En mayo próximo, Piso 16 Laboratorio de Iniciativas Culturales Universitarias de la UNAM, liderado por Julieta Giménez Cacho, comenzará a trabajar con los primeros proyectos de jóvenes creadores. El laboratorio se ubica en el antiguo edificio de la cancillería en la emblemática zona de Tlatelolco, ahora parte del Centro Cultural Universitario Tlatelolco. Ello da oportunidad para bosquejar la destacada trayectoria de esta incansable universitaria.
Alta resistencia
Tras cursar un año en la Facultad de Química de la UNAM en 1973, Julieta viajó a Europa para estudiar fotografía en Edimburgo, Escocia. A su regreso, presentó la exposición Esperando el tren en 1976. Ese mismo año fue invitada por Pedro Meyer, principal impulsor del CMF, a sumar esfuerzos para la creación del mismo. Más tarde, colaboró en la consecución del Primer Coloquio de Fotografía Latinoamericana en 1978 realizado en México, evento que cambiaría la revaloración del arte fotográfico en nuestro país.
Tras una segunda estancia a principios de la década de 1980 en España, el país de sus padres —la primera fue entre 1960 y 1961, junto con su familia— trabajó poco más de una década en la empresa de su padre Alta Resistencia, en las áreas de publicidad, mercadotecnia y administrativa, lo cual le dio oportunidad de ampliar su desarrollo profesional.
Arte + Medio Ambiente
A partir de 1994, Giménez Cacho estuvo a cargo de la Subdirección del Centro de la Imagen (CI); tres años después se integró al Conaculta (hoy Secretaría de Cultura), y en 2001 asumió la Dirección General Adjunta del Museo Franz Mayer hasta 2008, año en que ocupó el cargo de Secretaria Técnica de Programación y Asuntos Internacionales en la Coordinación de Difusión Cultural de la UNAM.
La concientización respecto a la protección de nuestro ecosistema involucra a Julieta y sus hijos, ambientalistas destacados, aunque en general estas implicaciones sociales se han discutido invariablemente en la familia Giménez Cacho García.
Al frente de la Casa de Lago (2012-2016) una de sus preocupaciones fue posicionar una visión integral que involucrara arte y medio ambiente, acompañada de una idea de sustentabilidad. Bajo su cargo, la oferta cultural y educativa del recinto universitario creció y se potencializó. De ello da cuenta Nicol Figueroa, quien inició su desarrollo profesional en Casa de Lago.
Día Cero
Al inicio de 2017, Jorge Volpi, escritor y director de la Coordinación de Difusión Cultural de la UNAM, le encomendó a Julieta arrancar Piso 16 prácticamente desde cero. Junto con Nicol —a quien Julieta pidió que le acompañara desde el inicio en esta aventura— se dieron a la tarea de entrevistarse con artistas, emprendedores, y en general, conocer experiencias relacionadas con la incubación de empresas de todo tipo.
De tal suerte, la experiencia de Julieta y su impulso creador confluyen en Piso 16. Por su parte, Nicol está convencida que la importancia de la cultura como factor de cambio en este proyecto es fundamental.
La frase que acompaña al laboratorio “Todo esfuerzo es una experiencia”, fue retomada por Julieta en la presentación del libro Dos Vidas. Memorias de Luis Giménez Cacho en 2016. Ahí, el abogado Arturo Alcalde mencionó que el tipo de esfuerzos como los realizados por el empresario don Luis Giménez Cacho nunca serían un fracaso para el sindicalismo nacional.
Julieta la transformó para volverla emblema de Piso 16, que se suma a la destacada oferta cultural de nuestra Universidad. Sólo nos queda esperar los primeros frutos de este trabajo.