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¿Qué tan dañinos son los piercings?

Los piercings o perforaciones consisten en realizar una punción en alguna zona corporal para introducir un arete como accesorio. Sus riesgos más importantes son las infecciones inmediatas, una cicatrización anómala como la llamada queloide (aquella en las que se presenta un crecimiento descontrolado de carnosidad), o infecciones de enfermedades a largo plazo como Hepatitis o VIH. También pueden provocar hematomas, dolor agudo o persistente con sangrado en algunas ocasiones, por intervenir en alguna arteria, vena o vaso sanguíneo.

Generalmente tardan de 15 a 30 días en cicatrizar por completo, en este tiempo se forma y se recubre con epidermis el canal por el que pasa el arete.

No suelen afectar al sistema nervioso central más que a los nervios periféricos de la zona en la que se realizan, por ejemplo, en la lengua puede dañar al nervio que se encarga de su movimiento. En muy pocos casos se puede presentar una infección que se complique y por la cual entren bacterias que viajen al torrente sanguíneo embolizando a la médula espinal y como consecuencia se genere una paraplejia o cuadriplejia.

Se recomienda acudir a sitios que estén certificados para realizarlas, y se debe contar con material nuevo, estéril, desechable e instrumental limpio, desinfectado, y utilizar guantes nuevos; de preferencia ir a lugares cuyo funcionamiento esté autorizado por la Comisión Federal para la Protección contra Riesgos Sanitarios (COFEPRIS).

Algunos aretes generan alergias dependiendo del material con el que estén elaboradas, como el níquel que es de bajo costo. Por el contrario, son más seguros los que son fabricados con titanio o material quirúrgico.

Se debe acudir al médico inmediatamente ante cualquier anomalía en la cicatrización de la perforación o en caso de presentar sangrado persistente, drenado de líquido o crecimiento de algún bulto.

No se recomienda realizarse una perforación cuando se está bajo un tratamiento de inmunosupresores.

Con información de la Dra. Rosa María Ponce, Coordinadora de enseñanza y profesora adjunta de Dermatología del Hospital General de México, Posgrado UNAM.