Cuando viajamos, nuestros oídos están sujetos al cambio de la presión del aire que varía según la altura en la que nos encontramos. En el oído medio, donde se ubican los huesecillos martillo, yunque y estribo, existe una cavidad ocupada por aire que es separada del oído externo por el tímpano, cuya función es mantener una presión estable.
Esta cavidad se comunica con la parte posterior de la nariz a través de un tubo llamado Trompa de Eustaquio, que cumple la función de compensar las variaciones de presión que ocurren dentro del oído medio ante los cambios de altura; como pasa al bucear, subir una montaña o volar en avión.
Cuando viajamos, la presión del oído medio es diferente de la presión ambiental, lo que provoca una sensación de oídos tapados e incluso dolor, aseguró Felipe Orduña Bustamante, responsable académico del Grupo de Acústica y Vibración del Centro de Ciencias Aplicadas y Desarrollo Tecnológico (CCADET), entidad académica de la Coordinación de Investigación Científica de la UNAM.
Explicó que, al cambiar la presión, el oído se expande y el tímpano se tensa, lo cual provoca que se obstruyan las Trompas de Eustaquio, causando una leve sordera momentánea.
Para desaparecer este síntoma, el especialista recomendó masticar chicle o algún otro alimento, beber agua o bostezar para que la mucosidad deje pasar aire y la presión se equilibre.
Orduña Bustamante explicó que el equipo de Acústica y Vibración creó un artefacto que simula de manera práctica cómo ocurre este efecto.
Por último, el doctor en Sonido y Vibraciones realizó algunas recomendaciones para el cuidado de los oídos, como no colocar ningún objeto en ellos, ya que esto no impedirá que se tapen, así como evitar el uso de audífonos con volumen alto.