Desde la prehistoria, la música ha tenido un papel importante en la vida cotidiana. Nuestros antepasados usaban este estímulo sonoro no sólo para entretener, sino también en ceremonias, rituales de caza y ritos de paso, fortaleciendo el vínculo entre los miembros de la comunidad y su entorno. Pero la música también desempeña otro papel: mejorar la salud mental y emocional de las personas.

A lo largo de la historia, esa característica de la música se ha estudiado con el fin de conocer todos sus beneficios. En la antigua Grecia se cimentaron los primeros fundamentos científicos de las utilidades médicas que brinda la música; del siglo XVIII al XIX se estudiaron otros beneficios, y a mediados del siglo XX se estableció el término musicoterapia, que se refiere al uso de la música o sus elementos con el objetivo de reducir el estrés, calmar el dolor, incrementar la autoestima y ayudar a combatir los problemas neurológicos de las personas.
Cada día se explora más el terreno de la musicoterapia, en busca de obtener todos los beneficios que pueda ofrecer. Recientemente, investigadores del Centro de Neurocirugía Funcional de la Universidad Jiao Tong de Shanghái, en China, dieron a conocer que la música clásica podría ayudar a mejorar el estado de ánimo de personas con depresión.
¿Por qué la música nos puede hacer sentir tristes o felices?
“El estudio encontró que la mejora de los síntomas depresivos estaba relacionada con el nivel de disfrute musical del paciente más que con la emoción de la música en sí. No obstante, las limitaciones del estudio incluyen un tamaño de muestra pequeño, lo que puede afectar la generalización de los hallazgos. El Modelo de Musicoterapia Receptiva subraya la importancia de integrar los conocimientos neurocientíficos en las prácticas de musicoterapia, lo que podría conducir a estrategias terapéuticas más efectivas y personalizadas”, expresó la maestra de la Facultad de Psicología de la UNAM, María Concepción Morán Martínez, quien también es pianista ejecutante por el Conservatorio Nacional de Música.
De acuerdo con el trabajo realizado por investigadores chinos, la música clásica ejerce efectos antidepresivos al sincronizar las oscilaciones neuronales entre el córtex auditivo, responsable del procesamiento sensorial, y el circuito de recompensa, encargado del procesamiento emocional. “Cuando esta conexión ocurre, repercute en la amígdala extendida, una estructura central en el procesamiento de la información emocional. Al sincronizarse estos tres factores, el estado de ánimo en personas con depresión mejora”, afirmó Bomin Sun, autor principal del trabajo.
Morán Martínez explicó que cuando escuchamos música nuestro cerebro realiza interacciones auditivo-motoras, por lo que activa la corteza premotora del lóbulo frontal, que nos proporciona la sensación auditiva y de movimiento, y la amígdala, que relaciona emociones con lo que estamos escuchando. Mientras eso sucede, también se producen efectos bioquímicos, neuroquímicos, fisiológicos, motrices, cerebrales y cognitivos que pueden cambiar nuestro humor, hacernos sentir felices o tristes. Es así como la música puede funcionar como antidepresivo.
Cuando escuchamos música, varias áreas del cerebro se activan, involucrando redes neuronales complejas relacionadas con la percepción auditiva, la emoción, la memoria y el movimiento. Estos sistemas trabajan juntos, lo que permite que la música no solo se perciba a nivel auditivo, sino también que despierte emociones, recuerdos y respuestas físicas.

Una app musical con retroalimentación emocional en tiempo real
Sun comentó que, a partir de este descubrimiento, trabajarán en conjunto con clínicos, musicoterapeutas, informáticos e ingenieros con el fin de desarrollar “una aplicación donde se integrarán recomendaciones musicales personalizadas, monitorización y retroalimentación emocional en tiempo real y experiencias multisensoriales de realidad virtual para proporcionar herramientas para gestionar las emociones y mejorar los síntomas en la vida cotidiana”.
Sobre este punto, la experta de la Facultad de Psicología indicó que la música es una forma de expresión artística y cultural que consiste en la combinación organizada de sonidos y silencios con el propósito de generar una experiencia estética, emocional e intelectual. La música es un medio poderoso para expresar emociones profundas y complejas, a menudo en un nivel más allá del lenguaje hablado. Citando a Johann Sebastian Bach: “El fin último y razón de toda la música no debe ser otro que la recreación del espíritu.”
Musicoterapia, un apoyo importante
De manera general, la musicoterapia se puede clasificar en dos tipos: activa y receptiva. Cuando hablamos de musicoterapia activa, nos referimos a aquella en donde el paciente toca los instrumentos, canta o baila; en cuanto a la receptiva, como su nombre lo indica, el paciente es solo un receptor de la música, un oyente.
Si bien la musicoterapia pasiva ha mostrado mejores resultados, ambas terapias influyen de manera positiva en distintos padecimientos neurológicos o en otras enfermedades.
La musicoterapia puede mejorar la salud mental, emocional, física y social de los individuos, adaptándose a las necesidades particulares de cada persona, y ha demostrado ser eficaz en una amplia variedad de contextos terapéuticos.
Algunos de los principales beneficios incluyen:
1. Beneficios emocionales:
- Reducción del estrés y la ansiedad: La música puede ayudar a calmar y relajar, reduciendo los niveles de cortisol, la hormona del estrés.
- Mejora del estado de ánimo: Puede elevar el ánimo, reducir síntomas de depresión y aumentar sentimientos de bienestar general.
- Mejora de la expresión emocional: Facilita la expresión de emociones difíciles o reprimidas, proporcionando una vía segura para explorarlas.
2. Beneficios cognitivos:
- Mejora de la memoria: En personas con trastornos de la memoria, como el Alzheimer, la música puede activar recuerdos y mejorar la función cognitiva.
- Estimulación cognitiva: Ayuda a mantener o mejorar funciones cognitivas como la atención, el lenguaje y la percepción en personas con demencias o lesiones cerebrales.
- Mejora en el procesamiento auditivo: Puede beneficiar a personas con dificultades en la percepción y el procesamiento del sonido.
3. Beneficios físicos:
- Estimulación motora: Facilita el movimiento en personas con discapacidades físicas o que están en proceso de rehabilitación, mejorando la coordinación y el control motor.
- Reducción del dolor: La música puede actuar como un analgésico natural, al reducir la percepción del dolor y aumentar la tolerancia en personas con dolor crónico.
- Mejora de la función cardiovascular: La música puede ayudar a reducir la presión arterial, la frecuencia cardíaca y mejorar la función respiratoria.
4. Beneficios sociales:
- Fomento de la interacción social: La musicoterapia en grupo fomenta la comunicación, la cooperación y el sentido de pertenencia, especialmente útil en personas con trastornos del espectro autista o dificultades de interacción social.
- Mejora de habilidades comunicativas: Facilita la expresión verbal y no verbal, beneficiando a personas con dificultades del habla o el lenguaje.
5. Beneficios en el bienestar general:
- Alivio emocional en situaciones críticas: En contextos de cuidados paliativos, la musicoterapia puede proporcionar consuelo y mejorar la calidad de vida en personas que enfrentan enfermedades terminales.
- Fortalecimiento de la resiliencia: Ayuda a las personas a manejar mejor situaciones traumáticas o desafiantes, promoviendo una mayor adaptación emocional y psicológica.
Pero, si esperamos obtener algunos de estos efectos positivos, es necesario realizar la musicoterapia con un profesional. La especialista universitaria advirtió que no solo se trata de poner música, sino de tener los conocimientos basados en evidencia que le permitan realizar una intervención orientada a apoyar el bienestar del paciente. La musicoterapia es facilitada por un profesional acreditado, que ha recibido formación especializada en el uso terapéutico de la música.
Finalmente, Morán Martínez invitó a las autoridades a impulsar más las prácticas musicales, porque, aunque las investigaciones muestran que la música favorece el bienestar emocional, cognitivo y social.

Ideas destacadas
- La música ha jugado un papel fundamental desde la prehistoria, no solo para el entretenimiento, sino en rituales y ceremonias.
- La musicoterapia se estableció en el siglo XX para mejorar la salud mental y física.
- La música clásica podría tener efectos antidepresivos, según un estudio reciente en China.
- La musicoterapia se divide en dos tipos: activa y receptiva, y ambas influyen positivamente en diversas afecciones.
- Un profesional en musicoterapia es clave para obtener los mejores beneficios de esta disciplina.