De acuerdo con la Organización Mundial de Salud (OMS), el cáncer sigue siendo una de las primeras causas de muerte a nivel mundial, lo cual convierte esta enfermedad en un problema de salud pública.
La OMS estima también que los casos anuales de ese padecimiento aumenten de los 14 millones registrados en 2012 a 22 millones en las próximas dos décadas. Para el caso de México, no se cuenta con un registro del número de casos exactos; no obstante, en 2015 el Sistema Nacional de Vigilancia Epidemiológica reportó que en 2012 el número de defunciones por esa enfermedad ascendió a 78 mil 719.
A través de su Boletín Epidemiológico, el sistema, que depende directamente de la Secretaría de Salud, publicó que la tasa de incidencia de la enfermedad en la población general durante el 2012 fue de 127.4 casos por cada mil habitantes.
En este contexto, la doctora Lena Ruiz Azuara, profesora investigadora titular C en el Departamento de Química Inorgánica y Nuclear de la Facultad de Química de la UNAM, dirigida por el Dr. Jorge Vázquez Ramos, trabaja en una línea de investigación encaminada al desarrollo de metalofármacos contra el cáncer.
El estudio y desarrollo de metalofármacos contra el cáncer de la Dra. Lena Ruiz surge a partir de su formación en la química inorgánica. Precisó que la química bioinorgánica estudia las funciones de los metales en los sistemas vivos, tanto vegetales como animales, es así que surge a finales de los años 70 el fármaco del cisplatino para cáncer y en ese entonces ya se utilizaban también el óxido de zinc y el mercurocromo como bactericida.
Con el propósito de visualizar el empleo de compuestos que contengan metales para diferentes enfermedades, surge el proyecto donde en lugar de utilizar platino (metal que no es esencial), la investigadora de la UNAM utilizó metales esenciales —aquellos que contenemos de manera natural en el organismo— para la creación de metalofármacos, cuyo objetivo fundamental es reducir la toxicidad.
Mencionó que a pesar de que existe mucha gente trabajando en este tipo de proyectos, fue la primera en hacerlo, por lo que representa una gran innovación, tanto en México como a nivel internacional.
Actualmente, la investigación de la Dra. Lena Ruiz cuenta con un compuesto que está por iniciar la fase uno de las pruebas clínicas en humanos, lo que significa que la hipótesis presentada en su trabajo de los años 80, no estaba del todo equivocada.
Durante la fase clínica, se realizarán pruebas de efectividad en humanos (ya probado con anterioridad en ratas), que consiste en probar dosis bajas e incrementarlas poco a poco para identificar los efectos secundarios, así como realizar la farmacocinética: tomar muestras de sangre desde que se aplica hasta que se elimina el fármaco y monitorear fuera del paciente la eliminación de éste.
Posteriormente, durante la segunda fase se determinará el esquema y la dosis de tratamiento y finalmente en la fase tres se compararán los resultados con otros fármacos comerciales, puntualizó Ruiz Azuara.