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Lucha Libre, símbolo de identidad del mexicano

Durante más de 80 años la Lucha Libre en México ha tenido éxito debido a que presenta historias de personajes que surgen del bajo mundo, entrenan, se superan y llegan a lugares insospechados, planteó José Ángel Garfias Frías, profesor investigador de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales.

En entrevista, el experto universitario resaltó que la gente se identifica con estos personajes porque son héroes de carne y hueso que luchan contra lo desconocido, y poseen esta idiosincrasia nacional de la superación. Se trata de un tema muy arraigado en la cultura del mexicano.

Garfias Frías apuntó que la importancia de la Lucha Libre en nuestro país es fundamental, puesto que se trata de un símbolo de identidad, y la gente se emociona con sus elementos como la máscara del luchador, sus funciones, el ring e incluso la arena donde se hace toda la parafernalia.

“Este deporte-espectáculo es un producto netamente mexicano, que aunque tiene sus variantes en otras naciones, nuestro país es quien le da el punto importante a la Lucha Libre”.

Además, presenta casos curiosos como el Místico, quien empezó como un huérfano, una historia que probablemente tiene algo de ficción, pero que nos crea un personaje con carácter de héroe.

Otro gran protagonista es el Santo que junto con Blue Demon crearon el cine mexicano de luchadores y consiguieron esta imagen de superhéroes siendo personas de carne y hueso, agregó el académico de la licenciatura en Ciencias de la Comunicación.

De hecho, la gente se identifica de dos formas con el luchador, ya sea el técnico o el rudo. Regularmente los niños apoyan a los primeros, porque representan a los buenos y sueñan con derrotar a los malos.

En cambio, los rudos siempre rompen las reglas, y sus seguidores se identifican porque sienten un hartazgo por las instituciones, con el réferi y el juez. Ese apoyo refleja muchas inconformidades.

La Lucha Libre representa un espacio de catarsis, donde uno puede decir lo que quiere, gritar groserías, improperios, y es un espacio socialmente aceptado para todo ese desfogue, se trata de una atmósfera terapéutica, resaltó.