, pasando de ser caminos accidentales y orgánicos a convertirse en espacios planificados y regulados, en parte gracias a la introducción del café y el té, que modificaron los hábitos de las personas.
Finalmente, García González reflexiona sobre cómo el auge del automóvil en el siglo XX cambió la configuración de las ciudades y su relación con las calles, desplazando a los peatones en favor de los vehículos. Esta tendencia, según la autora, ha llevado a la pérdida de espacios naturales y de convivencia en muchas ciudades, incluida la Ciudad de México.
El artículo presenta un análisis detallado de la relación entre la historia, el poder y la política en la evolución de las calles y su impacto en la vida urbana. Además, proporciona una perspectiva crítica sobre cómo la priorización del automóvil ha afectado el entorno urbano y la vida cotidiana de sus habitantes. No dejes de leer el artículo Una calle es una declaración de principios