Toruń, Polonia.- El proyecto “Monitoreo remoto de signos vitales” fue diseñado por los estudiantes mexicanos Danton Bazaldua (UNAM) y Walter Calles (IPN). Consiste en un chaleco que monitoreará las señales y las respuestas fisiológicas de los astronautas en la Poland Mars Analogue Simulation 2017, organizada por la Space Generation Advisory Council (SGAC) y la Space Exploration Project Group (SEPG). Dicha simulación cuenta con el apoyo de patrocinadores como ABMSpace y la compañía Space Garden. El chaleco medirá la temperatura del cuerpo, el pulso y la frecuencia respiratoria de los astronautas.
Es el único proyecto de telemedicina de la misión y ayudará a medir en tiempo real las respuestas de los astronautas, “permitirá un control serio y restringido de los signos vitales, así como un monitoreo certero de la salud del astronauta y de que sus actividades las realiza favorablemente”, aseguró Bazaldua, estudiante de la Facultad de Ingeniería.
La tarea científica, las pruebas de laboratorio y toda experimentación recorren un camino en el que hay cientos o miles de equivocaciones. Walter Calles, egresado del Instituto Politécnico Nacional, lo sabe y por eso Tomás Alva Edison es su inspiración: “no fracasé, sólo descubrí 999 maneras de no hacer una bombilla”, repetía la frase mientras realizaba los últimos ajustes al chaleco.
Disfruta ser parte de este sueño de la humanidad, formar parte de un equipo internacional. No duda en su formación y es tajante al señalar que la ciencia mexicana está a la altura de los países líderes del mundo. Walter Calles lleva varias noches sin dormir y mientras trabajaba en una sala de un Hostal en Poznan, con una bebida energética en la mano, sentía esa mezcla de emociones previa a un acontecimiento importante: miedo y alegría, “hasta que no se pone en práctica todo lo que hemos desarrollado en el laboratorio sabremos si realmente funciona como lo esperábamos”.
Walter sabe que su recurso más importante para el funcionamiento del proyecto es su imaginación: “Hemos tenido muchas complicaciones durante el desarrollo de este proyecto, más que nada porque estamos hablando de la integración de diversos sistemas que están enfocados para la industria médica, y que en este caso, se integran para cuestiones de monitoreo de signos vitales, pero no en un estado controlado, como podría ser una casa habitación o un hospital”.
El chaleco salvará la vida de los astronautas dentro del Hábitat o fuera de él, donde las condiciones serán adversas, habrá retrasos en la comunicación. Para el diseño del chaleco se tomaron muchos casos de posibles errores, “no sabemos qué puede pasar: si se cae, si se rompe, si se daña. ¿Cómo podrá resolverlo la tripulación sin ningún técnico a bordo?”.
El primer desafío está en la conexión entre El Hábitat y el Cuarto de Control, aquí en Polonia –unos 150 kilómetros. Y si todo sale bien, la siguiente conexión –dentro de algunos años–, estaría a 54,600,000 kilómetros, esto es, la distancia entre la Tierra y Marte.
Walter cuenta que tenemos que imaginar todos los escenarios adversos para pensar en soluciones. Para todo lo que pueda fallar debemos tener una respuesta. “Siempre debes tener la Ley de Murphy en la cabeza. Todo lo que pueda cubrir nuestra imaginación”.
Por su parte, Danton Bazaldua, quien tiene más de cuatro años involucrado en la difusión científica y proyectos de desarrollo de tecnología enfocado a temas espaciales, desea que este proyecto contribuya al desarrollo tecnológico del país y de la industria espacial mexicana.
El joven investigador de 24 años ha participado en el Comité Organizador Local del Congreso de Generación Espacial, y en el Taller de Simulaciones Análogas a Marte en el Congreso Internacional de Astronáutica en 2016. Fue uno de los cuatro ganadores del Programa Global Grants 2017.