El pasado 1 de octubre se celebró el referéndum de independencia de Cataluña, marcado por la autoridad española como ilegal, toda vez que el propio tribunal constitucional de aquel país dijo que estaba fuera de la legitimidad, dijo Dámaso Morales Ramírez, profesor de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales.
Sin embargo, la Generalitat de Cataluña en voz de su presidente Carles Puigdemont lo llevó a cabo y ya se avizoraba que sería un elemento de confrontación, agregó el académico universitario.
Por un lado, tenemos viejas demandas de Cataluña y otras regiones de ese país, en el sentido de que el diseño constitucional del gobierno español no es del todo correcto, pues les impide una mayor vida democrática, mayor participación, y por supuesto, mayor autonomía.
Y por el otro lado, tenemos un estado español que en sus últimos gobiernos, incluyendo a Mariano Rajoy, no ha sido capaz de resolver una problemática histórica. Pareciera que se hizo a un lado y dejó que la situación creciera para resolverla por la vía judicial y policial, en lugar de entrar en un diálogo político, destacó.
Por supuesto, esta situación ha llamado otras puertas políticas como a los ciudadanos para poder lograr acuerdos de consenso. Así, tenemos que España pierde en lo general, su diseño constitucional y democrático, además de su imagen ante la Unión Europea que se ha visto muy deteriorada.
Además, la Unión Europea se ha visto muy preocupada por el asunto, pero también ha sido muy cuidadosa de no meterse ni hacer algún tipo de expresión.
No obstante, ha tomado dos posturas: la primera, que el referéndum es ilegal, con lo cual reconoce al Estado español como el actor que debe resolver problemas al interior, y segunda, que el uso de la fuerza no es vía para el diálogo político, y con esto reconocería la incapacidad que ha tenido el gobierno español para resolver esta crisis.
Sin lugar a dudas, este asunto seguirá. Por ejemplo, el martes 3 de octubre habrá una gran marcha y una huelga general, y el miércoles 4 se presentará en el parlamento de Cataluña los resultados para que hagan la declaratoria de independencia, y posteriormente, la Ley de Transitoriedad para enfocarse a la nueva República en Cataluña.
Ahora, estaremos esperando que se abra el diálogo político donde el gobierno de Rajoy tome el asunto, y que con la ayuda de la Unión Europea, que ha estado muy aislada, pueda apoyar para lograr algo.
¿Por qué? Porque los resultados que estuvieron en las urnas fueron de un 41 por ciento, no es más allá del 50, y si bien todos votaron por esa independencia no es un número muy representativo, enfatizó el entrevistado.
Por ello, debe resolverse por otras vías, pero el uso de la violencia en Cataluña abre un nuevo capítulo en la historia de ese estado y de España, y la Unión Europea frente a estos actos que tampoco puede quedar muda, concluyó.