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¿Por qué es peligroso cocinar con fogones a leña?

De acuerdo con la Organización Mundial de la Salud (OMS), en julio de 2022 había en el mundo aproximadamente 2,600 millones de personas que cocinaban con fogones abiertos, utilizando leña, estiércol, carbón vegetal y carbón mineral, entre otros combustibles sólidos. Como consecuencia de emplear estos fogones en la cocina, cada año cerca de cuatro millones de personas fallecen por enfermedades relacionadas con la contaminación del aire dentro de las viviendas debido al humo emitido.

Según la OMS, la contaminación del aire doméstico provoca accidentes cerebrovasculares y enfermedades como neumopatía obstructiva crónica, cardiopatía isquémica y cáncer de pulmón.

Impacto en los niños

En el caso de los niños, respirar partículas de aire contaminado dentro de sus hogares causa más del 50% de las muertes por neumonía en menores de cinco años.

“Efectivamente, en el mundo hay casi tres mil millones de personas que cocinan con leña y otros residuos de biomasa en fogones rústicos, y también hay unos 300 millones que cocinan con carbón mineral, que es el peor contaminante. Este último tipo de combustible se utiliza sobre todo en las zonas frías de China y Mongolia”, explica Omar Masera Cerutti, del Instituto de Investigaciones en Ecosistemas y Sustentabilidad, campus Michoacán, de la UNAM.

Pobreza y tradiciones culturales

“El problema para la salud de las personas no es el uso de la leña por sí misma, sino el uso de fogones abiertos, que son una tecnología muy rudimentaria aunque muy accesible, porque entre esos tres mil millones hay 900 millones de los más pobres entre los pobres, personas que no tienen acceso a otros recursos”.

Sin embargo, entre los millones de personas que utilizan leña para cocinar, hay una cantidad importante que lo hace no solo por pobreza, sino también debido a tradiciones culturales.

“En muchos lugares, México incluido, mucha gente utiliza leña aunque tenga acceso al gas. En la India, emplean de manera combinada la leña y el gas porque sacan ventajas de las tecnologías que tienen a la mano, como cocinar alimentos tradicionales con la leña y otros que requieren más rapidez con el gas”, explica el investigador universitario.

Exposición al humo en fogones abiertos

En general, las personas que respiran este aire muy contaminado son las que cocinan en fogones abiertos (tres piedras encima de las cuales ponen sus ollas o cazuelas para preparar sus alimentos, calentar agua y, en el caso de México, hacer o calentar las tortillas, colocando un comal enorme encima de las piedras).

Las personas encargadas de preparar la comida, en general mujeres, respiran el humo producido por la leña que llena la habitación que utilizan como cocina, y esto ha sido así durante muchos años de su vida.

“Se ha calculado que la cantidad de humo que respiran estas mujeres es equivalente a lo que inhalan algunas fumadoras crónicas, de casi dos paquetes de cigarros al día”.

Invisibilidad y desatención del problema

El problema de la contaminación interior es muy importante, pero no es muy visible, porque está asociado a las zonas rurales y a la población indígena de menores recursos. “Son los que siempre están en el escalón más bajo de las prioridades de los gobiernos”, dice Masera Cerutti.

Según la Encuesta Nacional sobre Consumo de Energéticos en Viviendas Particulares (Encevi 2018), del INEGI, en 2018, 28 millones de mexicanos cocinaban con leña en fogones abiertos.

“Este problema de salud es resultado de las condiciones de pobreza, pero también responde a tradiciones culturales, muy arraigadas precisamente en las zonas indígenas donde el apego a la leña es muy fuerte”, afirma el investigador universitario.

De acuerdo con el ODS 7 (Objetivo de Desarrollo Sostenible 7), el acceso a la energía segura y continua es fundamental para el desarrollo humano, social y económico. Si bien se ha avanzado en electrificación, el panorama en cuanto a cocción limpia es preocupante. La población mundial sin acceso a una estufa eficiente, ya sea de leña o de otros combustibles, se prevé que aumentará en el futuro.

La situación global no solo no mejora, sino que empeora debido a que las condiciones económicas a nivel mundial están retrocediendo en temas de desarrollo sostenible, y no se ha priorizado la solución a este problema. Los programas de estufas eficientes han contado con presupuestos muy limitados.

Leña y gas: una combinación común

Al investigar el tema, los expertos identificaron que el problema principal eran los fogones abiertos y plantearon varias soluciones. Una de ellas es fomentar el uso del gas LP, especialmente en zonas cercanas a las ciudades. Sin embargo, incluso cuando las personas tienen acceso al gas, no abandonan por completo la leña, combinando ambos combustibles en una práctica conocida como “uso múltiple” o “stacking”.

Para comprender este fenómeno, los investigadores llevaron a académicos del área de la salud a Michoacán, donde visitaron hogares que podían cocinar exclusivamente con gas. En una casa rural, descubrieron que, aunque había una estufa de gas, también había una cocina con leña en uso, pues los residentes argumentaban que la comida tenía mejor sabor al ser preparada con leña, especialmente las tortillas.

El problema del uso de leña en fogones abiertos no es únicamente económico, sino también cultural y práctico. Muchas personas tienen leña disponible cerca de sus hogares y no quieren gastar en otros combustibles. No obstante, en algunas áreas la leña es escasa y la gente debe caminar horas para conseguirla, por lo que es crucial contar con opciones para su uso más eficiente.

El gas es la primera opción, pero no resuelve completamente el problema de los fogones abiertos, ya que incluso si se utilizan una o dos veces por semana, continúan generando una enorme cantidad de contaminación.

Creación de las estufas Patsari

“Desde que empezamos a trabajar en el problema, hemos sido de los grupos pioneros que han estado enfatizando la importancia de hacer un uso eficiente de la leña. De esta manera surgió el proyecto de las estufas Patsari, que inicialmente era una derivación de la Lorena, una estufa que se había construido en muchos lugares”, explica Omar Masera, destacado investigador en el tema.

Masera agrega que las estufas de gas cuentan con ciencia y tecnología, pero también es posible aplicarla en las estufas de leña. “Sólo faltaba hacer el trabajo, que no es sólo tecnológico, sino también de innovación participativa, que es la parte esencial del trabajo de nuestro grupo; por eso la llamamos ecotecnología, porque tiene que ser una innovación hecha para y con la gente”.

El diseño de la estufa ecológica Patsari fue un proyecto de colaboración entre el equipo del doctor Masera, personal del Grupo Interdisciplinario de Tecnología Rural Apropiada (GIRA, A.C.), académicos del Instituto de Ingeniería de la UNAM y, para evaluar el impacto en la salud, investigadores del Instituto Nacional de Salud Pública (INSP).

Tras usar la estufa Patsari por un tiempo, los investigadores analizaron los pulmones de las personas participantes en el estudio, encontrando beneficios en su salud. Además, con una estufa Patsari, cada año se evitan entre dos y dos toneladas y media de gases de efecto invernadero, equivalente a las emisiones de dos automóviles.

La Patsari original ha sido mejorada continuamente, en años recientes con la colaboración de académicos del Instituto de Investigaciones en Materiales de la UNAM, aplicando tecnología comercial de vanguardia a estos problemas.

Impacto en la población mexicana

En 2020, se publicó el folleto “Efectos a la salud por el uso de fogones abiertos de leña y alternativas”, en colaboración con el INSP, donde se destaca que en 2019 casi diez mil fallecimientos se debieron al empleo de combustibles sólidos. Además, en 2018, el 23% de la población mexicana (28 millones de personas) utilizaba leña o carbón para cocinar, principalmente en fogones abiertos de baja eficiencia.

“Es una cifra muy importante porque prácticamente la cuarta parte de la población del país cocina con leña, con todas sus consecuencias para la salud”, informa el investigador universitario. “Esos 28 millones están distribuidos en buena parte del país, sobre todo en regiones indígenas de las zonas centro y sur”.

Investigación y regulación

Actualmente, cuentan con el Laboratorio de Innovación y Evaluación en Bioenergía, donde realizan pruebas detalladas para medir la eficiencia en la combustión de la leña y estudiar qué tipo de comida produce más humo.

Se trabajó durante dos años para obtener una norma mexicana (NMX) y actualmente se colabora con la Secretaría de Energía para hacerla obligatoria. Con esta norma se busca que las estufas eliminen el 95% del humo, explicó Masera Cerutti.

Esto significa que las estufas que cumplen con la norma mexicana también cumplirán con la norma interina de la OMS, de tal manera que se pueden considerar como estufas limpias desde el punto de vista de la salud.

“Si una familia ya tenía una estufa de gas y un fogón abierto, ahora pueden combinar el gas con la estufa eficiente de leña, con lo que ya hay una contribución enorme a la salud pública y al uso eficiente del combustible”, concluyó el investigador.

Estufas Patsari: Impacto en México

“La Patsari dio el impulso inicial para que empezara a surgir en México un mercado de diferentes tipos de estufas. Fue un prototipo y algunos empresarios empezaron a hacer sus modelos a partir del nuestro”, explica Masera Cerutti.

Cabe destacar que el diseño original de la Patsari pertenece a la UNAM y al Grupo Interdisciplinario de Tecnología Rural Apropiada (GIRA). Con este diseño, se desarrolló un programa integral para capacitar a personas y organizaciones en la construcción de estufas eficientes en algunos estados del país.

En municipios de Guerrero, por ejemplo, se llevaron a cabo talleres para promotores comunitarios en los que se les capacitaba durante una semana para la construcción de estufas. De regreso a su comunidad, estos “estuferos” fabricaban inicialmente veinte Patsaris para darlas a conocer e ir generando un mercado local. Este esquema de “capacitación de capacitadores” fue el elegido al principio por las instancias gubernamentales para masificar el uso de las estufas ecológicas.

En una segunda etapa, el gobierno federal priorizó tener un gran número de estufas instaladas en poco tiempo, en lugar de asegurar un proceso más de tipo local y participativo. Se comenzaron a hacer licitaciones muy grandes, en las que se pedía entregar miles de estufas en poco tiempo, con nula o mínima participación de las personas de las comunidades.

Esto favoreció la aparición de estufas metálicas y de otro tipo de fabricación industrial, algunas de buena calidad, pero la mayoría con grandes deficiencias en su durabilidad y funcionamiento. Lamentablemente, al no haber una conexión entre el proceso de selección de las estufas y los usuarios finales, muchas de las estufas que se han difundido mediante este tipo de licitaciones no han sido adoptadas.

Retomando el objetivo original

Actualmente se está trabajando con el DIF para recuperar el objetivo original de los programas de estufas ecológicas, buscando que se priorice la apropiación y uso sostenido de las mismas.

Se estima que hoy hay unas 250 mil estufas distribuidas en todo México, debido a que se han ido fabricando dentro de algunos programas estatales.

Beneficios ambientales y de salud de la Patsari “Con la Patsari no sólo se mejoró el fogón tradicional o abierto al sacar por una chimenea el humo producido por la leña, lo que evitó que las personas siguieran respirándolo, sino que también se hizo más eficiente el uso de la leña con la creación de una cámara de combustión; de esta manera, se producen mucho menos gases de efecto invernadero, se reduce casi 50 por ciento el uso de leña y casi 70 por ciento las emisiones contaminantes”, finalizó Omar Masera.

Informción destacada
  1. El uso de fogones abiertos para cocinar con leña y otros combustibles sólidos afecta a aproximadamente 2,600 millones de personas en todo el mundo, provocando enfermedades relacionadas con la contaminación del aire doméstico y causando alrededor de cuatro millones de muertes anuales.
  2. La contaminación del aire en el hogar causada por fogones abiertos contribuye a enfermedades como accidentes cerebrovasculares, neumopatía obstructiva crónica, cardiopatía isquémica y cáncer de pulmón.
  3. En niños menores de cinco años, la exposición a partículas de aire contaminado en el hogar provoca más del 50% de las muertes por neumonía.
  4. La pobreza y las tradiciones culturales son factores clave en la persistencia del uso de fogones abiertos, aunque haya acceso a otras opciones como el gas.
  5. La contaminación del aire en el hogar es un problema de salud pública y ambiental que no recibe suficiente atención, especialmente en áreas rurales y comunidades indígenas.
  6. La combinación de leña y gas en la cocina, conocida como “uso múltiple” o “stacking”, es común en lugares donde hay acceso a ambos recursos.
  7. Las estufas Patsari, una innovación en cocinas ecológicas, han demostrado ser efectivas en la reducción del impacto en la salud y el medio ambiente causado por el uso de fogones abiertos.
  8. La capacitación y expansión local de estufas eficientes, como las Patsari, pueden ser cruciales para promover su adopción en comunidades rurales y áreas indígenas.
  9. La falta de conexión entre los programas gubernamentales de distribución de estufas y los usuarios finales ha limitado la adopción de estufas eficientes.
  10. Retomar el enfoque original de los programas de estufas ecológicas, priorizando la apropiación y el uso sostenido de las estufas por parte de las comunidades, puede mejorar la salud pública y reducir la contaminación ambiental.