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Los bosques han ajustado su manera de crecer ante el cambio climático

Varios estudios sugieren que la eficiencia en el uso del agua de las plantas ha aumentado en las últimas décadas, ya que con más carbono disponible en la atmósfera podrían hacer la fotosíntesis más rápidamente y ahorrar agua.

Esto según una investigación liderada por la Universidad de Hampshire (UNH) en Estados Unidos, donde también participó el Centro de Investigación Ecológica y Aplicaciones Forestales (CREAF) en Barcelona, y que ha encontrado que la relación no es tan directa ni sencilla, los árboles “han aprendido” a actuar ante el incremento del CO2 de una manera u otra según la disponibilidad de agua.

Si el agua es abundante, los árboles aumentan la captura de dióxido de carbono y hacen la fotosíntesis más rápido para crecer sin tener en cuenta la transpiración; en cambio, si el agua escasea, prefieren ir más despacio y conservarla.

Los resultados se han obtenido gracias al análisis de 12 especies diferentes de árboles de los Estados Unidos de América. “Hemos elegido ocho bosques maduros del país y para cada especie de árbol hemos extraído un ‘testigo de madera’ de su tronco. Una vez identificados los anillos que correspondían a los últimos 30 años de crecimiento, les hemos aplicado una técnica de análisis químico” explica la autora principal del artículo y ecóloga del CREAF, Rossella Guerrieri. Y aclara que “este procedimiento se hace con isótopos y es el único que nos permite imaginar cómo han respondido los árboles al aumento de dióxido atmosférico y a los cambios en el clima a lo largo de las últimas décadas“.

Los “testigos de madera” de un pino amarillo (Pinus echinata), que permiten ver los anillos del árbol y calcular su edad. Imagen: CREAF

Las plantas utilizan unos poros que tienen en las hojas, conocidos como estomas, para intercambiar los gases de la atmósfera, regular su temperatura y el agua que han absorbido. Durante la fotosíntesis, a través de estos poros, se absorbe el dióxido de carbono que necesitan para alimentarse y crecer. Al mismo tiempo, sin embargo, estos agujeritos pierden agua. “Para saber si una planta es eficiente o no, miramos cuánto crece en relación con cuánta agua gasta para hacerlo” explica Scott Ollinger, de la UNH. “Es igual que los kilómetros por litro de gasolina de un coche, pero con toneladas de carbono por litro de agua“.

Los investigadores también encontraron que las diferentes especies de árboles tienen diferentes capacidades y hacen diferentes compensaciones de carbono/agua. Debido a que la variabilidad climática está aumentando, la implicación es que mantener una diversidad de especies arbóreas ayudará a los bosques a continuar proporcionando los beneficios de mitigación climática en la que confiamos.

Mientras tanto, Ollinger dice que los resultados de esta investigación ayudarán a los científicos que modelan el cambio climático a hacer un mejor trabajo al incorporar plantas en la ecuación. “Los bosques son parte de ese sistema climático, y una gran parte del vapor de agua en la atmósfera está regulada por las plantas, por lo que es un circuito de retroalimentación que puede influir en todo lo demás en los próximos años“, dice Ollinger.

Fuente: CREAF

Artículo: Guerrieri, R., Belmecheri, S., Ollinger, S. V., Asbjornsen, H., Jennings, K., Xiao, J., et al. (2019). Disentangling the role of photosynthesis and stomatal conductance on rising forest water-use efficiencyProceedings of the National Academy of Sciences116(34), 16909-16914.