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¿Por qué la primavera no llega siempre en la misma fecha?

Este año, el equinoccio de primavera se presentará en el centro de México el martes 19 de marzo a las 21:06. Pero, ¿por qué en esta fecha y no el 20 o 21 de marzo? Acorde a José Franco, investigador del Instituto de Astronomía de la UNAM, esto se debe a que la órbita de la Tierra alrededor del Sol dura 365 días, 5 horas, 45 minutos y 46 segundos.

La duración no exacta de un año terrestre provoca que las fechas de los equinoccios y solsticios varíen, pudiendo ocurrir el 19, 20 o 21 de marzo. En la región central de México, este año el equinoccio sucerderá el 19 marzo en la noche.

Dado que existen diversos husos horarios alrededor del globo, el equinoccio se anuncia en la hora universal (UTC), referente al meridiano de Greenwich. En 2024, esto sucede el 20 de marzo a las 03:06 UTC, equivalente al 19 de marzo a las 21:06 en la Ciudad de México. Por lo tanto, aunque la primavera llega simultáneamente a todos los lugares, el horario específico varía según el país.

La traslación de la Tierra

Las cuatro estaciones —primavera, verano, otoño e invierno— dividen el año en periodos de tres meses, sumando un total de 12 meses.

La Tierra presenta una inclinación en su eje de rotación de aproximadamente 23.5 grados. Esta inclinación, junto con el movimiento orbital del planeta alrededor del Sol, determina las estaciones del año. “Cada estación está dada por la inclinación del eje de rotación y el movimiento de la Tierra alrededor del Sol”.

En consecuencia, tanto en el hemisferio norte como en el sur, experimentamos períodos de calor intenso durante el verano y frío severo en el invierno. Sin embargo, es importante destacar que las fechas de estas estaciones se invierten en cada hemisferio. El académico universitario señala: “Esto se debe a la inclinación del eje de rotación de nuestro planeta”.

A lo largo del año, el Sol parece desplazarse entre los Trópicos de Cáncer y Capricornio. Sin embargo, durante los equinoccios de primavera y otoño, se sitúa directamente sobre el Ecuador, igualando la duración del día y la noche.

Tras el equinoccio de primavera, los días se alargan progresivamente hasta el equinoccio de otoño, cuando las noches comienzan a extenderse.

Para el hemisferio norte, cuando el Sol llega al punto máximo en el Trópico de Cáncer, tenemos el solsticio de verano, y cuando regresa a la línea equivalente en el sur, al Trópico de Capricornio, tenemos el solsticio de invierno, concluyó el académico universitario.