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Los bebés adquieren el lenguaje aún antes de nacer

Durante muchos años se ha aconsejado a las futuras madres que hablen a sus bebés mientras aún están en el vientre para que se acostumbren al sonido de su voz y su forma de hablar. Aunque carecía de bases científicas, las madres seguían esta práctica con sus futuros hijos.

Recientemente, se han encontrado fundamentos científicos para comunicarse con los bebés antes de su nacimiento. Un estudio publicado en la revista Science Advances por investigadores de la Universidad de Padua, Italia, revela que los bebés humanos adquieren el lenguaje con notable facilidad, y este proceso podría iniciarse muy temprano, incluso antes de nacer, ya que la audición se desarrolla entre las semanas 24 y 28 de gestación.

El estudio, titulado “Prenatal experience with language shapes the brain“, explica que mediante análisis de las oscilaciones neuronales se descubrió que en la actividad electrofisiológica de los recién nacidos existen correlaciones a largo plazo tras recibir estimulación verbal, especialmente la voz materna. Esto indica que la especialización cerebral para el lenguaje materno puede originarse tempranamente.

El ambiente intrauterino funciona como un filtro que atenúa las frecuencias superiores a 600 hertz. Así, los sonidos de pronunciación individual se suprimen, pero se preserva la prosodia, es decir, la melodía y el ritmo del habla.

Los fetos aprenden de esta experiencia prenatal. Los recién nacidos muestran preferencia por la voz de su madre sobre otras voces femeninas y por la forma de hablar materna durante el embarazo en comparación con otras voces.

Después del nacimiento, los bebés se acostumbran a los detalles del patrón sonoro de la voz de su madre al finalizar su primer año de vida, gracias a su exposición a diversas formas de hablar.

En un estudio con 49 recién nacidos expuestos al francés, cuya edad promedio era de 2.39 días, se midió su actividad neurológica mediante electroencefalogramas. Los electrodos se colocaron en 10 sitios mientras los bebés descansaban en sus cunas en el hospital, incluyendo a 19 niñas.

Los bebés escucharon tres idiomas (francés, español e inglés) durante periodos de 7 minutos, seguidos por mediciones de actividad cerebral. A 17 niños se les habló en francés, a 18 en inglés y a 14 en español, seguido de un lapso de silencio.

Los bebés habían sido expuestos al francés antes de nacer, mientras que el español y el inglés se eligieron como idiomas no familiares para estudiar los efectos de la experiencia prenatal. Se consideró que el francés y el español son rítmicamente similares, a diferencia del inglés.

Se observó que los recién nacidos pueden discriminar idiomas rítmicamente diferentes, incluso si no les son familiares, pero no distinguen aquellos similares en ritmo.

El estímulo verbal consistió en la grabación de una frase de “Ricitos de Oro y los Tres Osos” en los tres idiomas.

A pesar de estos hallazgos, los investigadores aún buscan comprender los mecanismos neurológicos que permiten al cerebro aprender del lenguaje. Se investiga si la estimulación lingüística induce cambios dinámicos en la actividad cerebral de los recién nacidos que favorecen el aprendizaje y si esta modulación es específica para el tipo de habla escuchada antes del nacimiento.

Ideas destacadas

  1. Tradicionalmente, se ha recomendado a las futuras madres hablar a sus bebés en el útero para familiarizarlos con su voz, una práctica seguida sin base científica confirmada hasta ahora.
  2. Un estudio de la Universidad de Padua en Italia, publicado en Science Advances, demuestra que los bebés comienzan a adquirir el lenguaje antes de nacer, siendo capaces de oír desde las semanas 24 a 28 de gestación.
  3. La investigación “Prenatal experience with language shapes the brain” revela que la especialización cerebral para el lenguaje materno empieza tempranamente, evidenciado por las correlaciones a largo plazo en la actividad electrofisiológica de los recién nacidos tras escuchar la voz de su madre.
  4. El útero actúa como un filtro que reduce las frecuencias superiores a 600 hertz, suprimiendo sonidos de pronunciación individual pero conservando la prosodia, que incluye melodía y ritmo del habla.
  5. Los recién nacidos prefieren la voz de su madre y muestran afinidad por la forma en que ella hablaba durante el embarazo, lo que demuestra un aprendizaje prenatal.
  6. Al final del primer año de vida, los bebés se adaptan a los patrones sonoros específicos de la voz materna, resultado de su exposición a diferentes formas de hablar.
  7. En un experimento con 49 bebés, se observó que los recién nacidos pueden diferenciar idiomas que varían rítmicamente, incluso cuando no les son familiares, pero no distinguen aquellos rítmicamente similares.
  8. A pesar de estos descubrimientos, persisten interrogantes sobre los mecanismos neurológicos que facilitan el aprendizaje del lenguaje en el cerebro, particularmente en relación a cómo la estimulación lingüística prenatal afecta el desarrollo cerebral postnatal.