Durante la pandemia causada por el covid-19, esta enfermedad fue el centro de atención de las autoridades de salud. Sin embargo, las enfermedades de transmisión sexual (ETS) o infecciones de transmisión sexual (ITS) no descansaron. En algunos países, como Estados Unidos, las tasas de infección por gonorrea, por ejemplo, aumentaron durante el confinamiento.
En las últimas semanas se ha visto en varios países, México incluido, un incremento muy importante de ITS, que va a condicionar embarazos no deseados y secuelas que pueden durar toda la vida.
“Antes de la pandemia traíamos un ritmo constante en el aumento de todas las enfermedades de transmisión sexual en el país”, dice Guadalupe Soto Estrada, especialista en epidemiología aplicada de la Facultad de Medicina de la UNAM. “Aunque no era un incremento exponencial, sí era muy importante porque abarcaba todas las ETS. De éstas, las que hoy se vigilan son sífilis y gonorrea, principalmente, pero también otras, como chancro, linfogranuloma venéreo y el virus de inmunodeficiencia humana (VIH), que sigue causando muchos problemas”.
Debido al confinamiento, a algunas personas no se les diagnosticó oportunamente alguna de estas enfermedades, lo que se tradujo en un subdiagnóstico. Por esta razón, disminuyeron de manera muy importante los casos registrados respecto a los años anteriores, especialmente 2019. “Pero esto ocurrió en muchos países, no sólo aquí”, explica la investigadora.
En 2021, a medida que salíamos del confinamiento, los números aumentaban de manera paulatina, pero en este momento en algunas enfermedades hay un incremento bastante importante, como en el gonococo en el tracto genitourinario, que se conoce como gonorrea.
La tendencia es que aumenten los casos, porque al salir del confinamiento las personas retoman actividades, incluidas las relaciones sexuales de riesgo.
Las ETS en números
El boletín de la Dirección General de Epidemiología reportó en la semana 47 de 2021 que en aquel año se habían presentado 9 mil 45 casos de gonorrea. En la misma semana, pero de 2022, reportó que ya se rebasan los 10 mil casos, un incremento que, si bien no es muy grande, sí es importante, explica la académica.
“Lo mismo sucede con la sífilis adquirida, de la que había 9 mil 515 casos, pero este año tenemos más de 14 mil”.
En el caso del herpes, no se ve un incremento muy importante. En 2021 hubo 6 mil 609 casos, pero ahora son poco más de 8 mil.
Una de las infecciones más frecuentes es la vulvovaginitis, que afecta más a las mujeres jóvenes. En 2021, hubo 426 mil 009 casos, pero ahora ya se rebasan los 458 mil.
Respecto a los casos de VIH, en 2021 se habían registrado 12 mil 472 y para este año la cifra se aproxima a 15 mil.
Estos datos nos dan una idea de qué está ocurriendo con estas enfermedades, dice Soto Estrada, y agrega que lo grave es que son pocas las políticas orientadas a promover la salud sexual.
Las políticas de salud se enfocaron en covid-19, pero ahora se deben retomar las enfermedades que se vieron afectadas durante la pandemia y que van a repuntar. Aunque en este momento el repunte es leve, si no se actúa oportunamente, puede volverse grave.
“En general, las infecciones de transmisión sexual son un foco rojo. Sabemos que hay un subregistro muy importante de VIH, pero estamos previendo que los casos aumenten el próximo año. Creo que 2023 va a ser el momento de oportunidad, pero también el momento de mayor riesgo”, considera la académica.
Adultos jóvenes, los más afectados
En nuestro país, el aumento de las ETS afecta principalmente al grupo de adolescentes y adultos jóvenes, cuyas edades están entre 18 y 45 años, un rango de edad amplio en el que la gente está en la etapa reproductiva y sexualmente activa.
Los adolescentes son el segundo grupo de importancia porque no sólo están en riesgo de contraer una infección, sino también de embarazos no deseados, sobre todo en menores de 18 años, quienes durante este tiempo no han tenido información ni acceso a los servicios médicos.
La académica universitaria considera que es importante poner atención porque en este momento estamos en una etapa en la que se pueden implementar medidas para contener este incremento. Se debe considerar que las ITS no son aisladas: están asociadas a eventos sociales, a situaciones que tienen que ver con la salud mental o con las condiciones de vida.
“Si no se cambian las políticas de salud y si no se implementan medidas para prevenir y orientar mejor a estos grupos de edad, vamos a tener problemas muy graves. En México, tenemos la oportunidad de incidir en el problema, y creo que deberíamos hacerlo”.
No se debe perder de vista a los grupos específicos de riesgo. Por ejemplo, los y las trabajadoras sexuales y personas que tienen relaciones con varias parejas simultáneamente, explica la académica.
La salud mental y las infecciones de transmisión sexual
En un artículo publicado en Inglaterra (Can Sexually Transmitted Diseases Cause Mental Illness?) se menciona que el incremento en las infecciones de transmisión sexual podría estar relacionado con los problemas de salud mental que estamos teniendo, porque hay más desazón, ansiedad y más soledad, lo que incrementa las conductas de riesgo.
“Creo que hay que apostar por la educación sexual, por la orientación, pero también por la capacitación del personal de salud, porque ellos también están saliendo de una pandemia que fue muy complicada, que les demandaba prácticamente todo su tiempo”, dice la investigadora.
Campañas en los bachilleratos de la UNAM
“Antes de la pandemia, con nuestros alumnos hacíamos visitas frecuentes a las escuelas preparatorias y a los colegios de ciencias y humanidades, en las que repartíamos material gráfico, dábamos pláticas y ofrecíamos asesoría en caso de que la necesitaran”, dice la investigadora.
“Nuestros alumnos de primero y segundo año de la carrera de Medicina fueron parte de esas visitas, y para ellos fueron una experiencia muy positiva. Se sentían muy en contacto con los alumnos de bachillerato porque eran jóvenes casi de su misma edad. Hubo una interacción muy interesante entre ellos”.
Los estudiantes de Medicina reafirmaban su vocación de médicos desde la parte preventiva. Por el otro lado, los estudiantes del bachillerato se veían beneficiados con capacitaciones y orientaciones, que además las hacían de forma lúdica, entretenidas.
En el caso de los preservativos, en los CCH y en las prepas de la UNAM se hacían ferias de salud en las que se les enseñaba a colocárselos, “pero también es muy importante que los centros de salud cuenten con recursos materiales, porque no sirve de nada que se oriente a un adolescente si no cuenta con preservativos, dispositivos intrauterinos y en general, el con el material necesario para evitar embarazos e infecciones de transmisión sexual”.
ETS en el contexto universitario
“No ha habido una encuesta reciente entre los estudiantes de la UNAM, pero la información que tenemos, que es de hace algunos años, es preocupante porque hay un incremento similar al de la población abierta, quizá un poco menor. Hasta 2020 había un incremento tanto en embarazos como en infecciones de transmisión sexual”.
“Desafortunadamente, este problema lo tenemos incluso en nuestros estudiantes de Medicina, entre los que en años recientes hemos visto un incremento en los embarazos”, dice la investigadora.
“La tasa de infecciones de transmisión sexual no es alta, pero creo que en nuestras encuestas hay un subregistro porque aparentemente el porcentaje no es alarmante. En nuestra encuesta más reciente, que es de 2021, creo que no se rebasaba ni el 5 por ciento de casos de ETS. Me parece poco; creo que hay un subregistro. Vamos a tratar de hacer otra encuesta el próximo año, pero presencial, para tener una idea de qué está pasando”.
“Las infecciones de transmisión sexual deben ser atendidas. Se necesitan recursos humanos y económicos para enfrentar este aumento en los casos en el próximo año con el reinicio de todas las actividades, con las consecuencias asociadas”, finalizó la doctora Soto Estrada.